35. La Rata y la Oportunidad

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Cruzaron la cafetería y TaeYong se sentó en la mesa de los populares ran casual, como si perteneciera a ella. Jae se siente temblar, cuando toma el espacio vacío a un lado de su novio.

—Con que el famoso rapero ha decidido aparecer, pero ¿que está haciendo ESTO en nuestra mesa? —preguntó Kun, Johnny y Hansol explotaron en risas de manera enfermiza.

Taeil mordió su labio, pero enfocó su mirada sobre su plato.

—Taeil, ¿por qué estás acá con este chico? —preguntó TaeYong, quien había decidido ignorar el sustancioso comentario de Kun.

Pero Taeil pretendió que una silla le estaba hablando.

—¿En verdad creen que él gastará tiempo con traicioneros, amigos falsos y escoria como ustedes? —dijo Kun, y TaeYong se puso rígido.

—¡Qué quieres decir! —gritó un Jae irritado.

—Recuerda que soy una superestrella en tu compañía y tú solo un trainee que puede o no debutar, ¡un poco de respeto por aquí! —TaeYong elevó su tono de voz.

Pero la sonrisa de Kun no se desvaneció jamás, cuando miró directamente a TaeYong.

—¿Sabe tu amigo sobre tu situación?, ¿tu pequeño trato con la compañía? Un error y estás fuera, de vuelta a donde saliste —Kun se inclinó sobre la mesa y TaeYong saltó y cerró sus manos en puños.

Parecía estar a punto de estamparle un golpe en la cara así que Jae tomó sus manos y le retuvo.

—Oh, este por ejemplo, puede ser el pequeño error que necesitas —añadió Kun, e incluso Johnny y Hansol dejaron de sonreír.

—Ven, él no vale la pena —suplicó Jae cuando estaba sosteniendo a TaeYong con más fuerza mientras el otro forcejeaba un poco en el agarre.

—¿Algún problema por allá? —preguntó la señora de la cafetería a través del lugar, Jae se tensó.

—¡Para nada! —fingió una sonrisa y dejó ir a TaeYong, que salió hecho una furia de allí.

Jae quería seguirlo, pero se rehusó, tal vez TaeYong necesitaba su propio espacio, así que el chico volvió a su mesa.

—¿Y qué hizo la rata? —preguntó DoYoung.

—Fue muy gfosefo con TaeYong —Jae agitó su cabeza.

Sentía que cualquiera que hiriera a TaeYong lo estaba hiriendo a él más del doble, como cuando él mismo le hacía cosas malas.

—Esto es imposible, y ¿Taeil en serio se está sentando allá con él? —interrogó DoYoung.

—Tal vez y es un doble —murmuró Ten—, y el verdadero Taeil está amordazado en el sótano de Kun.

—¿Mal? —preguntó Sicheng, quien estaba mirando todas las caras.

—Teffiblemente mal —Jae negó con su cabeza otra vez.

De alguna manera, TaeYong logró calmarse, pero estuvo siendo miserable hasta el final de la semana, y la madre de Jae echó a la basura la idea de la pijamada porque su tía y tío venían a visitarlos. Pero el Señor Jacksonville llamó a Jae y su madre, y les arregló una reunión en la compañía. La madre de Jae no quería encontrarse con TaeYong allá, así que envió a su padre para firmar el contrato. Jae estaba muy feliz al respecto y la mañana del sábado se encontraba sentado en la larga mesa dentro del enorme rascacielos, temblando y sudando un montón.

Utilizó su mejor suéter y peinó su cabello cinco veces, pero seguía sintiendo que no era suficientemente bueno como para estar allí. TaeYong y su manager se encontraban al otro lado de la mesa y el Señor Jacksonville, el productor mayor del álbum resultó llegar un poco tarde. Sonrió en grande, y estrechó las manos de todos allí. El padre de Jae estaba más pálido que su hijo, y el menor supo, que sin su madre, él sería el único que negociaría allí.

—JaeHyun, por favor lee el contrato con tu padre, en caso de que tengas alguna pregunta, estamos aquí para responder —dijo el productor, extendiendo un montón de papeles en frente suyo—, este es el Señor Oh, un abogado de derechos en medios —introdujo a un hombre calvo metido en un traje algo muy grande.

El padre de Jae empezó a leer por los papeles y Jae hizo lo mismo.

—Es un buen contrato, los párrafos principales que tienen que revisar están aquí, y aquí —TaeYong se puso en pie y caminó hacia Jae.

Se reclinó sobre él y su mano acabó sobre la de Jae, bajo la mesa, así que pronto el chico sintió esos delgados dedos largos acariciando de arriba a abajo su piel.

De pronto se sintió relajado y empezó a leer apropiadamente.

Su padre hizo un montón de preguntas y la cosa terminó en que Jae compartiría algunos derechos para las presentaciones en vivo de la canción, entonces ganaría 5% por cada copia vendida del solo y 0,3% por cada copia vendida del álbum. Como aún era menor de edad sus padres tendrían el derecho sobre su dinero hasta que cumpliera dieciocho. También, otra pila enorme de papeles indicaba todos los posibles derechos sobre su imagen y voz. Si la canción se convertía en el solo a promocionar, Jae podría ser una parte de ella, y tendría que presentarse en algunos de los shows de música principales en el país, o durante conciertos. Tenía que aceptar todas las condiciones, pero un contrato específico para ello sería firmado después si la situación llegaba a darse. De modo que después de cinco horas de charlas, lectura y un complicado lenguaje judicial, Jae y su padre firmaron todos los papeles y fueron libres.

—¿Me puedo quedaf?, ifé a casa más tafde —Jae miró a su padre cuando dejaron la sala de reuniones.

TaeYong se detuvo a un lado de una pared a metros de ellos mirando a Jae con oscuros ojos lujuriosos, y el chico empezó a sudar.

Su padre se dio la vuelta y notó al otro chico, entonces acarició su cabello.

—Le diré a mamá que te dejé en la casa de DoYoung, no regreses muy tarde —dijo, y sonrió mostrando los mismos hoyuelos que Jae había heredado.

—Muchas gfacias —Jae sonrió brillante y palmeó el hombro de su padre.

El hombre mayor intentó sonreír cuando se volvió sobre sus talones y se fue llevándose todos los papeles con él.

—Un hombre genial, tu padre —dijo TaeYong cuando Jae caminó hasta él—, el mío en verdad que apesta.

Jae no sabía que decir, así que abrió su boca, pero TaeYong sonrió y tomó su manga.

—Ven —le dijo.

—¿A dónde vamos? —preguntó Jae.

—A mi departamento, ¿está bien? —TaeYong cuestionó con una ceja arriba, Jae tuvo escalofríos.

No habían estado solos desde la salvaje sesión de besos en el callejón detrás de la casa de DoYoung y Jae tragó en seco.

La manera en la que su relación tenía estos momentos calientes y luego largas fases de actuar sólo como amigos lo ponía tan confuso. Seguía sin acostumbrarse a todo el rollo físico, porque sucedía tan extrañamente, pero cuando lo hacía era tan fuerte, que él no sabía cómo lidiar con ello.

Pero aún así siguió a TaeYong un taxi con rumbo al penthouse.

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⏰ Last updated: Dec 06, 2017 ⏰

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No Girls Allowed «JaeYong»Where stories live. Discover now