16. Escritor De Canciones

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La señora Hillary era suficientemente amable para dejarlos practicar para la obra en el patio de la escuela, porque el día era soleado y hacía calor. La mujer mayor estaba sentada en una banca bajo uno de los enormes árboles que rodeaban el edificio de la escuela, repasó algunas escenas con DoYoung, quien se ofreció voluntario para hacerle compañía, así el resto de la clase podía hacer cualquier cosa que quisiera.

De modo que Ten jugaba frisbee con Mark, y otros chicos de los primeros cursos, quienes coincidieron tener clases libres a la misma hora, Johnny y Hansol se escurrieron a espaldas de la señora Hillary para visitar algunas tiendas, y Yuta estaba hablando con Lauren a través de la cerca de la escuela, mientras eran espiados por un muy molesto Taeil, que se posicionó en una línea recta justo frente a la pareja.

Jae no estaba muy lejos de él, bajo la sombra de un árbol sintiendo sus piernas comenzar a hormiguear, pero no se molestaba en moverse porque TaeYong estaba tomando una siesta en sus piernas, y Jae era el Jae más feliz de todos los tiempos.

Sonrió amplio parpadeando hacia DoYoung, que agitaba su cabeza.

—Taeil, se ifá en tfes meses —dijo Jae, el chico se giró.

—¿Quién? —Taeil se puso en pie y caminó hasta Jae, recostándose en el césped a su lado.

—Yuta, se ifá pof un touf mundial

—¿Qué?, ¿quién te dijo éso? —Taeil miró hasta la rejilla.

—Conozco a quien tengo que conocef —Jae enrojeció.

—Imposible —Taeil agitó su cabeza.

Observaba a Yuta y Lauren, y Jae sabía que debió haber sido una tortura ver como estiraban sus dedos a través de los huecos en la cerca de la escuela para al menos, tocarse un poco.

—Así que debemos esperar hasta entonces para poner en marcha el plan —dijo TaeYong, cambiando de posición sobre la pierna de Jae.

—¿Qué plan? —preguntó Taeil.

—Yuta se va, tú entras a escena, simple —TaeYong sonrió y bajó un poco se gorra para que cubriera su cara de la luz.

—¿Cómo? —Taeil tiritó.

—No ahora, ahora necesito dormir —TaeYong se movió de nuevo, haciendo que Jae riera en tono bajito.

—Tu novio es tan molesto —Taeil lanzó una mirada a Jae y caminó de vuelta a su puesto de vigilancia. Jae estaba segurísimo de que a Taeil le encantaba torturarse a sí mismo y ser masoquista.


El fin del año escolar se acercaba cada vez más y los chicos se anotaron al campamento de verano de la escuela, mientras que preparaban la última presentación para la clausura. Jae rebuscó entre todas las canciones posibles, pero ninguna aplicaba y él estaba muy pesimista respecto al tema. Sus padres estarían presentes y si quería rescatar su carrera necesitaba tener una presentación excepcional.

Se volvió miserable y comía mucho menos. TaeYong se preocupó y le aseguraba que todo saldría bien, pero Jae estaba desesperado; mientras siguiera habiendo una posibilidad, y mientras la persona que le gustaba esta ahí, él se encontraba determinado a quedarse en la Escuela de Artes.

Eran las primeras horas de la tarde, una semana antes de la presentación y Jae miraba entre las pilas de notas de la escuela en el salón de actos, mientras la dulce voz de Taeil estaba en el aire, al tiempo que el chico practicaba su canción.

Las noticias sobre la audición de Yuta y el tour mundial se esparcieron como fuego y si era posible, el chico era mil veces más popular ahora, así que el orgullo se le subió, y caminaba con la cabeza más en alto que nunca.

TaeYong pasaba la mayor parte de su tiempo con Ten y Yuta, en la sala de prácticas; prepararon una rutina complicada y Jae no amaba ir y verlos, porque la atmósfera era realmente miserable, con Yuta y Ten rehusándose a hablar entre ellos, y TaeYong que se negaba a hacer de mediador.

En realidad, Ten era el más feliz entre todos ellos, cuando escuchó que se iban a deshacer de Yuta por un año entero.

—Es inútil —Jae lanzó las hojas al aire, cuando Taeil terminó de cantar.

—Jae —Taeil susurró su nombre en el micrófono.

—Mi mamá va a obligafme a cambfiaf de escuela, y todo se acabafá, ¡mi sueño!, ¡TaeYong y yo! —Jae comenzó a llorar.

Su miedo alcanzó los límites, y él no era capaz de mantener todo dentro por más tiempo.

—¡Bebé! —TaeYong , que entraba al salón de presentaciones justo en ése momento, para ver su crisis, se apresuró hasta él y lo abrazó—. Pequeño Jae, no llores, por favor —envolvió al chico en sus brazos, besando su cabello.

—¡Estoy acabado!, ¡mi vida está acabada! —Jae tomó su camiseta negra y la usó para remover sus lágrimas.

—Bebé Jae, escúchame, ¿quieres? —TaeYong lo apretujo entre sus brazos—. Encontré una canción para ti —lo abrazaba con tanta fuerza que el chico necesitó un momento para procesar sus últimas palabras.

—¿Qué? —alzó la vista, TaeYong utilizó sus pulgares para limpiar las lágrimas de su rostro.

—Encontré una canción —repitió.

—No existe una canción así —Jae meneó su cabeza.

—Sipe, si la hay —TaeYong sacó un pedazo de papel fuera de su bolsillo—. Justo aquí.

—No —Jae volvió a abrazarlo, llorando en sus brazos. TaeYong suspiró.

—Tú, canta —dijo.

—¿Yo? —Jae escuchó un Taeil más bien conmocionado.

—Si, tú, tócala, ahí están las notas para el piano.

Taeil caminó hasta ellos y le quitó el papel a TaeYong, mientras Jae estaba demasiado ocupado llorando.

Pronto, la silla del piano chirrió, y la música comenzó. Taeil la tocó a primera vista, y Jae notó que era una melodía hermosa. Entonces, Taeil cantó y Jae escuchó, apartándose de TaeYong. Siguió las letras, e intentó cantar en su mente.

Un momento, ¿en dónde estaban todas las "r"? Pues no había una sola palabra con r a lo largo de toda la canción. Taeil acabó, Jae miró a TaeYong.

—Tú la hiciste —estaba sin palabras—, escfibiste la canción pafa mi.

—Te dije que la "r" no es el gran problema —TaeYong sonrió, Jae lo miraba con la boca abierta.

—Ésto es asombroso —Taeil sonrió—. Ven aquí e inténtalo, Jae —el chico estaba tan abrumado, que no se podía ni mover.

TaeYong sonrió para sí mismo, y observó a Jae amorosamente.

—¡Ay! —Jae chilló—. ¡Te amo! —confesó, saltando sobre TaeYong y abrazándolo con fuerza al tiempo que el otro chico reía.

—Me diste la idea con la grabación de mi canción —dijo TaeYong, pero Jae lo apretaba tanto, que estuvo a punto de caer al suelo—. Bueno, suficiente con el abrazo de oso —TaeYong tomó sus manos y Jae se alejó.

Besó la mejilla de TaeYong y se puso en pie, saltando por el salón hasta que alcanzó el piano. Taeil y TaeYong estaban a punto de rodar en el suelo por la risa.

—Es tan adorable —susurró Taeil, cuando Jae tomó el papel con la letra de la canción y el mayor empezó a tocar.

Jae comenzó a cantar, pero estaba tan emocionado que chillaba cada dos palabras causando carcajadas por parte de los otros dos chicos.

Durante el segundo intento cantó normal, pero seguía sonriendo con todas las ganas posibles.

No Girls Allowed «JaeYong»Where stories live. Discover now