31. Llamada Nocturna

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Comenzaron con matemáticas en la tarde y DoYoung bostezó ruidosamente mientras Jae le echaba una mano a Sicheng con encontrar el capítulo correcto del libro. El Señor Moo se encontraba también algo somnoliento, la rutina escolar volvía a estar en marcha y todo el mundo tenía que volver a ajustarse, tanto maestros como estudiantes. Jae estaba haciendo la cuenta de los días que faltaban para salir a vacaciones cuando la puerta se abrió y un TaeYong falto de aire se dejó ver. 

—¡Vaya!, ¡Señor Lee! —exclamó el maestro girándose para mirarle.

—Lo siento mucho —TaeYong hizo cuatro reverencias—. No sucederá de nuevo.

Le dio una mirada de soslayo a Jae, quien apartó su mirada al segundo, incluso cuando su corazón gritaba. TaeYong se apresuró a la parte trasera del aula de clases y tomó como lugar el puesto vacío de Yuta ya que su lugar había sido tomado por el chico nuevo Kun.

—Señor Moo, cometió un error en la última ecuación —Kun alzó su voz y la clase entera se giró.

Jae sentía que su mandíbula estaba colgando.

—Perdón, ¿qué cosa? —el hombre arregló sus gafas.

—Aquí... —se puso en pie, caminando al frente con tal de señalar en sus notas el error.

El hombre dio un vistazo al papel, calculando el resultado de nuevo, varias veces, antes de palidecer un poco.

—Oh, lo siento, chicos, qué alivio que lo haya notado, Señor Qian —fingió una sonrisa, Kun caminó erguido, con el rostro en alto en orgullo al devolverse a su asiento.

—¿Puedo accidentalmente empujarlo por las escaleras? —preguntó DoYoung en un susurro.

—Tal vez sólo esté buscando su lugar —respondió Jae, pero DoYoung sólo negó con desaprobación.

—Huelo una rata, está en este salón —el pelirrojo movió su nariz en una manera graciosa, Jae soltó una risita tonta.

—Conejo... diente —Sicheng sonrió, tocando el brazo de Jae señalando a DoYoung.

—No... no DoYoung —Jae inhaló, Sicheng enrojeció.

—No malo... lindo conejo —intentó explicarse, Jae frotó su brazo.

Pero qué inicio de año.


El aire aún tibio entraba a través de la ventana abierta y como siempre, el terapista iba tarde a su primera clase el año, de forma que Jae se encontraba dibujando una muy delicada nube, la primera de todas sobre su nueva libreta. Escuchó algunos pasos pero continuó dibujando hasta que la persona se detuvo justo a un lado de su escritorio y se echó encima del que se encontraba opuesto al suyo.

—Vine a preguntar si todavía vas a cantar para mí —la voz de TaeYong lo obligó a respirar con aspereza.

Levantó la vista para encontrarse con esos hermosos ojos, ahora completamente oscuros y testarudos.

—Tienes tiempo hasta mañana para decidirte —y entonces se puso en pie—. Llama o envíame un mensaje, sólo dame un si o no definitivo, necesito grabar pronto así que si... Estaré esperando tu mensaje.

Y TaeYong salió hecho una furia, casi que lanzando al Señor Bronson al suelo, haciendo que toda su taza de café se regara sobre el suelo, pero Jae nunca se movió una sola pulgada. Atravesó su nube con gruesas líneas negras y garabateó un "Te odio" al final de la página. 


Estaba tan poco concentrado que el Señor Bronson lo dejó irse temprano y Jae caminó alrededor de toda la escuela sin las más pequeñas ganas de volver a casa. Estaba a punto de llamar a DoYoung cuando vio a Lauren y sus amigas, y de alguna manera se halló corriendo en dirección a ellas. 

—Laufen—detuvo a la chica y ella le devolvió la mirada, mientras sus amigas reían, pero ella las ignoró por completo.

—¿Qué pasa, Jae?—Lauren tomó su brazo.

—Necesito hablar—fue lo que susurró.

—Por supuesto. Chicas, nos vemos luego—les sonrió, ellas se veían un poco exaltadas pero giraron y se fueron volviendo a mirar detrás suyo unas cuantas veces—. Podemos ir al café—Jae asintió.

De modo que caminaron las dos calles que habían en dirección a su lugar favorito y encontraron una mesa vacía para dos personas. El lugar estaba vacío ya que las clases habían acabado hace ya dos horas, Jae ordenó café para ambos. Pasó por caballero y pagó ambas bebidas, lo que hizo que Lauren enrojeciera.

—Así que... ¿algo para contar?—le preguntó, después de intercambiar números para estar en contacto.

  —TaeYon fue a vefme mientfas espefaba al tefapista de dicción—susurró—. No fue nada amable, me dijo que tengo tiempo hasta mañana pafa decidif si quiefo cantaf en "Tfack 12"—Jae aún temblaba de enojo.

—Entonces, ¿echarás a un lado la oportunidad de aparecer en el álbum de tu idol?, además, él dio el primer paso, y eso significa que le importa, y le importa mucho. Creo que en este momento él es quien te ama mucho más de lo que tú puedes—Lauren le respondió de manera amable, y el estómago de Jae se revolvió.

—Imposible —le replicó en tono bajito.

Recordó los ojos tristes y decepcionados de TaeYong y se sintió algo extraño. ¿Por qué rayos era tan importante para él el hecho de que Jae cantara esa canción?, ¿un caso de caridad, como Yuta había dicho?

—Si yo fuera tú, aceptaría, al menos como fan—dijo.

Jae mordía su labio.

—Okay—musitó, tomando su teléfono para escribir un muy breve "Si" a TaeYong, presionó el ícono de envíar y de cierta manera sentía que no estaba seguro de haber hecho lo correcto.

—¿Y qué hay de ti?—le preguntó.

—No puedo dormir—Lauren tomó un respiro, Jae se dio cuenta de sus ojos hinchados y rostro pálido—. Llamó esta mañana, están en LA, bailando doce horas al día con un coreógrafo que trabaja para ABDC y SYTYCD. Yuta dice que es tanto trabajo que difícilmente come o descansa, pero que sigue valiendo la pena. Creo que está feliz, ha sido su sueño desde siempre—intentaba actuar calmada, pero las lágrimas la acosaban una vez más—. En verdad que no sé cómo soportarlo, Jae, ha pasado sólo una semana y son cincuenta y dos, y yo ya soy chatarra—negó con su cabeza.

—Efes fuefte—le replicó—. Puedes haceflo.

—Gracias por estar aquí—la chica puso su mano sobre la palma de Jae y le dio una leve caricia,  haciéndolo enrojecer—. Yo confío en que vas a lograr hacer las paces con TaeYong—le sonrió, Jae deseó que sus palabras pudieran volverse realidad.


Era más de media noche, pero algo lo despertó y Jae se removió sobre la cama antes de finalmente encontrar su móvil. Estaba vibrando, él restregó sus ojos antes de contestar.

—¿Si?—logró decir con la voz terriblemente adormilada.

—Es urgente, levántate —DoYoung susurraba del otro lado de la línea, Jae quedó sentado sobre la cama. 







No Girls Allowed «JaeYong»Where stories live. Discover now