No Girls Allowed «JaeYong»

33. Enojo

La puerta se abrió sin causar un chirrido cuando Jae se escurrió dentro de casa y se las arregló para cerrar, pero escuchó los pasos de su madre por las escaleras.

Estaba tan asustado y desesperado, que se lanzó contra el sofá de la sala de estar y puso alguna cobija encima suyo pretendiendo que estaba dormido. ¿Se daría cuenta? Tembló, pero se esforzó por respirar con calma mientras ella caminaba por la sala, se detenía, sus pasos se acercaban, pero ella acariciaba su cabello y arreglaba la mantita, antes de dejar el lugar. Así que Jae esperó hasta que sus padres estuvieron ocupados tomando el desayuno y entonces volvió hasta su habitación y tomó una corta ducha.

Los pasillos de la escuela estaban repletos y eran ruidosos. Jae corría hasta su clase, ya que iba un poco tarde, cuando se estrelló contra alguien y todos los libros que la persona llevaba cayeron al suelo.

—Lo siento —murmuró Jae, intentó recoger todos los libros y notó que el chico con el que se había encontrado no era ni más ni menos sino Qian Kun.

El joven trainee parecía furioso, cuando le rapó los libros de las manos a Jae.

—Escúchame perdedor, te atravesaste en mi camino —dijo Kun, sus ojos lanzaban rayos—, recuerda que te aplastaré —arrugó un papel entre el puño de su mano y se fue.

Jae miró de izquierda a derecha sin una idea de qué decir, pero entonces notó a sus amigos, quienes se detuvieron a un lado de alguna pared observando la situación.

—¿Es que está en las drogas o sólo anda loco? Debería atender a alguna terapia de manejo de la ira —comentó DoYoung cuando se acercó a Jae.

—Supongo que tuvo un mal día —de alguna forma, Jae estaba defendiendo al chico otra vez.

—Te aplastaré, lo escuchaste, ido de la cabeza —DoYoung presionó su dedo contra su frente.

—Como arrojar botellas a los edificios a las 2 a.m —las mejillas de Jae se volvieron rojas cuando divisó a TaeYong, quien llevaba sombras oscuras marcadas bajo sus ojos y lucía como si la resaca aún lo pateara violentamente.

DoYoung pasó su mirada entre los dos chicos y negó con la cabeza de nuevo.

—¿Mal? —preguntó Sicheng, quien se detuvo tras la espalda de Ten y parecía asustado.

—No, no te pfeocupes —Jae le sonrió.

En aquel momento vieron a Taeil caminando al fondo del pasillo, Jae gritos nombre pero él los ignoró.

—¿Y ahora que le pasó? —preguntó DoYoung.

—¡Taeil estamos acá! —Ten levantó sus manos, pero él nunca giró a mirarlos.

Presionó sus audífonos entre sus oídos y se movió incluso más rápido.

—Lauren, supongo —dijo DoYoung, y Jae se puso tenso.

Comenzaba a tener una buena amistad con ella, así que tal vez podría llegar a lograr que le atrajera Taeil. Ella solo necesitaba un poquito más de tiempo para superar a Yuta.

Pero con el paso del día, todos los intentos de los amigos para hablar con Taeil se frustraron. Se mantuvo silencioso como una roca y DoYoung y Jae comenzaron a preocuparse un montón. Conocía a Taeil desde Kinder y él jamás se había rehusado a hablarles.

—Sera que le hemos hecho algo, ¿se te ocurre alguna cosa? —le preguntó DoYoung cuando estaban sentados viendo como Kun se unía al grupito de los populares.

—No —todos negaron, y Jae comenzó a estresarse cuando Taeil entró.

Tomó su comida y escogió una pequeña mesa junto a la pared, donde comió completamente solo.

—¡Esto es imposible! —DoYoung no estaba con humor de comer y Jae también picaba sus papas fritas con miserableza.

TaeYong intentó animarlo, acarició su rodilla bajo la mesa, pero no surtió tanto efecto.

El día de escuela comenzó y terminó de la misma forma: mal, y los siguientes días no hicieron más que empeorar la situación. Taeil no hacía más que ignorar a sus amigos y para horror de Jae, incluso comenzó a pasar el almuerzo con Kun y su tropa. El miércoles, la mañana comenzó con una doble clase de danza, los chicos estiraban mientras el señor Wang llegaba. Jae estaba fingiendo algún estiramiento cuando Sicheng llegó, sonrió brillantemente y dejó su maleta al lado de la pared. Momentos más tarde, estaba sobre el suelo haciendo un split y Jae dejó su mandíbula caer. La clase entera detuvo cualquier cosa que estuviesen haciendo y observaron la increíble flexibilidad del chico, cosa que ellos no alcanzarían ni con un millón de años de entrenamiento.

—No tiene huesos —susurró Jae, cuando Sicheng se levantó de manos haciendo un perfecto split y curvó su espalda como si fuera una serpiente.

—Pero claro que tiene huesos, solo que tiene cartílagos en su espalda, es lo que sucede cuando tienes dos o tres años y tus huesos no se han fusionados aún —explicó el pelirrojo.

—Eres una enciclopedia andante —Ten rió, pero entonces Hansol y Johnny comenzaron a susurrar.

—Veámos, chico chicle, qué tal si hacemos un trato, ¿y si ruedas sobre el suelo para llegar a la clase de la Señorita Hillary? —se rieron con fuerza y Sicheng observó a Jae, a quien le hizo un ademán para que les ignorara.

Así que el chico siguió estirando y el Señor Wang lo encontró en una de sus posiciones contorsionistas cuando entró. El maestro estaba tan asombrado que necesitó de un momento para comenzar la clase, y cuando se enteró de que el chico era un bailarín certificado de la mejor escuela de baile en China, estaba más que impresionado. Kun rodó sus ojos y Jae le escuchó decirle a Hansol y Johnny "Tan flexible como estúpido", cosa que le hizo empuñar sus manos.

De alguna manera Kun era más aterrador e intimidate que Yuta, pero Yuta los había molestado desde los días del Jardín de infantes y como fuera, ellos se acostumbraron a su tosco trato, y al menos él conservaba una personalidad honesta.

De modo que la lección de baile fue más o menos suave, y al final Sicheng les mostró a todos su baile tradicional chino.

—Su cabeza no se ha movido ni una pulgada en todo el mortal, ¿viste eso? —DoYoung seguía impactado aún después de dejar los vestidores tras una ducha apropiada.

Jae se detuvo en el corredor y miró alrededor para encontrarse con Kun, Johnny y Hansol, quienes le pasaron sonriendo con altanería, Jae sintió dolor.

Pronto, TaeYong y Sicheng se le unieron, el chico delgado tomó el brazo de Jae.

—Kun malo, ríe Sicheng —le susurró, Jae puso su brazo alrededor de él.

Sicheng era tan tierno, que todos en el grupo tenían esa urgencia por protegerlo, Jae se sintió como un hermano mayor, a pesar de que sólo se llevaban unos cuantos meses.

—Kun estúpido —murmuró Jae, pero Sicheng seguía triste.

TaeYong se acercó más y restregó la espalda del chico. Ambos esperaban en serio que las cosas no se pusieran más feas.