Lectores, les traigo lo que es mi nueva historia "Portiñon", algo diferente, ya que en este caso no serán "Anahí" o " Dulce", si no... "Roberta y Mía"... Lo único igual a la novela serán los nombres de los personajes, las actitudes de las chicas y...
Una sonrisa lenta va saliendo de sus labios, sus ojos brillan penetrándome con la mirada. Se acercó a mi rostro y me besó incansablemente, sus labios carnosos y rosados se movían con los míos de una manera que hacía que me volviera loca.
En éste momento siendo sincera, no se si son las hormonas o que es, pero a pesar del terrible miedo que siento al tener mi primera vez, se me es irresistible. Acercó mi rostro nuevamente al suyo y la beso cerca de su mandíbula, la cual se tensa al instante. Sonrío, mientras dejó otro más arriba y así sigo, hasta que llegó a su oreja, dónde beso su lóbulo y de allí, bajo a su cuello. Sin pensarlo dos beses succiono, dejando una pequeña marca.
-¿Robert?- se ríe, se toca en dónde hice mi pequeña succión- ¿Me hiciste una marca?- abre los ojos como platos, pero con una sonrisa.
-Sí, es solo un recordatorio- apoyo mi cabeza en su hombro y aspiro su aroma- De que eres mía- ella se ríe y yo volteo los ojos- Eres mía... Mía- rasco mi cabeza en son de incomprensión- ¿Como rayos digo que eres de mi pertenencia sin tener que sonar idiota?.
-No te preocupes- sonríe- Soy tuya por siempre.
Entre besos y charlas Mía, se había quedado dormida en mi cama, la abrece haciendo que se acostara en mi pecho. Me sentía realmente en paz. Las chicas tocaron la puerta, para después entrar haciendo un ruido inmenso, fruncí el ceño molesta y les hacia el "Shhh", con el dedo en mis labios.
Ellas se reían, y se burlaban de mi en silencio, juró que si Mía, no estuviera recostada en mi pecho me pongo de pie y las mato a ambas. La noche había caído y con ella, el sueño que nos hizo dormir a todas.
Dormí feliz, respirando su aroma, sintiendo su piel suave, era como una flor delicada a la cual estaba dispuesta a cuidar de toda plaga. Cuando amaneció, ella volvió a su dormitorio para alistarse, y comenzar su día de lecciones.
-Roberta, ven siéntate aquí- dice José llamándome. Ambas lucían extrañas, era como si quisieran saber aún más de lo que ya sabían sobre lo mío con Mía.
Sonreí y me senté con ellas, con cara de... "¿Y ahora qué?".
¿Interrumpimos algo anoche?- pregunta Lupita.
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-¿Interrumpir qué?- las miro mal- Mía, estaba dormida...
-Pensamos que fingía- ambas se ríen pero yo en vez de eso, las miró como si las quisiera asesinar.
-No sean idiotas, no puede pasar nada con la Barbie tercermundista.
Lujan sonríe- Bueno, ya han dormido juntas, y ahora son novias, eso es normal Roberta- la miro- ¿Qué es lo que realmente te preocupa?.
-El estar lista- digo por lo bajo.
-¿El estar lis....- Lupita, se detiene en medio de su pregunta y me mira. Deja una taza sobre la pequeña mesa que se encontraba en nuestro dormitorio y sonríe finalmente- ¿Tú primera vez?- susurra y asiento. En cuanto lo hago sonríe aún más- ¿Realmente lo sientes?.
