Lectores, les traigo lo que es mi nueva historia "Portiñon", algo diferente, ya que en este caso no serán "Anahí" o " Dulce", si no... "Roberta y Mía"... Lo único igual a la novela serán los nombres de los personajes, las actitudes de las chicas y...
-Es que Diego, es super guapo así... tipo galán de telenovelas... ¡todas las niñas quieren con él!- comenté riendo a la vez.
-Tienes razón- respondió Lupe con una sonrisa- Trae a todas las niñas locas... si no mira a la pobre de Adelaida y a su grupo de amigas, se derriten y Diego ni las mira.
-Pobre Adelaida, con ese nombre dudo que alguien la miré- se burlo esta vez Roberta- A ver Dieguito, ¿por qué no te ligas a la Adelaida?.
-¡¿Han visto sus piernas?!- contestó Diego mirando mal a Roberta- ¡Estás loca!.
-Mirándola bien de cerca no esta tan fea- habló esta vez Miguel, frunciendo el ceño y cruzado de brazos- Tiene un no se que... es linda.
-Entonces ligatela tú, ¿por qué yo?- se quejó Diego.
-No es mi tipo, además esta muy chica- Miguel se acerco a Diego para hacerlo entender- Es linda para ti, por poco y usas pañales.
-¡Miguel!, no te pases- está vez Diego lo empujó algo molesto.
-¿Qué, te molesta la verdad?.
-¡Chicos ya no se peleen!- gritó Lupe separando a los chicos.
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Teníamos todo él día libre de lecciones ya que los profesores tenían reuniones importantes, así que todos hacíamos lo que mejor sabíamos, perder el rato y el tiempo en tonterías. Las carcajadas probablemente se escuchaban por todas partes. Ya casi no lloraba, aprendí a vivir sin ella, y más que todo aprendí a convivir cerca sin que me doliera demasiado como a un principio.
Distraerme con los chicos era realmente agradable, aunque ella esté entre ellos. Mi felicidad estaba en un hilo, por un lado me sentía tranquila sabiendo que Roberta aún me ama, y por otro me sentía vacía, ya que extrañaba demasiado su contacto físico.
Los exámenes pasaron, los días y un par de meses, para ser exacta diez meses. Demasiado tiempo sin sus besos, sin sus caricias, demasiado tiempo deseándola de lejos. La última vez que la besé, y acaricie fue esa vez que Vico y Celina nos cacho juntas en pleno faje. Después de ahí todo volvió a ser igual, Roberta se alejó y yo dejé que lo hiciera, me había resignado demasiado rápido a eso, a perderla.
He llorado tanto al igual a como he maldecido. Quisiera un día amanecer y que este sentimiento no exista, quisiera poder arrancarla de mi alma, ¿pero a quién engaño?, Roberta rompió todos mis esquemas esos que creía imposibles de romper alguna vez.
Nuestro trato era el de siempre, nos peleábamos, gritábamos y nos faltábamos el respeto mutuamente, realmente era una guerra que no tenía fin.
Nuevamente estaba saliendo con Miguel, no eramos novios oficialmente, pero él me hacia sentir feliz en medio de mi amargura. Vico y Celina decían que era mala idea, que yo amaba demasiado a Roberta como para jugar a volver con Miguel, pero tengo que salir de ese agujero, necesito levantarme nuevamente.
