3-Miradas

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*ROBERTA*

Mi vida se detuvo, he perdido mi razón de existir. No se quien soy ni a donde voy, mi mente es como un carrusel qué nunca se detiene, mis sentimientos están a punto de estallar y... mi mente destrozada está.

El mundo cambia cada día, si no te adaptas a él te destruye, si no sigues las normas te condena, si no eres una marioneta... te deja.

Mi mundo diferente y extraño es, mi mundo es una fantasía. Y cuando dejé entrar a alguien, llenó ese lugar de monstruos, y sin piedad fue destruido todo lo qué ame.

Fui fuego y Diego mi lluvia, él fue mi luz y yo su obscuridad , mi mundo fuiste... y para ti solo fui, un juguete más.

-¡Deja de pensar en ese pendejo!- grité frustrada frente a un poster colorido- Ustedes deben de tener una vida más linda que la mía dentro de ese papel.

-Das miedo, ¿otra vez hablando sola?- la voz de mi madre me hizo sobresaltar de mi lugar.

-¡Mira quién está aquí!- me giré y le aplaudí- La qué se dice llamar madre.

-¡Roberta Alejandra!- su mirada se fija en mí de mala manera y yo volteo mis ojos desaprobando su presencia aquí- ¡No seas grosera, que todo lo que hago lo hago por ti!.

-Sí, mamita... ¿qué haces aquí?.

- Vine para llevarte a casa, no te pude sacar el día de tu cumpleaños, así que te vienes hoy conmigo y con Pepa.

-Mamita, tengo muchas tareas, tengo que estudiar para un examen.

-Son excusas, conozco a mi hija, y mi bebé no es estudiosa, así que Roberta, te vienes conmigo ahora mismo.

-¡Mamita!, ¿hoy no está Gustavo en la casa?- pregunté riendo viendo a mi madre quien reía al igual que yo- ¡Es un bombom!

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-¡Mamita!, ¿hoy no está Gustavo en la casa?- pregunté riendo viendo a mi madre quien reía al igual que yo- ¡Es un bombom!.

-Estás muy chiquita para él, Roberta.

-Es el jardinero más bueno que has contratado mamá- suspiré recordando el trasero del chico- ¿Sabes algo?- reí- De pronto como que se me antojo pasar todo el día contigo mamita- la abracé entré risas y ella asentía riendo, abrazándome también.

-Bueno, aparte de Gustavo en la casa te espera un obsequio enorme.

-¿Así?- levanté mis cejas y ella se puso de pie- ¿Gustavo en calzones?.

-¡Robeta!, calma tus hormonas adolescentes- se ríe de mí y me abraza- Eres una bebé todavía- besa mi mejilla y sonrió saliendo de su abrazo.

-¿Nos vamos?- ambas nos tomamos de las manos y salimos de mi dormitorio. Algunos chicos le chiflaban a mi madre a lo que fruncí el ceño molesta por ello. ¿Por qué los hombres son tan cerdos?.

En cambio ella los saludaba y les sonreía, odiaba esto pero a la vez estaba acostumbrada. Mi madre es una mujer muy bella, y claro cualquier imbécil se babea por ella.

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