Lectores, les traigo lo que es mi nueva historia "Portiñon", algo diferente, ya que en este caso no serán "Anahí" o " Dulce", si no... "Roberta y Mía"... Lo único igual a la novela serán los nombres de los personajes, las actitudes de las chicas y...
Siento que me elevo en la nube más alta, que brinco de felicidad, que los unicornios me rodean junto a las mariposas que vuelan sobre los arcoíris de colores que hay a mi alrededor. Si no supiera lo difícil que es ser yo, juraría que me estoy volviendo completamente loca.
Una sonrisa enorme en mi rostro es la que refleja todo esto que describí anteriormente.
-¿Que me ocurre?- sonreí tocando mis labios. Ese beso fue... fantástico, siento que fue mi primer beso. Fue algo único, la pequeña dueña de mi conciencia esta bailando entre mariposas, y no puedo evitar no sentirme culpable.
Me siento extraña pero feliz, llena de miedos... pero feliz. ¡Demonios!, hace unas semanas no podía ni verla y ahora el tan solo verla hace que mis piernas tiemblen. Toco mis labios una vez más con los dedos, recordando como fue.
-¿Por qué luces tan feliz?- Vico me asusta por completo. Me encontraba apoyada en la puerta principal del dormitorio, volando entré las mariposas. Sigo sonriendo luego del salto que me dio su silenciosa llegada- ¿Que carajo te pasa?.
Voy corriendo y la abrazo, en cuánto lo hago, Celina se aparece desde la parte alta del dormitorio, me puse aún más contenta al verla, y ella me sonríe.
-¡Woow!!... que sonrisa- dice bajando los escalones con su pijama- ¿Pasó algo con Roberta?, o estas volviendo a la normalidad con Miguel.
Mi ceño fruncido fue mi única respuesta, después de todo no podía creer que mis mejores amigas estuvieran siendo tan crueles conmigo, me dolía ver en el rostro de ambas lo mucho que desaprueban todo lo que me esta pasando con Roberta.
En silencio saco mi pijama de el closet y me dirijo al baño de la habitación. Una vez adentro, peine mi cabello, quité todo el maquillaje, lave mi rostro, lave mis dientes y por último me quité el uniforme para vestir con mi hermosa pijama.
Al bajar ya estaban allí, Pilar y Sol, quienes me miraron como si me quisieran matar, las dos estaban con fuertes golpes en su rostro. Traté de ignorarlas pero se me hacía imposible, ya que Sol se revoloteaba por el dormitorio llamando la atención de mis amigas y de mi.
-No toda la vida vas a tener a la estúpida de Roberta, para que te defienda- dice medio sonriendo- Y entonces, ya hablaremos.
-¡Sol!- Vico se baja de la cama y camina a ella- Si le tocas uno solo de sus cabellos, ¡Te juro que te mato!.
-Mira, Polly Pocket, de tianguis- le digo señalándola- El que mucho habla poco hace, y la verdad tu me tienes sin cuidado- era la verdad, después de todo, no me volveré a dejar de ella ni de nadie- La envidia, te pone verde- me río- Pero reina solo hay una, y adivina- sonrío- Esa no eres tú.
Completamente molesta ella se dirige a su cama y se acuesta, tapándose por completo el rostro. Tanto Vico, como yo chocamos los cinco, en son de victoria. Seguido de ésto, cada una de nosotras nos acostamos.
En mucho tiempo no me había costado conciliar el sueño, pero cada vez que cerraba los ojos, lo único que podía ver era el rostro de Roberta, sentía sus labios moverse en los míos. Y nuevamente sentía que me faltaba el aire, sentirme necesitada de ella me estaba matando del miedo.
Una noche de desvelo por completo, quizás dormí tres horas, quizás solo una. El lapso del tiempo cuándo pienso en ella carece de sentido. Al despertar, hice la rutina de todos los días, un par de abdominales bien temprano, para luego bañarme y al final vestir con mi uniforme. Sólo que hoy era diferente, siempre he tratado de lucir hermosa, de ser la más linda del colegio, pero hoy quiero verme mejor que eso.
-¡Dios!- grité frustrada- ¡Hadas!, o ¡tú Peter, ayúdame a encontrar el maquillaje perfecto, para el día de hoy!.
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