Lectores, les traigo lo que es mi nueva historia "Portiñon", algo diferente, ya que en este caso no serán "Anahí" o " Dulce", si no... "Roberta y Mía"... Lo único igual a la novela serán los nombres de los personajes, las actitudes de las chicas y...
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-Miguel, esperate- salgo de sus labios y respiró profundo tratando de calmar el momento-Debes marcharte, antes de que mi Daddy, vuelva.
-Mía, aún hay tiempo mi amor- vuelve a besarme, pero esta vez lo alejó definitivamente de mí, poniéndome de pie- Pero es la noche de tu cumpleaños... quiero que la pasemos bien.
-Gatito, no podemos, entiende mi papá debe estar por llegar y le dije que tú saldrías de casa a las diez.
-Bueno, pues- suspira y se rasca la cabeza- Me iré al Elite, ¿te veré mañana?.
-Sip, todo el día lo pasaré contigo- lo volví a besar pero esta vez haciendo que la situación sea menos tensa- Hasta mañana- le digo entre besos y él responde con un jaloneo de labio inferior a lo que sonreí.
-Tenemos planeado hacerle a Roberta una fiesta sorpresa mañana, todos sabemos que se amargó porque Alma, no la saco del colegio para su cumpleaños.
-¿Así?.
-¿Te apuntas?- sonríe y niego con la cabeza.
-Claro que no- lo miro mal y él asiente.
-Debí saberlo, de todas formas iré a celebrar su cumpleaños, junto a los demás, si quieres estar allí conmigo solo... se un poquito menos tú.
-¡¿Que?!, osea- abrí mi boca de manera que demostrara mi molestia- ¡Quieres que me comporte como otra!, ¿oh que?.
-Es que quieres que la pasemos juntos, pero olvidas que hay personas que necesitan un momento de felicidad más que tú, tú lo tienes todo.
Lleve mi mano a mi boca y caí en un sofá de mi habitación sintiendo que me ahogaba. Mis ojos volvieron a caer en Miguel y extendí mi mano hacia la puerta.
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-No, no, no Miguel, te mato... ¿como puedes decir eso?... ¡Vete!- me puse de pie y lo arrastre hasta la salida.
-No quiero que lo tomes a mal, Roberta la pasó mal ayer, debes de comprender... que queremos que sonría.
-¡No me importa Roberta, vete!
-De verdad que contigo no se puede razonar, eres una inmadura.
-¡Y tu eres el peor novio de este mundo!- él salió y le cerré la puerta en la cara. Volviendo prácticamente corriendo a mi lugar.
