16- El regreso

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*MÍA*

-¡Niñas!, ¿en dónde se metieron?.

La voz insistente de Alma, buscándonos por todas partes , se escuchaba por toda la tienda. Era sumamente chistoso molestarla, la forma en la que se molesta y nos regaña hace que empeoremos la situación. La influencia de Roberta, hace que nos escondamos dentro de un probador, ella se ríe en silencio viendo a Alma y a Peter por la pequeña hendija del probador.

Cuándo pasa por nuestro lugar, Roberta se le lanza encima, y yo grito como si estuviera completamente loca, provocando así los gritos de Alma y Peter, quienes nos miraban asustados.

-¡Roberta Alejandra!- la fulmina con la mirada y la toma de la oreja- No me asustes de esta manera, me puede dar un infarto.

-¡Ay, ay. ay!.... mamita, suéltame- abre la boca mostrando su dolor y trata de huir de los dedos crueles de su madre, pero ella no la suelta hasta que no se disculpe- Ok, ok... lo siento, sólo era una broma, ya canaliza tus chacras mamita.

-Pobrecita- hago puchero y Alma me mira mal, para por último liberar la oreja de mi hermosa Roberta- ¡La orejita bebé!- digo tomándola en mis brazos para abrazarla fuertemente y besando una y otra vez su pequeña oreja- Tu mami, es una grosera.

-Sí, lo es- baja la cabeza y sonrío viendo lo consentida que era conmigo- Pero ya estoy bien- sonríe y sale de mis brazos para correr a dónde se había ido Alma, que se encontraba viendo unos vestidos super cool, que habían de una marca super reconocida- ¿Nos podemos ir?, estoy cansada de verte a ti y a Mía, busque que busque ropa.

Ahogue una risa al escucharla decir ésto, ya que probablemente está siendo torturada por nosotras en éste lugar tan genial para comprar ropa y accesorios. Me alejé de ellas y vi un vestido a lo lejos, iba en cámara lenta escuchando a dicho vestido diciendo "cómprame Mía, quiero ser tuyo".

Era hermoso, totalmente blanco y con unos diseños fantásticos en la parte inferior, era un vestido hecho por el famoso diseñador de modas "Agustino Parra". Sonreí imaginándolo puesto en mi, se vera completamente perfecto.

-Señorita- sonrío a la chica que se acerca a mi- Me lo llevó- lo señalo y ella asiente.

-¿No se lo probara?- niego con la cabeza y camino hasta el lugar en dónde se paga.

-No, estoy segura que me queda perfecto- abrí mi bolso y saqué una tarjeta de crédito- Toma y por favor se cobra estás dos faldas- las coloque en el mostrador ya que las tenía cargando- Más las botas de allá- señalé sonriendo- ¡Oh!, me gustan estas gafas...- ella asintió y las saco para que me las midiera, me las coloqué y obtuvieron mi aprobación- Quiero las negras, y las cafés.

En cuánto le entregué la tarjeta a la chica se empezó a cobrar todo, amaba salir de shopping en especial si era un lugar tan super cool cómo éste, encontraba absolutamente de todo, demasiado hermoso. Alma, se acercó con demasiada ropa colgando de sus brazos para cancelar- fruncí el ceño en cuánto veo a Roberta sin nada para ella.

-Amor, ¿no quieres nada para ti?- sonrío mirándola a los ojos- Te podría comprar toda la tienda si quisieras- le guiño un ojo y ella niega con la cabeza molesta- ¿Qué pasa?.

-Todo esté maldito lugar, es para niñas mamilas como tú y mi madre Mía... ¡gente sin cerebro!- grita esto último completamente molesta. Ella salió del lugar caminando como si quisiera matar a alguien. Mi boca y mis ojos se abrieron con asombro, me sentía completamente incrédula a su forma tan grosera de reaccionar.

 Mi boca y mis ojos se abrieron con asombro, me sentía completamente incrédula a su forma tan grosera de reaccionar

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