Lectores, les traigo lo que es mi nueva historia "Portiñon", algo diferente, ya que en este caso no serán "Anahí" o " Dulce", si no... "Roberta y Mía"... Lo único igual a la novela serán los nombres de los personajes, las actitudes de las chicas y...
Sonreí y le asentí a Lupita quién se encontraba llegando al departamento conmigo. Saqué la llave y abrí la puerta mirando el rostro de mi mejor amiga que sonreía de igual manera, "feliz".
-Estoy enamorada- suspiro cerrando la puerta tras el paso de Lupita- No hay duda de que la amo más que nunca.
-No puedo creer que Mía, esté contigo de nuevo.
-Bueno, este... este de estar- arrugue la nariz y me encogí de hombros- Pues aún no.
-¡Ay! ya, es tuya de nuevo- me da un golpe y tras ese golpe entramos a la cocina sólo para encontrar una imagen que nos descolocó tanto a Lupe, como a mi.
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-¡Hola!- grito Mía en forma de saludo cuándo nos ve de pie a ambas frente a ellos- ¿Qué son esas caras?.
-¡¿Qué estaban haciendo, cochinos?!- Lupite señaló a Mía y a Miguel- ¡¿Por qué se estaban besando?!.
-¿Besándonos?- pregunta Miguel confuso- Sólo le estaba dando un beso en la mejilla, ¿tú que reclamas?- se ríe- ¿Ahora tienes defensora o qué, Roberta?.
No respondí sólo me crucé de brazos mirando a Miguel y a Mía como si en verdad hubieran hecho lo que Lupita había dicho. Se que ambas estábamos alucinando y entré ellos no pasó nada más que un beso en la mejilla de amistad.
-Está celosa- le dice Mía a Miguel haciéndose la chistosa.
-¿Qué estoy celosa?- la miró mal- Bueno, si no te gusta tus maletas están en la sala, puedes salir por esa puerta he irte a París detrás de la zorra.
-Te lo dije- sonríe como si hubiera hecho la gran gracia.
La miré mal y salí prácticamente pateando todo lo que me topaba en mi camino, me sentía molesta, celosa, y sumamente enojada de que ella bromeara con eso.
-Respira Roberta- me dije a mi misma con las manos en mi cintura respirando profundo tratando de tranquilizarme.
-Vaya, definitivamente hay cosas que no nunca cambian- escuchó la voz de Mía a mis espaldas, para luego sentir un delicioso abrazo de su parte- ¿Vamos a empezar nuestra relación peleando?.
-¿Qué hace Miguel aquí?- me volteó y la miró- Dime.
-Vino a buscarte, pero cuándo le abrí la puerta inmediatamente se dio cuenta que tú y yo estamos juntas de nuevo... y bueno me disculpe porque se qué tú le gustas, obvio él como persona madura aceptó y me beso- sonríe- Fue en la mejilla, ¡son unas exageradas ustedes dos!.
-¡La exagerada fue, Lupe!- me defendí.
-¿Está mal admitir que me gusta verte celosa?
Me sonríe, y eso es jugar sucio. Esa sonrisa todo lo puede, o al menos en mi todo lo puede.
