El edificio del Gamepolis se asomaba ya detrás de la ajetreada autovía. La crucé por el paso elevado y seguí caminando unos metros más hasta llegar; junto al recinto, en este momento abandonado, de la feria; a el lugar en el que conocería a esa persona tan importante para mí, Elrubius.
Había personas por todas partes, no conocía a nadie y eso me hacía sentirme un poco más segura, pero algo en mi interior me repetía "Mira, te están mirando y se están riendo de lo horrible que vas hoy y de lo fea y gorda que eres" Intenté borrar ese pensamiento, agarre más fuerte la bolsa con el regalo, sin saber por qué, y saqué mi sonrisa falsa más creíble. Entré y me encontré con aún más gente probando videojuegos, comprando cosas y armando alboroto. Pasé totalmente desapercibida lo cual era perfecto. Por un momento pensé en ponerme en la cola para jugar a algo, pero me daba miedo que se rieran de como jugaba.
Salí al patio donde se encontraría Rubius y vi a un chico con la cabeza de creeper bailando. Me reí por dentro. Me acerqué un poco más a él, pero justo antes de llegar a donde más o menos se encontraba, vi un reflejo que me dio directamente en los ojos, miré de donde provenía y vi el flash de una cámara, seguramente grabando, a través de unos cristales del primer piso. Por un momento juré haber visto a Mangel, pero me contradije a mí misma, imposible que yo, Sophie, tuviese tanta suerte en algo.
-Vaya vaya vaya, mira a quién tenemos aquí.- Brad, el chico que más me insultaba, me interrumpió mis pensamientos.- Si es la imbécil de Sophie, ¿qué haces aquí?- Estaba sola junto con casi todo mi curso, me observaban riéndose y lanzándome miradas de asco y odio.- Responde, ¿a qué has venido?
Me mantuve en silencio deseando desaparecer, no podía hablar. Se escuchó una gran carcajada por todo el recinto y me pegaron un empujón haciéndome caer al suelo. El chico de la cabeza de creeper paró de bailar y miró a dónde me encontraba asombrado, le djio algo a una chica que estaba al lado suya y salió corriendo. Brad me miró y sacó sonrisa de medio lado.
-Bueno, ahora te vas a ir de aquí, queremos disfrutar del evento sin que nos molestes, ¿vale?- Asentí con ganas de llorar.- ¿A qué esperas? Vete.- Me levanté e iba a irme, pero llegó el chico de la cabeza de creeper junto con un guardia de seguridad.
-¿Qué está pasando aquí?- Preguntó el guarda con aire autoritario.
-Nada, aquí ayudando a nuestra amiga que se ha tropezado y se ha caído.- Dijo Brad pasándome un brazo por mis hombros.
-¿Seguro? Porque este muchacho me ha dicho algo diferente...- Me miró esperando una respuesta por mi parte, a lo que yo respondí asintiendo, por miedo a los de mi curso.- Bueno, pues entonces me retiro.
Dicho eso, se marchó por donde había venido y ante las miradas asesinas de los de mi curso y la de extrañeza del del creeper, me fui de allí. Salí con la cabeza gacha sin rumbo fijo. Sin darme cuenta, me metí en el recinto de la feria, así que me metí en una de las casetas y me senté en una esquina a llorar. Estuve ahí varias horas llorando, sin ganas de nada. Siempre me pasaba algo y todo se me iba a la mierda, sin excepción. Pero un golpe seguido de unas risas me hizo salir de mis pensamientos y limpiarme rápidamente las lágrimas.
-Ust uuuust- ¿La voz de Rubius?
-Ust para poh favoh, ¡que me haceh daño!- Y ese... ¿Mangel?