Después de explicarle detalladamente todo lo ocurrido a Mangel, tuve que esperar varios minutos a que este reaccionase pues se había quedado completamente anonadado.
-Entonces... ¿Tu madre? ¿Rubius? -Claramente no era capaz de formar una oración completa, así que le di tiempo para que ordenase todas las ideas-. ¿Tu madre ha secuestrado a Rubén?
-Sí, es un breve resumen de la situación -Respondí rascándome la nuca sin saber qué decir.
Él sin saber qué decir, puso sus piernas a cada lado del banco en el que nos hallábamos para quedarse de frente a mí y me abrazó. Me costó reaccionar, pero finalmente le correspondí sintiéndome bastante protegida entre los brazos del que se podía considerar mi único y mejor amigo.
Nos mantuvimos en aquella posición por varios minutos más hasta que noté mi hombro humedecerse.
-¿Estás llorando? -Le pregunté.
-Es que es todo tan... Tan irreal -Contestó separándose de mí y secándose algunas lágrimas.
Me sentí torpe por tener la necesidad de llorar y no ser capaz de hacerlo delante suya.
-Pero lo vamos a solucionar, tu madre no hará daño a Rubius. No mientras yo siga vivo.
No quiso explicarme nada más, simplemente echó a andar hacia alguna parte. Le seguí sin más, impaciente por saber qué era lo que le rondaba la mente hasta que llegamos al frente de aquel temido lugar: la comisaría.
-No -Negué rotundamente-. No pienso entrar ahí.
-Si tú no lo haces lo haré yo, ahora también me incumbe y puedo avisar a la policía.
-Pero Mangel...
-Pero nada -Dijo alzando la voz y mirándome fijamente a los ojos-, esto ha llegado demasiado lejos.
-No pienso dejarte entrar ahí -Dije sin muchas esperanzas de conseguir convencerle.
-¿Y qué piensas hacer para impedírmelo?
Balbuceé algunas sílabas sin sentido y me rendí.
<<Supongo que lleva razón...>>
-Entremos, pues -Dije finalmente.
Mangel me cogió de la mano, hecho que no entendí del todo pero que agradecí, y entramos en aquel lugar. La comisaría central de Málaga era un enorme edificio de ladrillo blanco y estructuras de hierro amarillo, sujetando en su punto más alto un curioso helipuerto poco conocido por los ciudadanos.
Entramos y nos dirigimos a la zona de denuncias. Mis piernas temblaban y nuevamente sentía un extraño y agobiante sudor frío por todo mi ser, me empezaba a faltar el aire y Mangel se dio cuenta de aquello.
-Tranquila, Sophie -Me dijo sin soltar mi mano-, todo va a ir bien.
-¿Y tú como lo sabes?
-No lo sé, pero confío en ello.
En cierto modo aquella respuesta me tranquilizó un poco, no sabía por qué; pero seguía sintiéndome totalmente histérica.
***
Después de hacer cola durante varias interminables horas, en las que me había dedicado a intentar reírme con Mangel para no pensar en todo lo que nos rodeaba, llegó nuestro ansiado turno. Entramos en una pequeña sala empapelada de papeles con las fotografías de las personas más buscadas por la Guardia Civil donde se hallaba un policía algo rellenito y con cara bastante amigable.
-¿Y qué desea esta tierna pareja? -Dijo escribiendo algo en su ordenador.
-No somos... Pareja -Dije sintiendo como se me calentaban las mejillas.
-Oh, vaya, perdonadme -Se disculpó dejando a un lado su teclado-. En fin, ¿qué queréis denunciar?
-Maltrato y un secuestro -Dijo firmemente Mangel mientras yo dirigía mi vista a los pies presa del miedo.
El policía frunció su ceño extrañado y ciertamente sorprendido. Obviamente, no le solían llegar ese tipo de denuncias ya que los secuestros no se solían tratar así, según tenía entendido.
-Sentaos y me lo explicáis con más detalle.
Ambos hicimos caso a su indicación y Mangel se dedicó a relatarle toda la historia desde que nos conocimos aquel fin de semana en el Gamepolis. El hombre parecía estar alucinando con mi historia y no era de extrañar, era algo difícil de asimilar.
-Entiendo... -Comentó entrelazando sus dedos sobre la mesa-. ¿Por qué no viniste antes?
Me encogí de hombros aún mirando la punta de mis pies.
-Bueno, por desgracia, hasta que no tengamos pruebas físicas del maltrato o no hallan pasado veinticuatro horas de la desaparición de vuestro amigo, no puedo hacer nada -Dijo con cierto aire de tristeza-. Si por mí fuera, haría lo imposible por ayudaros, pero desgraciadamente tengo unas normas que seguir. Pondré vuestra denuncia, pero me temo que no le harán mucho caso.
<<Lo sabía, sabía que no iba a salir bien...>>
-Bueno, gracias por su atención -Dije fingiendo una sonrisa.
Mangel me miró extrañado y el policía me devolvió la sonrisa con tristeza. Siempre he odiado dar pena.
-¿Nos vamos? -Le dije a mi amigo.
Él asintió atónito y ambos nos despedimos del señor para seguidamente salir del lugar. Caminé tranquilamente por la acera de la gran avenida hacia la parada de bus más cercana, había perdido todas las esperanzas.
-¿A dónde vas? ¿Se puede saber qué te pasa? ¿Qué carajo está pasando?
-Vuelvo a casa -Dije sentándome en la pequeña parada-. Lo hemos intentado y no ha funcionado, me rindo.
<<Solo deseo llegar a casa y llorar sin que me veas. Me siento demasiado mal como para seguir fingiendo ser fuerte.>>
Él suspiró y se sentó a mi lado, abatido, sin fuerzas. Le miré a los ojos mientras él observaba el suelo apretando fuertemente sus puños.
-No pienso dejar esto así -Comenzó a decir de pronto-, si tú no quieres ayudarme, vale; pero yo voy a salvar a Rubén.
Hey hey heeeey
Pues después de muchísimo tiempo, aquí tenéis el capítulo asdfghjklñ
Sé que no tiene mucho salseo, peeero, os aseguro que se acerca mucho mucho MUCHO salseo jejeje
Os quiere, Lola xx