- Tranquilo hombre, no le haré nada- Dijo ella contenta-, las amigas no hacen eso.
Una inmensa felicidad me invadió al oír "las amigas". No tenía desde hacía demasiado tiempo y eso me hacía sentir mejor.
-¿Qué hacemos?- Preguntó ella enviándole un WhatsApp a Mangel para que viniera.
-Ya es tarde- Respondió Rubius-. ¿Cenamos algo?
-Conozco un nuevo restaurante por aquí cerca- Dije recordando aquel sitio de comida americana-, podemos ir ahí si queréis.
-¡Claro!- Dijeron ambos al unísono.
Al rato llegó Mangel y nos dirigimos a cenar. Tenía bastante hambre, no solía comer mucho y me apetecía bastante aquella deliciosa hamburguesa que allí preparaban. Entramos y nos sentamos en una de las mesas estilo americano antiguo.
-¿Y cuanto lleváis juntos?- Preguntó Adriana posando su cabeza sobre sus manos.
-B-bueno... Oficialmente no estamos saliendo...- Dijo Rubén rascándose la nuca y haciéndome morir de vergüenza por todo lo que habíamos pasado aquella tarde.
-Mangel, ¿me acompañas fuera?- Preguntó Adriana poniéndose de pie y guiñándole un ojo a Rubén.
-Claro- Dijo finalmente Mangel-. Vamos.
Ambos se levantaron y fueron un momento fuera ante mi sorpresa. No sabía qué estaba pasando.
-Capullos- Susurró Rubius.
-¿Eh?
-Nada- Dijo rápidamente-, que son raros.
-Pues sí, un poco- Respondí aún cortada por el hecho de que realmente no fuéramos novios-. Pero son majos.
-Oye... Sophie...
-¿Sí?
-Yo... Em... ¿Querrías ser mi novia?- Preguntó poniendo cara de violador.
Me sonreí ante aquella cara que adoraba.
-Claro que quiero-. Respondí sonrojada.
-¡Pues entonces ahora sí que somos oficialmente novios!- Dijo gritando y llamando la atención de todas las personas allí presentes.- ¡Hey! ¿Qué estáis mirando? Mi novia es solo mía y de nadie más.
-Cállate por favor- Le rogué muerta de vergüenza-. A este paso nos van a echar de aquí.
-Vale, me callo si me das un beso.
-¿¡Qué!?
-Que me beses.- Dijo poniendo los morritos esperando mi beso. En vez de eso, le llené la cara de ketchup.- Hija de...
-Hija de ¿qué?
-De nada.
Rodé los ojos divertida y llamé a Adriana y a Mangel para que volvieran. Estaban riéndose porque por lo visto, el escándalo de Rubén se había oído desde fuera del local, lo cual provocó más vergüenza en mí.
-¿Sophie?- Llamó alguien detrás mía.
Giré ante mi llamada y, preferiría no haberlo hecho, ya que tenía delante mía a mi madre.
-¿Mamá?- Pregunté sintiendo como el pánico me invadía- ¿Q-qué haces aquí?
-Te dije que vendría con unas amigas, ¿no te acuerdas, cariño?- Explicó ante el ceño fruncido de Rubén y Mangel. Rogaba porque no cometieran ninguna locura.
-Creo que n-no te oí.
-Bueno, no pasa nada- Dijo con una sonrisa falsa-. ¿Me presentas a tus amigos?
-Nosotros tenemos que irnos- Dijo Mangel nervioso.
-Pero...- Intentó decir Rubius.
-Pero nada- Gritó Mangel sudando-. Adiós.
Dicho eso, cogió del brazo a Rubius y tirando de él y de Adriana, salieron del restaurante. Los maldije por dentro por dejarme sola.