Parte sin título 31

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Regina abre los ojos lentamente. Sonríe con aquella sensación ya conocida de un cuerpo sobre el suyo. Sus manos pronto alcanzan los largos y rubios cabellos de Emma, que duerme, serena, haciéndole de colchón. La alcaldesa aún no se cree lo que las dos planearon la pasada noche: la mudanza de Swan a la mansión. La sonrisa en el rostro de la morena se alarga ante la perspectiva de una rutina con la que si sabía que soñaba.

«Hum...» la sheriff suspira sobre el pecho de Regina «Buenos días...» murmura aún con los ojos cerrados

«¡Buenos días!» la alcaldesa continúa haciendo caricias en sus cabellos dorados

«¡Quiero despertar así todos los días!» Emma se mueve un poco, intentando quitar su peso de encima de Regina, pero la reina se lo impide

«Me gusta tenerte así...» confiesa con la voz algo ronca

«Tengo que decir que nunca he dormido tan bien» se estira un poco y se apoya en sus brazos, ascendiendo su cuerpo por el de su enamorada.

Las miradas se acercan como el sol se aproxima al mar en el ocaso. Es un largo horizonte que Emma trae en los brazos y Regina puede finalmente acurrucarse en ellos. Las pupilas danzan rodeadas por las sonrisas semejantes. Y la alcaldesa siente el revuelo de las mariposas en su interior al escuchar el tono dulce de la sheriff, que calma la agitación del mar. Las bocas se encuentran y ellas se besan sin prisa, en la grandeza de lo que sienten. Dos tímidos golpes en la puerta del cuarto de la alcaldesa las separan.

«Mamás, ¿puedo entrar?» las dos sonríen al escuchar la voz de Henry

«¡Entra, chico!» Emma se coloca al lado de Regina, atrayendo medio cuerpo de la morena sobre ella

«Eh...buenos días» saluda a las dos algo avergonzado

«Buenos días, querido. ¿Todo bien?» la morena lo mira

«Sí, solo...bueno...no quería molestar...» se mira a los propios pies

«Henry, ven aquí» Regina lo llama y enseguida él obedece, quitándose los tenis y echándose entre ellas «No estás molestando, pero...¿no deberías estar de camino a la escuela?» besa al hijo con cariño y él se acurruca más contra el pecho de la reina

«No tenemos clase hoy. Los profesores nos han dejado libres para que sigamos con nuestros proyectos. La feria de ciencias y cultura comienza el lunes» dice con algo de vergüenza

«Claro...entonces, necesito ir al ayuntamiento y adelantar mis compromisos, estaré libre para ti a las tres, ¿bien?»

«¡Gracias, mamá!»

«¡Hey, yo también quiero ver ese experimento! No os olvidéis de mí, ¿ok?» Emma y su manía de revolver los cabellos del pequeño, que le sonríe

«¡Claro, ma! Adoro hacer cosas juntos, los tres, es lo máximo» él alterna la mirada de una a otra «¡Amo nuestra familia!» las dos lo aprietan aún más

«Nosotros te queremos, Henry, ¡más que a nada!» dice la rubia

«Henry...» Regina llama la atención del muchacho «Hijo, tu madre y yo tenemos que decirte una cosa» mira a Emma que entiende enseguida de qué se trata

«¿El qué? Habéis decidido casaros, ¿es eso?» se sienta animado ante la idea y coge a las dos por sorpresa

«Creo que es casi eso...» confiesa Swan, buscando la mano de Regina y entrelazando sus dedos

«¿Casi eso? No entiendo...»

«Bueno, Henry, no hemos hablado aún de boda, creo que...es muy pronto para eso» explica la alcaldesa

Dark ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora