22 - Vínculo especial

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Su dedo índice apenas estaba rozando el interruptor del timbre de la casa, situado junto a la puerta, cuando ésta se abrió de par en par con un rápido movimiento.

El mensajero se aferró al paquete que debía entregar y, sobresaltado, dio un paso atrás.

Galatea le miró tan sorprendida como él, pero no tan atemorizada ante el inesperado encuentro.

−Buenas tardes.

El mensajero se recompuso, intentando no sentirse demasiado estúpido por su desmesurada reacción de pánico.

−Buenas tardes, traigo un paquete para la señorita Kate Savage.

Kate, que estaba justo detrás de Galatea, llevando el cochecito de Jayden y lista para dar su habitual paseo por el parque, asomó la cabeza por encima de su hombro.

−Yo soy Kate Savage.

El mensajero le entregó un sobre marrón, no demasiado grueso, junto con una hoja de entrega de mercancía.

−Si es tan amable de firmar aquí.

Kate no perdió de vista la casilla indicada por el joven y garabateó en un instante su nombre.

−Gracias.

El joven separó una de las dos copias de la hoja de entrega y, tras devolver la copia para el cliente a Kate, salió disparado hacia la motocicleta mal aparcada, con el nombre de la empresa de mensajeros pintada sobre un gran baúl de color verde.

Galatea observó como el chico desaparecía por la calle a toda velocidad.

−Menudo susto se ha dado cuando he abierto la puerta.

Kate apenas atendió al comentario de Galatea, ya que estaba absorta en desvelar el contenido del sobre.

La lengüeta de papel no opuso resistencia, y en cuestión de segundos Kate revisaba con detenimiento unos documentos.

Galatea la miró divertida, mientras el rostro de Kate se iluminaba.

−¿Es el primer cuento que has de corregir?

Kate se limitó a asentir con la cabeza, pasando una a una las hojas leyendo por encima con rapidez.

−Me siento tan excitada como si se tratara de mi primera corrección.

Galatea sonrió, mientras se acercaba junto a Kate para repasar las hojas con ella.

−Me alegro de que te motive tu nuevo empleo.

Kate dejó el sobre con el cuento sobre la mesilla que había junto a la puerta de entrada y saltó a los brazos de Galatea.

−Muchas gracias.

−No tienes por qué dármelas.

El abrazo apenas duró unos segundos, ya que un nervioso Jayden, que veía el movimiento del mundo exterior a través de la puerta abierta de la calle, empezó a balbucear como si le quisiera dar prisa a su madre para emprender el camino hacia el parque.

Sin demorar más la partida, Kate empujó el cochecito de Jayden hasta el exterior y Galatea la siguió de cerca.

El pequeño estaba disfrutando especialmente de su primer verano, ya que la cantidad de fauna que se había despertado con las primeras olas de calor le tenía fascinado.

En alguna ocasión, una mariposa se había posado sobre la capota de su cochecito y aquello le había hecho despertar su lado más intrépido.

Apenas había cinco minutos a pie hasta el parque infantil más cercano a su casa, pero era habitual que alguna vecina les cortara el paso y elogiara la belleza e inteligencia del despierto Jayden, retrasando así la llegada hasta quince minutos más.

ALMA INMORTAL - La Saga del Escarabajo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora