36 - La invitación

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Tras oír el ruido de la puerta del coche al cerrarse, un flash cegador dejó un halo de luz molesto grabado en las retinas de Emma durante unos segundos.

−¿Se puede saber que haces, Jay?

Jayden empezó a reírse, mientras Kate meneaba la cabeza.

−Recopilo fotos de mi vida para el álbum que me regalaron ayer mamá y Galatea.

−¿Un álbum? ¡Qué buena idea!, pero me podías haber avisado, seguro que he salido horrible.

Jayden le sacó la lengua a Emma, mientras revisaba la cantidad de instantáneas que le quedaban al carrete.

−Jayden, no hagas demasiadas fotos, ya sabes que revelarlas sale carísimo.

−Jo, mamá, es que no entiendo por qué no tengo una de esas cámaras digitales tan chulas.

Kate meneó la cabeza, mientras se acercaban al instituto.

−Tú sigue sacando esas excelentes notas y puede que pronto te regale una.

−Entonces, ve comprándola.

Emma se inclinó para mirar hacía el asiento trasero.

−¡Serás repelente!

Él empezó a reír y Emma y Kate no tardaron en hacer lo mismo.

−Ya hemos llegado. Que pases un buen día, cariño.

−Igualmente, mamá. Hasta luego, Em.

−Sé bueno, Jay.

Tras ver como el Mini se alejaba en dirección a la universidad de Emma, se encaminó hacia la puerta de entrada a las aulas. Allí, como de costumbre, una radiante Andy le estaba esperando.

−Buenos días.

−Hola, Andy.

Los suaves labios de ella se posaron sobre la mejilla de Jayden. Por suerte, el habitual ritual de saludo entre ellos ya no le alteraba tanto los nervios.

−¿Por qué llevas una cámara de fotos?

Jayden sonrió animado, mientras se encaminaban hacia las taquillas del pasillo.

−Mi madre me ha regalado un álbum de fotos para que lo llene con mi historia. Ha puesto fotos de cuando ella era joven y de cuando yo era un bebé.

−¡Qué bonito! Me encantaría verlo, tenías que ser un bebé monísimo.

Jayden se limitó a sonreír, mientras Andy cogía las cosas de su taquilla. Sabía perfectamente que jamás podría enseñarle el álbum a su amiga, ya que se alarmaría al ver a Galatea con el mismo aspecto durante más de cien años.

−¿Te puedo hacer una foto?

Andy corrió a ocultarse tras su carpeta.

−No, por favor, siempre salgo horrible.

Ella empezó a caminar hacia la taquilla de Jayden, que estaba un poco alejada de la suya.

−Eres muy guapa, no puedes salir mal en las fotos. Venga, sólo una.

−No, por favor.

La súplica, que brillaba en los enormes ojos de Andy, desmontó su insistencia.

−Está bien, pero me gustaría que estuvieras en el álbum.

−¿Te sirve si traigo una foto que tenga por casa? −Él asintió, mientras empezaba a buscar sus libros en la taquilla−. ¿Crees que soy guapa?

ALMA INMORTAL - La Saga del Escarabajo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora