Tras oír el ruido de la puerta del coche al cerrarse, un flash cegador dejó un halo de luz molesto grabado en las retinas de Emma durante unos segundos.
−¿Se puede saber que haces, Jay?
Jayden empezó a reírse, mientras Kate meneaba la cabeza.
−Recopilo fotos de mi vida para el álbum que me regalaron ayer mamá y Galatea.
−¿Un álbum? ¡Qué buena idea!, pero me podías haber avisado, seguro que he salido horrible.
Jayden le sacó la lengua a Emma, mientras revisaba la cantidad de instantáneas que le quedaban al carrete.
−Jayden, no hagas demasiadas fotos, ya sabes que revelarlas sale carísimo.
−Jo, mamá, es que no entiendo por qué no tengo una de esas cámaras digitales tan chulas.
Kate meneó la cabeza, mientras se acercaban al instituto.
−Tú sigue sacando esas excelentes notas y puede que pronto te regale una.
−Entonces, ve comprándola.
Emma se inclinó para mirar hacía el asiento trasero.
−¡Serás repelente!
Él empezó a reír y Emma y Kate no tardaron en hacer lo mismo.
−Ya hemos llegado. Que pases un buen día, cariño.
−Igualmente, mamá. Hasta luego, Em.
−Sé bueno, Jay.
Tras ver como el Mini se alejaba en dirección a la universidad de Emma, se encaminó hacia la puerta de entrada a las aulas. Allí, como de costumbre, una radiante Andy le estaba esperando.
−Buenos días.
−Hola, Andy.
Los suaves labios de ella se posaron sobre la mejilla de Jayden. Por suerte, el habitual ritual de saludo entre ellos ya no le alteraba tanto los nervios.
−¿Por qué llevas una cámara de fotos?
Jayden sonrió animado, mientras se encaminaban hacia las taquillas del pasillo.
−Mi madre me ha regalado un álbum de fotos para que lo llene con mi historia. Ha puesto fotos de cuando ella era joven y de cuando yo era un bebé.
−¡Qué bonito! Me encantaría verlo, tenías que ser un bebé monísimo.
Jayden se limitó a sonreír, mientras Andy cogía las cosas de su taquilla. Sabía perfectamente que jamás podría enseñarle el álbum a su amiga, ya que se alarmaría al ver a Galatea con el mismo aspecto durante más de cien años.
−¿Te puedo hacer una foto?
Andy corrió a ocultarse tras su carpeta.
−No, por favor, siempre salgo horrible.
Ella empezó a caminar hacia la taquilla de Jayden, que estaba un poco alejada de la suya.
−Eres muy guapa, no puedes salir mal en las fotos. Venga, sólo una.
−No, por favor.
La súplica, que brillaba en los enormes ojos de Andy, desmontó su insistencia.
−Está bien, pero me gustaría que estuvieras en el álbum.
−¿Te sirve si traigo una foto que tenga por casa? −Él asintió, mientras empezaba a buscar sus libros en la taquilla−. ¿Crees que soy guapa?
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ALMA INMORTAL - La Saga del Escarabajo I
VampierKate, una chica corriente de Nueva York, tras una aventura en Venecia con sus amigas y un suceso inesperado, tendrá que abandonar su vida, tal y como la conocía hasta aquel instante, y enfrentarse al secreto mejor guardado de la historia. Así, se in...