26-.Entre sus ojos

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Daniel.

Llegué a casa, con mi nuevo y precioso Jeep Wrangler nuevo. Me encanta.

Firmé una montonada de papeles por el tema de la herencia, y al ver la cantidad de dinero que había compré un auto. Realmente no me imaginé la cantidad de dinero que mis padres tenían ahorrado, es dinero suficiente como para comprar unos autos más y terminar de pagar mi universidad.

No sólo compré un auto. Pasé por el supermercado para llenar la despensa, compré comida y juguetes y un collar con su nombre y mi número para mi perro, y algunas cosas para decorar la casa, además de un regalo para Ariana.

Caminé hasta la entrada. Escuché a Dallas rascando la puerta del otro lado. La abrí con cuidado para no pillar sus patas. Se tiró sobre mí, como no, no estuve en casi todo el día. Le hice cariño y lo subí al auto para que se familiarizara.

Mientras mi perro estaba en el auto, tomé todas las bolsas y las dejé dentro de la casa.

Aproveché de tomar comida y agua para Dallas, un abrigo para mí, y me subí al auto. Vamos a pasear.

Pero antes de irme, pasé por la casa de Ariana, Luz por supuesto me dejó entrar, y dejé en la habitación de Ariana, sobre su cama, la carta que mamá le dejó, un ramo de rosas azules y una caja con un libro que estoy seguro que le va a encantar.

*****

Después de casi una hora conduciendo me detuve en las afueras de la ciudad. Para mi suerte no había nadie. Era primera vez que venía aquí, habían varios árboles y mucho césped. Es muy bonito. Por mí viviría aquí.

Me bajé del auto, y Dallas salió detrás de mí.
Empezó a correr como trastornado por todo el lugar, y mientras él jugaba, dejé un plato con comida y uno con agua para mi perro.

Tomé una pelota de tenis que le compré y se la tiré relativamente lejos, corrió detrás de ella y me la trajo en unos segundos.

Jugué unos minutos con él, y al rato empecé a caminar sin rumbo por el lugar, mientras Dallas corría por el sector.
Vi más allá, y vi un lago que brillaba con la poca luz del sol que quedaba, y cerca de ahí habían dos personas que corrían prácticamente en círculos. Era una pareja. Él la atrapó, y ella lo botó. Cuando terminé de acercarme, noté que la chica se parecía mucho a Ariana, y en estos momentos lo único que quiero es que me esté confundiendo. Miré una vez más, apenas por mi miopía. Y para mi desgracia me di cuenta que realmente era ella. Maldición.
Me pone molesto que sea vea tan feliz con alguien más que no sea yo. Y con mayor razón si es un hombre.
Busqué a Dallas y no estaba. Segundos después lo vi corriendo hacia ella, pero antes de que llegara lo llamé con un silbido y se devolvió.
Caminé de vuelta más rápido, con Ariana en mi cabeza.
Hace tiempo que no me sentía así de enojado.

Subí al auto junto con mi perro y salí lo más rápido que pude para llegar a casa.

No me agradó para nada la imagen de Ariana con otro hombre que no sea yo. Y mucho menos en ropa interior, pensé que sólo yo podía verla así.

Conduje más rápido.

Maldición. Solo espero que no sea Álex. Porque ya terminaría de hartarme pensar que tienen la máxima confianza en donde él pueda verla casi desnuda. Eso sí me enferma de celos pensarlo.

Llegué a casa, y después de dejarle agua y comida a Dallas y me tiré en mi cama.
Además de pensar en Ariana aún me siento inquieto. No sé por qué. Pero me siento extraño. Así que la única forma de distraerme que encontré fue limpiar.
Mi mamá tenía la misma manía.

Fui al garaje en donde no iba de hace meses y empecé a limpiar.

Saqué basura, herramientas descompuestas, mucho polvo, arañas, papeles y una montonada de cosas. En estos momentos creo que mis padres tenían el mal de Diógenes. Que horror.

Desilusión IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora