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Daniel

Ha pasado un tiempo, no sé cuanto exactamente, pero no se ha hecho tan largo como me lo imaginaba.

Adam y Selena son muy buenos amigos, gracias a ellos el día es mucho más corto, aunque también he conocido a más personas en el hospital, pero no he hecho grandes lazos con nadie.

Me di cuenta que Ariana viene a visitarme la mayoría de los días de la semana, como la quiero. Y hablando de ella, antes de salir de mi habitación, me detuve al escuchar su voz.

  — Daniel...
La miré con ansias, pero antes de correr a ella, Ariana dio unos pasos hacia mí, pero al ''yo'' que estaba inmóvil en la camilla.

Suspiré resignado. Al menos puedo escuchar su voz y no solo adivinar lo que decía guiándome por sus expresiones faciales.

Por la ventanilla estaba Selena y Adam mirándome con tristeza, estoy seguro que eso es lo que expreso, que horror. 

Decidí irme a otro lado, no quiero escuchar a Ariana, no quiero ponerme más triste de lo que ya me pone esto.

  — Deberías quedarte.— me dijo Adam con esa voz de hombre maduro que tiene.
  — No quiero escucharla.— dije mirando el suelo.
  — ¿Y qué pasa si tiene algo importante que decirte?— lo pensé un momento.
  — ¿Relacionado con qué?
  — ¿Qué voy a saber yo? Anda y averígualo. 

Dudé. Miré a Ariana otra vez, que por supuesto no sé si estará hablando, ya que me está dando la espalda. Quizás Adam escuchó algo y por eso quiere que vaya con ella. 
Maldición.
  — Daniel tienes que afrontar los problemas. No puedes escaparte de tu vida.— miré a Adam otra vez, siempre tiene razón.

  — El mayor problema que tengo, es que creo que me gusta más esta vida que la anterior.
  — Como no. Si estás muerto no tienes preocupaciones.

  — No estoy muerto.
  — Prácticamente lo estás, y estoy seguro que estás cada vez más cerca de estarlo por pensar que te gusta más esta vida. Si prefieres estar así, mejor deja tu cuerpo de una vez y deja de torturar a tu novia y a tus amigos, que deben preferir que estés muerto a que estés ''atrapado'' en tu cuerpo.

Auch.

Me siento culpable. 

A Ariana siempre le hice la vida a cuadro por mi triste existencia. No estoy seguro si era una persona tóxica para ella.

Puede que me haya lamentado demasiado cuando estaba realmente vivo, por mis padres o por Rebeca, supongo que nunca me concentré realmente en las cosas buenas que tenía. Y por mucho que quiera volver no sé como hacerlo o a quién pedirle ayuda, a Adam lo dudo, él ha estado mucho más tiempo que yo y aún no puede volver.

No es como en las películas en donde estás en un túnel y decides avanzar o retroceder.

  — Ya deja de pensar en burradas y ve con ella.—me dijo Selena empujándome.

Me acerqué a Ariana con más miedo del que imaginaba.
  — ¿Por qué no abres los ojos? Han pasado meses, y estoy perdiendo la esperanza.— apoyó su cabeza en mi abdomen— Tu médico dijo que tienes escasas probabilidades de despertar, y si lo haces, quizás no recuerdes mucho por alguna amnesia post traumática.— comenzó a llorar. Mierda.— No me importa si pierdes la memoria, no me importaría si me olvidas por completo, lo único que me interesa es que abras los ojos.— secó sus mejillas. — Perdón por no venir ayer, tengo una buena excusa.— sonrió—  Al fin pude encerrar a Rebeca en la cárcel, estará ahí como tres años o menos, es poco, pero al menos lo vale. 
Sebastián siempre pregunta por ti, aún no se atreve a venir otra vez, desde que Celeste murió no quiere ni pisar un hospital, hasta ahora solo lo ha hecho por la universidad, pero él de verdad desea que despiertes, dice que te extraña como persona y como amigo, y la verdad es extraño escucharlo hablar de sus sentimientos.— suspiró.

Desilusión IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora