53- Final

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El día siguiente me encontraba en el salón de la casa junto a Baekhyun a la espera de la noticia de nuestra abuela, la cual conocía, mas no mostraba nervio alguno. Había llegado a la conclusión de que si temblaba todo acabaría siendo peor, o que si me imaginaba cosas malas no saldría nada bueno del esfuerzo que había hecho por mantener a raya a mi hermano todo este tiempo. Debía serenarme al menos hasta que nos retirásemos de la sala, y para mi alivio Seokjin consiguió quitarme todo de un plumazo esa mañana tras haber hablado con él por teléfono. La factura fue cara pero mereció totalmente la pena.

—Yoongi, Baekhyun, estoy feliz de haber tenido unos nietos como vosotros. —Mis padres no estaban allí, se habían ido sabiendo que necesitábamos intimidad con ese tema, y solo quedábamos los tres en la casa. —Ya no soy tan joven y por eso hago esto, para daros lo que en un principio yo tuve. Aunque ambos no váis a recibir lo mismo. Baekhyun, —El muchacho sonrió, pensando que le tocaría la mayor parte del dinero, y enfocó toda su atención a las palabras de la abuela. —eres un hijo más para mí, te crié hasta que fuiste un chico hecho y derecho. Sin embargo, no vas a tocar nada de lo que tengo, no porque no te quiera, sino porque no te lo mereces. Yoongi merece más mi dinero que tú, tienes que aprender a ganarte el pan por ti mismo.

La expresión de mi hermano fue poco a poco cambiando, hasta mostrar una mueca de decepción y enfado. No podía creer nada, no daba crédito a lo que escuchaba. Se quedó sin habla unos segundos, hasta que volvió en sí.

—Pero abuela, no puede ser. Yo he estado en todo momento con mi familia, estoy estudiando y me estoy esforzando, ¿por qué me merezco más que alguien que se alejó de nosotros para estudiar una estupidez?

—Ese es el problema, que sigues viviendo de tu madre.

—¡No es justo, no puedes hacerme esto!

—Lo estoy haciendo. Yoongi al principio no quiso, pero él está trabajando más que tú. Cuando aprendas a ser independiente, hablaremos.

—¡Yoongi! —Se giró hacia mí, y clavó su mirada en mi yugular. Le faltó poco para abalanzarse. —¡Dijiste que lo rechazarías! ¿Y vienes para esto?

—Tu hermano ha venido porque se lo pedí yo, y no le grites más. ¿Siempre vas a guardarle rencor? ¿Ves como aún eres un niño?

—Abuela, por favor, sabes que yo...

—A callar, ya he tomado una decisión. Demuéstrame que vales como dices y veré si puedes quedarte con algo. Fin de la conversación, podéis iros.

Me mantuve callado casi todo el tiempo, dispuesto a hacer las maletas para volver lo antes posible, pero una mano me pilló por el hombro y me volteó de golpe.

—¿Qué le has dicho a la abuela, enano? ¿De qué vas?

—Suéltame, yo no la dije nada.

—¿Cómo que no? ¡Lo que faltaba! —Definitivamente había perdido totalmente las riendas, y poco le faltó para golpearme de no ser porque la puerta del salón que habíamos cerrado se abrió de golpe dejando expuesta a nuestra abuela, con los brazos en jarras.

—¡Min Baekhyun, quieto ahí mismo! —Se acercó a él para separarnos, y le miró a los ojos fijamente. —Te he dicho antes que eres como mi hijo, eres lo que más quiero en este mundo, pero en este momento no sé quién eres. Me esperaba de todo, excepto que fueses a pegar a tu propio hermano. Estoy decepcionada, y espero que estés contento. —Aunque se estaba aguantando, no soportó más y unas lágrimas rodaron por su rostro, antes de volverse por donde había llegado. 

Baekhyun me miró durante unos segundos, pero no tenía la misma cara. Estaba triste, asustado y sorprendido al mismo tiempo, y sus manos comenzaron a temblar. Me miraba pidiendo ayuda, me miraba suplicando y de no ser porque pestañeé no se hubiese dignado a entrar con la abuela para rogarle que le perdonase.

Eso fue lo último que supe de mi familia antes de empacar y coger el primer tren directo a Seúl.

~

Pasaron un par de semanas antes de que Seokjin nos notificase de que había finalizado su trabajo como fotógrafo con la compañía que patrocinaba a Jay Park. En ese tiempo había tenido tiempo para rehacer mis cosas, y prepararme a fondo para proponerle ir a vivir juntos de una vez. Aunque no hubo una proposición como tal, aproximadamente habíamos comenzado a estar juntos desde el día del beso, y aunque fuese algo precipitado mudarme con él sabía que merecería totalmente la pena.

Jimin y Jungkook seguían en las mismas, aunque cada vez se mostraban más cariñosos conmigo. Era como un hermano mayor, y más de una vez les tenía que sacar de algún apuro o cubrirles con excusas sobre su paradero. Eran malos en esconder sus escapadas, pero mi capacidad de invención era bastante buena para casos como aquellos.

Mientras tanto, Taehyung y Hoseok seguían en su mundo, igual que siempre, con sus extraños horarios y sus extraños hábitos, pero nunca faltaban a una quedada del grupo. Una cosa de la que nunca me enteré fue del trabajo de Tae, y aunque quisiese preguntarle siempre me olvidaba de ello. Supuse que nunca lo sabría.

Por otro lado, Namjoon ganó una beca para ir a estudiar a una universidad de prestigio, la más cara de toda la cuidad, aunque no se entusiasmó demasiado. Según él, que fuese cara no significaba que te enseñasen mejor, ya que la teoría era la misma para todo el mundo y había que aprenderla igual.

Y por último, estaba yo, como un idiota esperando en el aeropuerto a que llegase el chico que había hecho que todo en mí mirase en otra dirección, el que me hizo darme cuenta de que, realmente, cambiar de rutina un poco no es tan malo como parece.

De un momento a otro se encontraba delante de mis narices, llevando una camiseta con la frase "life is ecstasy" que me tatuaría tiempo después y sonriendo de oreja a oreja mientras sujetaba la maleta con una mano.

—Ya estoy aquí, Yoongi.

—Tardaste un poco, Seokjin.

—¡Menuda bienvenida! Y yo que venía con ganas de darte un beso y recibir unas palabras bonitas.

Me levanté del banco en el que estaba y pasé los brazos por sus hombros, poniéndome de puntillas para robarle un roce de labios y susurrarle antes de besarle lo que tanto tiempo había querido decirle.

—Te amo, Kim Seokjin.










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¡EY!

No, no estoy llorando aún.

Porque no la he terminado, habrá un epílogo que se me acaba de borrar pero bueno, ese sí que dará cierre bien a la historia.

O no.

El caso es que quiero dejar esto como el final, y dudo hacer segunda temporada.

¡No me creo haber llegado hasta aquí!

Esta historia es muy, muy importante para mí ya que es el primer fanfic en serio que hago, y no puedo estar más feliz de que a tanta gente le haya gustado.

Esta historia va dedicada a todas vosotras, a quienes me habéis leído antes o después, desde el principio o desde hace dos días, y que me habéis dado ánimos y la fuerza necesaria para realizar este fanfic. Realmente, no lo habría logrado sola. Pero en especial, quiero dedicar este último capítulo a una persona muy especial que he conocido por esta plataforma, llamada @zzzzanahoria. Esta era la sorpresa de la que te hablé, aunque también te he hecho otra cosilla que te mandaré cuando leas esto. Esta mujer está igual de loca que yo, y sin ella no habría tenido toda la inspiración y toda la diversión que he tenido desde que la conozco. De cierta manera ha sido mi mood maker y siempre seremos "SIN soulmates". Tiene historias muy guays, pasaos a leerlas.

Nada más, espero poder hacer el epílogo pronto, y esta será la última vez que pueda decir, en esta historia, ¡nos vemos en el siguiente capítulo!

«Tan malo como parece» - YoonjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora