Si mi cara en ese momento era de sorpresa, la de Seokjin era todo un cuadro que ilustraba a la perfección el significado de la palabra. Necesitaba que alguien me explicase la probabilidad exacta de que esa situación ocurriese, de que el novio de mi amigo, de mi mejor amigo, del chico del que estoy enamorado conociese a quien yo había conocido por casualidad la semana anterior.
Seguía en el sitio, petrificado, la única parte de mi cuerpo que se había movido era mi garganta para pronunciar el nombre ajeno que tanto me rechinaba, y por lo que veía podría reaccionar de dos maneras; o salir corriendo de allí como un cobarde o afrontar la compañía de esa persona e intentar no mirarle de la forma tan asquerosa en la que lo hacía.
Para mi desgracia escogí la segunda.
No fue, sin embargo, voluntad mía el finalmente tomar asiento, sino que mientras observaba con cuidado a Tae él se acercó sigilosamente por mi espalda y me empujó levemente para que levantase de una maldita vez los pies del suelo. Agité la cabeza hacia los lados cuando noté sus cálidas manos sobre mi espalda, y con delicadeza retiré una silla de su colocación original para acomodarme en ella y desviar la mirada con vergüenza mientras Seokjin volvía a su asiento inicial.
-Así que... ¿Os conocéis? -No se te daba bien romper el hielo, aunque no quedaba otra opción ya que la tensión y el silencio que opacaban aquel bello lugar eran bastante incómodas, y ninguno de los dos parecía tener la intención de hablar. Lo único a lo que nos dedicábamos era a sorber el riquísimo té que había preparado el anfitrión.
-Sí, desde hace un tiempo. -La voz de Tae resonó algo temblorosa. Yo sabía que él no tenía nada en contra de mí pese a que sabía mis sentimientos hacia su pareja. El único que no lo sabía era Hoseok, para mi alivio, y pese a que no me llevase bien con el chico que estaba sentado frente a mí sabía de antemano que era una persona en la que se podía confiar, una "tumba" respecto a los secretos.
-¿Y tú, Jin? ¿Cómo es que conoces a Yoongi? -Un momento, ¿había dicho "Jin"? quizá así es como le llamaban entre amigos. Era cierto que era más cómodo de pronunciar y corto, una sílaba sencilla y llena de fuerza. Su nombre era muy bonito, llegué a pensar.
-El otro día, cuando volví a pisar aquel rincón infernal... -Así que no le gustaba ir al psicólogo, o estaba harto. La doctora que me atendió era la misma que la que le consultó a él, y sí era cierto que pese a ser psicóloga no era muy agradable en cuanto a su carácter. - me le encontré, aunque más bien él me encontró a mí. Resulta que nos habíamos chocado antes de llegar, ¿no es curioso?
-Yo también me sorprendí, aunque con la cámara que llevabas era fácil reconocerte. -Por fin mi rostro movió su seria expresión a una peqeñísima sonrisa, los buenos momentos que pasé hablando con el chico que estaba a mi lado habían sido realmente agradables.- ¿Y tú, Tae, cómo es que le conoces?
"Tae". No me gustaba su nombre completo, por lo que llamarle "Tae" era lo mejor para mí, aunque noté cómo reaccionaba a la abreviación cariñosa de su nombre, no porque fuera novedosa sino porque procedía de alguien como yo.
No, yo no odiaba a Taehyung. Simplemente el estar a su lado no me hacía estar cómodo. Solo de pensar en que lo que estaba disfrutando él con Hoseok podría estar disfrutándolo yo me ponía enfermo. Él no era un mal chico, es más, siempre que quedábamos me hacía reír en más de una ocasión. Su voz grave no pegaba en nada con su carácter, y cuando le conocías en profundidad resultaba ser un chico encantador.
Aún recuerdo el momento en el que nos presentaron. Fue hace algo más de un año, en esa época aún no sentía nada por mi amigo, o al menos no me había dado cuenta. Un día, este vino al lugar de siempre con su "nuevo amigo" al que llamaba "V". Nos había hablado de él durante más de una semana sin descanso y al fin ese día lo conocimos, aceptándole de inmediato en nuestro grupo. Pese a que no le interesaba el rap, a diferencia de nosotros tres, era cantante en un pequeño grupo formado por él y dos integrantes más. Nunca los conocimos ya que el grupo se dividió pero según nos contaba, un miembro era excelente bailando y otro era capaz de rapear y cantar en una misma canción.
Estuvimos bastante tiempo quedando los cuatro; Namjoon, Hoseok, Tae y yo, y éramos el típico grupo "inseparable", hasta que unos cinco o seis meses después, fecha en la que estaba pensando en declarar mis sentimientos hacia mi mejor amigo, este nos sorprendió con la noticia de que había comenzado una relación con el nuevo-no-tan-nuevo integrante.
Cuando Taehyung, con quien había entablado una gran amistad en un tiempo insignificante, me encontró llorando ese mismo día a media noche en el parque de la calle de la universidad adivinó sin yo decirle nada lo que había pasado. Me abrazó pese a que sabía que no debía, me abrazó aun sabiendo que en mi cabeza podría existir odio hacia él, y nunca se lo agradecí debidamente. Solo me acurruqué a su lado y unos veinte minutos después me acompañó a mi casa, rato en el que le confesé lo que sentía hacia mi mejor amigo.
Al llegar a mi destino supo que no volvería a recibir una despedida de mi parte en un tiempo, un largo y angustioso tiempo.
Desde aquel día seguí quedando con normalidad con los demás, excepto cuando estaba Taehyung. Lo evitaba como podía, me inventaba excusas e intentaba alejarme de él todo lo que pude. Fui un egoísta y un idiota pese a que él siempre estuvo ahí para mí, incluso a veces me mandaba mensajes de texto las primeras semanas para intentar animarme, obviando siempre la intención de que volviese a mirarle de la misma manera.
Entonces, gracias a mi cabezonería inmensa y mi inmadurez acabé discutiendo con la persona a la que más ganas tenía de poseer en aquel momento.
Hoseok no era tonto, y se dio cuenta de que estaba evitando a su novio a toda costa. Al principio prefirió ignorarlo, pero tanto tiempo aguantándose no fue bueno para él, razón más que clara por la que terminó explotando y diciéndome cuatro cosas, de las que no le reproché ninguna. Le di la razón, pero de alguna manera que aún no puedo explicar acabamos discutiendo como nunca habíamos discutido en nuestras vidas. Y sí, nos distanciamos.
Por eso me hacía tanta ilusión volver a verle, porque no podía dejar de quererle, tanto como amigo, como compañero o como algo más. No aguantaba más sin él a mi lado, de la manera que fuese, y me alegré a más no poder de que las cosas se hubiesen solucionado de una manera tan sencilla como una llamada telefónica y un "¿Quedamos la semana que viene?".
-¿A Jin? Oh, él es mi primo, no fue una historia tan apasionante como la vuestra, he de admitir. -Al parecer notó mi pequeña expresión y se amansó un poco el cargado ambiente. Gracias, aunque esa no era la razón por la que te debía agradecer aquel día.
-Tu primo... ¿Entonces en familia te llaman "Jin"? -A estas alturas, no importaba que mis pequeños pensamientos saliesen a la luz, al menos, no los malévolos.
-¡No hemos venido a hablar de mis apodos! Aunque sí es cierto que ese me gusta...
-Entonces te llamaré Jin, ¿qué te parece? -Tae nos estaba mirando con una tierna sonrisa, realmente nuestro chico en común sabía como quitar tensiones de un plumazo.
-Bueno... está bien, pero a cambio tienes que decirme lo que me ibas a contar hace un momento. -Lo había olvidado por completo. La situación era algo irónica, aunque seguro que la invitación me haría ganar puntos con Tae. Nuestro reencuentro no había comenzado con mal pie después de todo.
-Quería invitarte a salir este miércoles. Vamos a reunirnos mis amigos y yo, y me pareció buena idea que te nos unieses.
-¿Entonces sigo siendo tu amigo, Yoongi? -Nada más terminar la pregunta se dio cuenta de lo infantil que había sonado su tono y la espontaneidad con la que salió de él.
-Nunca dejaste de serlo... Tae. -No podía creer lo cursi que había sonado eso. A decir verdad no estaba del todo cómodo pese a habernos reconciliado pero era mejor que nada, él no merecía que yo siguiese con esa actitud.
-Siento interrumpiros, pero... -En ese momento, tanto el pelinaranja como yo casi pegamos un brinco en el sitio. La voz de nuestro amigo, o en su caso, de su familiar, sonaba rota y vacía. Había cambiado totalmente de estar animada y reprochona y, al menos a mí, me hizo tener los pelos de punta. -No quiero ir porque... Bueno, ya deberías saber por qué, Taehyung...
No, no, otra vez ese temblor de manos que tato me aterraba.
Jin, ¿quizá ese era el momento en el que me revelarías uno de tus secretos que tanto te esforzabas por ocultar?
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«Tan malo como parece» - Yoonjin
Hayran KurguUn estudiante, músico rebelde y dedicado, acaba en un psicólogo por obligación. Él está sano, pero quizá aquel chico de la esquina de cabellos castaños no lo esté. ¿Lo que hace es... sacar fotografías al suelo mientras tiembla? -Fanf...