Era cerca de medio día.
Beto y Farid con el equipo de rescate habían regresado luego de trabajar toda la mañana. Había traído cuatro personas, dos rescatadas de entre los escombros y en estado crítico de salud, y una pequeña niña y su padre, que estaban viviendo en una precaria y agrietada casita y por recomendación de gendarmería fueron trasladados.
El hombre y la niña estaban con ropas muy viejas y sucias. Su calzado eran unas ojotas y sus pies estaban lastimados.
Cecilia se dirigió con ellos a los baños, les dio elementos de higiene y un poco de ropa que había en el ropero comunitario y les permitió que se acondicionaran.
La niña parecía otra persona al salir de allí con sus cabellos brillantes y un conjunto de remerita y short rosa.
El padre, agradeció inmensamente por permitirles quedarse en el campamento y por la ropa que le habían obsequiado a él y a la niña.
Cecilia estaba afligida por no encontrar un par de zapatillas del número necesario. Revolvió dos veces el canasto que contenía las zapatillas de hombre.
Max y Pri llegaron para hablar con ella.
_ Queríamos pedirte permiso para trabajar juntos en las tareas diarias_ explicó Pri mientras la miraban sacar una y otra zapatilla.
_ Chicos las tareas ya están asignadas... no puedo...
_ ¿Qué buscas?_ preguntó Max.
_ Acaba de llegar un nuevo refugiado con una niña y no tiene calzado... ¿Pueden creer que hay de todos los números menos 42 y 43?... Ya hemos entregado todos los pares que teníamos de ese número.
Sin decir nada Max se sentó en un costado y se sacó sus New Balance nuevas y se las dio a Cecilia que se quedó paralizada al igual que Priscila.
_ Son 42, seguro le quedarán.
_ Max... ¿Qué haces?
_ Él las necesita, y yo tengo otro par en el bolso...
_ No te salvarás de tus tareas... _ agregó Cecilia en tono de sentencia_ esto no compra la comida...
El muchacho sonrió y bajó la cabeza...
_ Está bien...
_ ¿Seguro que quieres hacer esto?_ volvió a preguntar
_ Vamos! ¿Por qué me miras con esa cara?.. Sabes que si mi madre estuviera aquí, me pediría que lo haga...
Cecilia sabía que era verdad. Así era Sandra, generosa en extremo.
_ Gracias Max
Este muchacho con dos facetas tan cambiantes confundía bastante a Priscila. De golpe este gesto de generosidad, antes su mal humor y rebeldía ante el trabajo... ¿Cómo era el verdadero Max?
_ Creo que puedo hacer una excepción y ponerlos en el mismo equipo de trabajo... _ comentó Cecilia mientras se alejaba con las zapatillas en mano_ solo por esta vez...
..........
Yael salió de la cocina con los ojos rojos y llorosos. Venía tratando de secar las abundantes lágrimas que sin poder contenerlas brotaban y brotaban como ríos. En ese momento Farid estaba en su camino, pero no lo vio y se chocó con él de frente.
_ Disculpa! ¿Estás bien?_ preguntó afligido.
_ Si, si _ respondió Yael sin levantar la vista del suelo y siguió caminando hacia los baños.
Farid se quedó muy preocupado. Porque aunque ella había querido ocultar su rostro, el pudo ver aquellas lágrimas.
Caminó a la oficina de Cecilia.
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A través de Sus Ojos (Completa)
Teen FictionNOVELA CRISTIANA Mica, Yael y Prisci son tres jóvenes cordobesas que acudirán como voluntarias a Perú luego de un gran terremoto en la ciudad de Ica. Por medio de una fundación cristiana llegarán a servir a los refugiados de esa catástrofe. Dios ti...