Epílogo

115K 6.2K 2.1K
                                    

 DOS AÑOS MÁS TARDE

Tristan

Llegue del trabajo a la casa de Scar y mía desde hace dos años después de casarnos.

La casa estaba silenciosa y la verdad no sabía por qué, ya que apenas llego Carla y el mayordomo me recibían.

Vi el auto de Scar afuera así que supongo que ya llego de trabajar.

— ¿Scar? ¿Nena, estas aquí? —La llame.

Me dirijo a mi habitación y veo que Louis el mayordomo sale de mi habitación.

—Buenas tardes, Señor Thompson ¿Cómo estuvo su día? —Dijo nervioso.

— ¿Qué hacías en mi habitación? ¿Dónde está mi esposa? —Le pregunte.

—Ella no quiere que entre todavía—Dijo sonriendo.

— ¿De qué hablas? —Dije haciéndolo a un lado, intente abrir la puerta pero tenía el seguro puesto— ¿Nena, ábreme?

—Tris, dame solo un maldito segundo—Se notaba estresada.

Carla sale de la habitación sonriendo.

—Dice que pase—Me abrió la puerta y la vi al frente del escritorio de espaldas a mí.

—Scar... ¿Todo bien? —Le pregunte acercándome.

Ella se giró.

—Hay un problema—Masculló.

— ¿Qué hacía Louis y Carla en nuestra habitación? —Pregunte.

—Estoy asustada—Me abrazo.

— ¿Por qué, Scarlett? —Pregunte tomando su rostro.

Ella agarro una bolsa de regalo y me la entrego.

—Ábrelo—Me lo dio.

—Dime por favor que hoy no es nuestro aniversario—Mire el calendario.

—Claro que no—Ella sonrió.

— ¿Mi cumpleaños? —Ella soltó una carcajada.

—Tampoco, solo ábrelo—Mordió su labio.

—Ahora me siento culpable porque no te compre na...—Al abrir la bolsa no podía creer lo que me estaba regalando.

La mire de nuevo y ella mordía su labio aguantando una sonrisa.

La vacié encima del escritorio y había once pruebas de embarazo.

Todas estaban positivas.

¿Esto significa que... voy a ser papá?

La mire varias veces mientras analizaba la situación.

— ¿Y bien...?—Sonreí y la cargue para darle un abrazo.

— ¡Seré padre, malditos! —Grité besando sus labios varias veces.

Ella soltó una carcajada.

—Ahora la cosa es decirle a mis padres.

Sonreí y acaricie su nariz con la mía.

— ¿Por qué once pruebas? ¿No era suficiente con dos? —Murmure cerca de sus labios.

—Tú eras mi Once—Murmuró.

—Era...Nunca más—Sonrió y beso mis labios.

Como amo a esta mujer, maldita sea.

La cargue y la monte en mi hombro.

Secuestrada Con El Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora