CAP 21/ me puedes decir Viky.

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Estábamos en los caballos, mientras Edwin nos enseñaba las cosa nuevas que habían hecho en lo terrenos, habían instalado pared de escalar y varios juegos extemos de campo. Además de los viveros donde están tiene guardado semillas para hacer siembras de árboles masivas.

—¿ te divierte mucho esto?— le dije a Tomas quien obviamente no le gustaba mucho el recorrido.

— antes si, pero ya me se todas la frases que dirá Edwin.— dijo riendo.

— ¿y hay otras cosas mas divertidas?

— si, ¿quieres ver?— asentí y él me dijo que lo siguiera. Cabalgamos como 5 minutos del camino principal y nos encontramos una laguna muy linda.

— wow esto es hermoso.— dije después de observar por unos segundo el lugar donde estábamos.

— lo descubrí un verano, para mis es una parada fija cuando vengo. — bajo de su caballo y yo hice lo mismo.

— es muy bonito, hay que traer a las niñas.— dije emocionada.

— eres la primera persona que traigo a esta lugar, tal vez ya Marian sabe pero para mi es como un lugar secreto. — Dijo mientras aseguramos los caballos a un árbol.

— ¿y por qué me trajiste?

— quería que lo vieras. — dijo mirándome fijamente a los ojos y que ojos.

— mmm y ¿por que?.

— em no se, eres de confiar ¿no?.

— supongo— dije sentándome en la grama.

— lo se, soy tu abogado.— me carcajeo y se sienta a mi lado.

— buenos señor abogado, estaré dispuesta a guardar este secreto...— me miró por unos segundos.

— eres hermosa, Victoria.— sus palabras hicieron que mi mundo diera vueltas. Le sonreí sonrojada.

— gracias...— logre decir antes de que el se me acercara tanto que podía sentir sus respiración.

— hermosa, inteligente, atenta, responsable... por Dios Victoria me gustas mucho.— me corazón se iba a salir.

— me puedes decir Viky.— dije entre los nervios.

— eres hermosa Viky.— dijo aun mas cerca. Fue allí donde me atreví, pude ver que a Tomas le pasaba lo mismo que a mi, y con todo los nervios a flor de piel uní mis labios a los suyos, el me correspondió y tomó mi rostro entre sus manos, nos separamos por falta de aire y nos vimos fijamente por unos segundos.

— tu también me gustas.— le dije como si no hubiese sido suficiente el beso para expresarle la mucho que me gustaba.

— me puedes decir Tom. Después de esto puedes llamarme como quieras, Viky.— sonreí tímidamente.

— esta bien Tom.

— wow, ahora no se que decir, pensaba coquetearte hasta que te cansaras y me dieras una cita. — eso hizo que me riera muy alto.

— cuando cuentes esto puedes saltar la parte en la que yo te beso.

— no, esa es la mejor parte. — mis mejillas ardían. — quiero hacer esto bien, Viky. Es muy serio esto que siento. — dijo acariciando mi mejilla con el dorso de sus dedos.

— eres un hombre muy serio Tom. Se que puedo confiar en ti.

No podía creer lo que me esta pasando, Tomas Mejias sentía los mismo que yo, me siento feliz al mil por-ciento, me siento también, creo que nunca me había sentido así con alguien, se que puedo confiar en él por eso me atrevía a besarlo, desafiando mis principios de la princesa que espera al príncipe lo hice. Estuvimos un rato sentados en la grame viendo la laguna, mi cabeza estaba recostada de su hombro y su brazo rodeaba mi cintura. Mi estómago comenzó a rugir del hambre y el se dio cuenta, nos levantamos y subimos a los caballos para ir a la casa ya era hora de comer. Luego de unos minutos ya veíamos la casa de lejos.

— quería decirte algo— dije rompiendo el silencio.

— dime.

— no quiero que nadie sepa nada hasta que nosotros estamos seguros.

— como tu digas, aunque yo estoy muy seguro. — eso me hizo sonreír— pero te entiendo.

—gracias, es por las niñas no quiero que ellas se ilusionen.

— esta bien, pero como tu abogado te digo que va a ser muy difícil de ocultar esa sonrisa. — solté una carcajada.

— ok señor abogado, tomare en cuenta su observación.

Llegamos a los establos para dejará los caballos, el bajó primero del suyo y me ayudo a bajar del mío tomándome de la cintura. No pude evitar sonrojarme con su tacto. El me miro fijamente a los ojos mientras me bajaba, cuando mis pies tocaron el piso, sus labios tocaron míos y nos unimos en un beso mejor que le anterior.

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— Niñas debe bañarse para poder bajara a cenar.— les dije a las niñas que estaba más intranquilas de costumbre.

— yo primero— dijo Anabella, ella es la más limpia de ellas, Isabella se baña por obligación.

— 5 minutos, Anabella, 5 minutos. — ella asiente.

Después de que las niñas estuvieran listas bajamos a cenar, todos estaba ya en la mesa menos nosotras, me disculpo y me siento justamente delante de mí está Tom, quien desde la tarde me parece mas guapo. Comemos entre cuentos y risas los niños la hacen rápido para poder armar el campamento que sera en el patio de la casa, ni locos los íbamos a dejar que se fueran más lejos, Edwin nos invitó verlos desde el recibidor de a casa con una taza de chocolate caliente. 

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MORÍ DE AMOR!!!!

Derecho y Amor serie Hermanos Mejias # 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora