CAP 8 / por Dios parecía un diálogo de un libro del siglo XX

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POV Viky.

Ayer las niñas tuvieron la "grata" visita de sus abuelos maternos, tanto ellas como los señores se comparta a la altura, parecía un obra de teatro donde todo el mundo es feliz, se que las niñas tratan de portarse amables con ellos aunque creo que solo los había visto un par de veces. Hoy no pararon de hablar de lo divertido que es abuelo y esas cosas. Estamos en la casa de los Mejías, casi siempre que vengo por la niñas las espero afuera o las dejo en la puerta, pero hoy Alison insistió en que entrara y comiera pastel. Mientras esperamos que la señora Mónica termine el pastel nos sentamos en a la sala.

— gracias por recibir a las niñas en su casa.— le dije a los señores Mejias.

— para nosotros es un placer, ademas tu tambien has recibido a Alison en su casa. — dijo Cristobal.

— Hola tio Tom...— dijo Alison para salir corriendo hacia la puerta.

—hola, feliz cumpleaños. — se escuchaba desde el pasillo, no voy a negar que sentí algo en mi estomago cuando escuche su voz.

— gracias por las flores.— contestó la niña, mientras entraba de los brazos de su tío, no se puede negar que se ve muy diferente más relajado y cercano.

— buenas noches— dijo dejando a la niña en el suelo.

— hola Tom.— dijo Sara— llegas justo a tiempo.

— eso me dijo Mónica,— dirigió su mirada hacia mi.— Señorita Victoria.— me saludó con un gesto.

— Abogado.— respondí, por Dios parecía un diálogo de un libro del siglo XX.

— ¿ustedes se conocen?— preguntó Isabelle. Casi me desmayo y en mi rostro se notó que no sabia que responder.

— si, eeh. El tio Tom... está ayudando a Viky con unas cosas.— trato de decir Cristobal. Las niñas no saben nada de la demanda.

—si, Ya casi viene Monica con el pastel.— aportó Tomas.

Se sentó justamente en el sillon que esta frente de mi, bajo su mirada me sentía un poco incómoda, no esperaba encontrarme con mi guapo abogado aquí, era los mas logico, pero desde que conozco a los Mejias jamas me habia topado con Tomas. Luego de unos minutos de una incómoda conversación, entro Mónica con el pastel. A las niñas se les salieron los ojos de la alegría, después de cantar cumpleaños y comer el pastel , las gemelas se despidieron de mi y subieron a la habitación.

— Gracias por todo. — dije para levantarme ya era hora de irme.

— tranquila, Viky, mañana después del almuerzo llevaré a las niñas hasta tu casa.— me dijo Sara.

— Muchas gracias Sara...— la abraze.

— Te acompaño a la puerta.— escuche decir a Tomas.

— no es necesario.— dije para mirarlo.

— por favor.— pidió. Yo asentí automáticamente.

Luego de despedirme del resto de la familia, salimos por el pasillo, un muy corto pasillo pero el trayecto se me hizo largo, el olor de perfume de Tomas inundaba el espacio. Cuando salimos de la casa me acompañó hasta el auto.

— gracias...

— Tomas, puedes decirme Tomas.

— ok, Tomas, gracias por acompañarme.

— quería preguntarte algo.— dijo.

— se que no estoy en mi trabajo, pero es algo que mis hermanos tratan de corregir todo el tiempo. Pero quería saber como estuvo la visita ayer.

—Bueno... todo muy normal la verdad, los señores saben ocultar muy bien sus intenciones.

— debes tratar de que las niñas no se vean afectada por esto.

— lo se, la verdad la que está más preocupada soy yo.

— me imagino. Podemos hablar mañana... no se un café. Me gustaria enseñarte algo.

— esta bien. Te importaría que fuera en la mañana, las niñas llega a la casa despues del mediodia.

— tranquila, ¿te puedo escribir temprano?.

— claro, estamos en contacto. Hasta mañana.— Dije para despedirme, no se como porque Tomas es bien extraño. El se acerco y de nuevo me dio un beso en la mejilla.

— hasta mañana. — me subí en el auto rápidamente.

Derecho y Amor serie Hermanos Mejias # 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora