Demons (Jainico).

11.-

POV Omnisciente

Cuando Dark Jaime volvió, se dio cuenta que el pequeño moreno estaba mirando una película solo, provocando que el enojón se acostara al lado de él.

-Me extrañaste?.-Preguntó Dark, sonriendo un poco y teniendo su voz un poco ronca.

El pequeño moreno lo observó por unos segundos y sonrió.

-Sabes que sí.-Dijo Nicolás, corriéndose un poco más para que Dark estuviera cómodo.-Jaime estaba algo raro.

Dark siguió con aquella sonrisa y habló.

-Bueno, supongo que tiene que ver con los chupones que tenemos en nuestros cuellos, no?.-Preguntó Dark Jaime, mirándolo fijamente a los ojos, causando que el pequeño moreno abriera los ojos casi como platos.

-Espera... se dio cuenta de tus chupones?.-Cuestionó el moreno, completamente preocupado por aquello.

-Sí.-Respondió el enojón, siendo completamente sincero con él.-Me pidió explicaciones pero no le di ninguna, así que no sé qué habrá pensado.

-Con razón estaba así.-Dijo el pequeño moreno, por fin dándose cuenta de eso, ya que antes no le había querido preguntar para darle su espacio.-Le di la excusa que se me ocurrió apenas cuando me preguntó por los chupones.

-Y esa cuál sería?.-Preguntó el señor Navarro, queriendo saber de aquello, observándolo por unos segundos.

-Que vinieron tus amigos y jugaron verdad o reto y que tú me los hiciste sólo por un reto.-Dijo Nicolás, siendo completamente sincero con él.-Al menos le dije algo de la verdad. Tú los hiciste, pero no por un reto.

-Bastante convincente.-Dijo Dark, sonriendo un poco, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Para él, porque yo nunca creería eso.

-Lo tengo claro.-Dijo el moreno, sabiendo aquello ni pensándolo dos veces para estar seguro.

Dark lo observó por unos segundos para después robarle un beso de unos segundos.

El moreno lo miró fijamente a los ojos, con un leve brillo en estos, para después apoyar su cabeza en el pecho de Dark.

-Te colocaste de tus trajes otra vez.-Dijo Nicolás, dándose cuenta altiro de aquello, porque Jaime se había colocado una ropa normal.

-Claro que sí, no me gusta la ropa de Jaime.-Dijo Dark, casi como si estuviera disgustado de aquél pensamiento.

El pequeño moreno lo observó por unos segundos y no dijo nada.

-Acaso no te gusta mi ropa?.-Preguntó Dark Jaime, frunciendo un poco el ceño.

-Claro que me gusta, te ves interesante y elegante.-Dijo el moreno, siendo honesto con él.-Y yo parezco un niño a tu lado con la ropa que uso. Sé que tengo trajes, pero simplemente no me acostumbro.

Dark lo observó y habló.

-No te ves como un niño, cariño.-Dijo el enojón, tomándose un tiempo.-Es ropa normal, cualquier humano la usa, al menos eso he visto.

-Tú te ves más serio y maduro con tus trajes.-Dijo el pequeño moreno, con una pausa.-Además que lo eres.

-Sabes cuándo no estoy serio?.-Preguntó el señor Navarro, con una pequeña sonrisa que cautivó al moreno.-Cuando estoy contigo.

El moreno sintió su propio corazón acelerarse y miró a Dark Jaime.

-Cómo cambiaste tanto?.-Cuestionó Nicolás, no sabiendo qué decir porque no podía pensar en algo más.

-No cambié tanto.-Dijo Dark, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Sólo contigo si es que te das cuenta. Sigo siendo el mismo monstruo de siempre pero con un poco más de humanidad al estar contigo, nada más.

-Para mí no eres un monstruo.-Dijo el moreno, ya no mirándolo sólo porque le daría vergüenza decir aquello.-Sólo eres una persona que no sabe controlar su ira a veces.

-Esa es una buena forma de excusarme.-Dijo Dark Jaime, no contradiciéndolo porque sabía que el pequeño moreno no cambiaría su forma de pensar.-Quieres hacer algo hoy?

-Voy a ir a una marcha LGBT.-Dijo el pequeño moreno, siendo completamente sincero con él.-Yo... puedo ir?

Dark lo miró por varios segundos y habló.

-Está bien.-Dijo el enojón, aceptando eso.-Sabes que no me gusta tanta gente reunida?

-Esa es una forma de decirme que no quieres ir conmigo?.-Cuestionó Nicolás, teniendo una sonrisa divertida en su cara.

Dark Jaime rió por un tiempo para luego hablar.

-Sí, supongo que sí.-Respondió Dark, quien no quería ser directo con su... "amigo".

-No me molesta, Dark, tranquilo.-Dijo el moreno, siendo honesto.-Tú podrías invitar a tus amigos o algo así, ya que hace mucho que no te juntas con ellos.

-Podría ser.-Dijo Dark Jaime, no muy animado con esa idea en realidad.

-Podrías... ir a asustar a los humanos como yo.-Dijo el pequeño moreno, observándolo y notando como Dark sonreía un poco, gustándole esa idea.

-Eso suena bien.-Dijo el enojón, acariciando un poco la espalda de su moreno.-Pero cuando llegues, quieres que hagamos algo los dos?

El pequeño moreno entrecerró un poco sus ojos, como queriendo saber si tenía que mal interpretar eso o no.

Dark notó aquella mirada del moreno y sonrió un poco más.

-Oh, cariño, eso todavía no.-Dijo el señor Navarro, con la voz ronca y acercando al moreno más a él.-Pero sí podríamos hacer otras cosas.

El pequeño moreno mordió un poco su labio inferior para luego asentir.

-Veremos eso cuando llegue.-Dijo Nicolás, recordando como su demonio lo había tocado y besado el día anterior, causando que quisiera volver a sentir eso pronto.

Se quedaron en silencio por unos pocos segundos cuando Dark Jaime lo colocó abajo suyo para que luego este mismo lo besara, provocando que el pequeño moreno le correspondiera de inmediato mientras sentía los dedos de Dark en su torso mientras le subía un poco la polera.

Dark se separó a los minutos, para observar al moreno mirarlo y a este teniendo sus labios algo rojos, haciendo que sonriera para después sacarle la polera y lanzarla a otra parte. Apenas lo hizo, comenzó a besar el torso de su moreno, causando que este jadeara.

-Sin... marcas.-Dijo apenas Nicolás, cerrando un poco los ojos mientras sabía que Dark Jaime querría hacer eso.

-Eres mío.-Gruñó Dark, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Me importa una mierda si Jaime se entera.

-D-Dark.-Gimió el moreno, todavía no abriendo los ojos mientras sentía como el recién nombrado comenzaba a hacerle nuevos chupones en su torso, causando que no quisiera que parara en realidad.

Cuando Dark comenzó a extrañar los labios del moreno, volvió a besar a este en un compas intenso, apasionado y hasta algo brusco, pero a ninguno de los dos le importó.