Demons (Jainico).

24.-

POV Omnisciente

Después de aquella tensión clara entre los dos, volvieron a la casa y les explicaron a todos lo que había pasado, y el moreno habló con sus nuevos amigos, diciéndoles la verdad, y raramente, no tuvieron problemas ni nada de eso y prometieron no decirle a nadie.

Pasaron cuatro meses después, en donde la tensión era cada vez más fuerte pero ninguno de los dos hacía algo sobre aquello, además de provocarse mutuamente.

En ese momento, el pequeño moreno, Dark Jaime, Jaime, Manuel y Edgar habían salido a caminar no más, ya que tampoco les gustaba estar encerrados en la casa de Dark, aunque este les dijo que se fueran de su hogar pero ninguno lo hizo.

El enojón estaba al lado del moreno, intentando que este no estuviera con Dark Jaime en ningún momento, mientras que este estaba atrás de todo el grupo, no dejando de observar al pequeño moreno.

-Quieres algo?.-Preguntó Jaime, ya que había un negocio cerca.

-Eh... cualquier helado.-Dijo Nicolás, sonriendo un poco.

Jaime asintió y Edgar lo acompañó ya que su novio igual le había pedido algo.

Dark junto a Manuel se sentaron en una banca cerca mientras que el moreno se había quedado parado sólo porque quería, mientras observaba las calles. De repente sintió una mano en su trasero, causando que se alarmara.

-No quieres divertirte un poco?.-Preguntó un desconocido cerca de su oído, haciendo que lo empujara.

-Déjame en paz.-Gruñó Nicolás, alejándose de él pero este lo tomó del brazo.

-Es sólo un rato, no creo que tus amigos pregunten por ti.-Dijo el extraño, obligándolo a quedarse.

-Ya te dije que...

Dark Jaime llegó a su lado y empujó fuertemente al desconocido.

-Creo que ya lo escuchaste, no?.-Preguntó Dark, no queriendo matarlo en público.-Será mejor que te alejes de él, ahora.

-Le gustaría mucho lo que le haría.-Dijo el desconocido acercándose un poco, provocando que Dark sintiera furia en todo su cuerpo. Intentó avanzar para sacarle la chucha pero Manu con Edgar lo detuvieron, quien al notar lo que pasaba fue de inmediato.

-Dark, no vale la pena.-Dijo Manuel, no queriendo un problema justo en ese momento.

-Sí, Dark, vamos.-Dijo Nicolás, tomando el brazo del recién nombrado delicadamente.

Dark Jaime lo miró y se giró para caminar lejos del desconocido junto al moreno.

-Bien perra que es ese weón que anda con tantos hombres y no quiere estar conmigo.-Dijo el extraño, bastante alto como para que Dark Jaime escuchara y parara en seco.

-Bien, eso es todo.-Dijo Dark, girándose y caminando rápidamente hacia el desconocido para tomarlo del cuello de la ropa y estamparlo contra una pared cercana.

-Dark!...

El recién nombrado no quería escuchar a nadie en ese momento, sólo apretó fuertemente su puño y lo comenzó a golpear en la cara y después en el estómago sin compasión alguna, por fin desahogándose con él toda la frustración que tenía.

En algún momento, el desconocido cayó al piso y Dark lo iba a seguir golpeando cuando alguien lo detuvo.

-Dark, creo que ya... tuvo suficiente.-Dijo Nicolás delicadamente para relajar al recién nombrado.-Vamos.

El demonio lo observó y gruñó para después soltar al extraño como si fuera basura. Luego de eso, el moreno fue al baño con su demonio, adentro de la tienda, y le limpió la sangre que tenía en las manos.

-Debes controlarte, Dark.-Dijo Nicolás, no estando molesto ni nada con él, porque sabía como era.

-No puedo.-Dijo Dark, sonriendo un poco.-Soy una persona que no sabe controlar su ira a veces.

El moreno sonrió al escuchar aquello, sabiendo que el demonio había repetido lo que él le dijo un día.

El mismo pequeño moreno secó las manos de su demonio para después botar el papel. Luego de eso, Dark Jaime lo acorraló contra la pared y escuchó la respiración agitada del pequeño moreno mientras sentía el corazón de este latir fuertemente, ya que estaban lo suficientemente cerca para sentirlo.

-Vamos, cariño, cuándo me lo pedirás?.-Preguntó Dark en un tono bajo y ronco, acariciando con su pulgar un poco el labio inferior del pequeño moreno.

-Te dije que yo no lo haría.-Dijo Nicolás, sintiendo como Dark apretaba su cuerpo contra el suyo, causando algo de fricción, aunque fuera con ropa, provocando que quisiera gemir un poco.

Dark lo observó por unos segundos para después besar el cuello del pequeño moreno, no dejando marcas sólo porque tenía compasión por este, pero sí queriendo escuchar los jadeos del moreno, y los tuvo.

-D-Dark.-Gimió Nicolás, cerrando los ojos mientras estaba completamente relajado y sintiendo un leve placer inundarlo mientras el demonio seguía con aquello, no queriendo parar en ningún momento.

De repente escucharon la puerta abrirse, causando que se separaran en el momento, queriendo aparentar que estaban bien.

-Eh, están bien? Los estamos esperando afuera.-Dijo Manuel, observándolos por unos segundos y sospechando algo, pero no queriendo decir nada sobre aquello.-Y tu helado, Nico, se va a derretir.

-Sí, estamos bien.-Dijo Dark, algo irritado y con una pausa.-Ya vamos.

Manuel asintió y se fue de ahí, cerrando la puerta.

Dark colocó su mano en la columna del pequeño moreno y lo acercó a su cuerpo.

-Sólo pídemelo y soy tuyo.-Gruñó Dark Jaime casi en un susurro, mirándolo fijamente a los ojos mientras notaba como el pequeño moreno se sonrojaba.

-V-Vamos.-Dijo el moreno, separándose de Dark y provocando que este volviera a gruñir mientras veía como se iba, haciendo que lo siguiera.

Cuando salieron de la tienda, el señor Navarro le pasó el helado al pequeño moreno y este lo tomó de inmediato para después abrirlo. Botó el papel en el basurero para después comenzar a chupar el helado, notando la mirada intensa de Dark, causando que se colocara algo nervioso pero que después lamiera este, fijando su mirada en su demonio por unos segundos.

El moreno notó como el demonio se arregló algo en los pantalones y el primero en ser nombrado sonrió un poco mientras caminaba con sus amigos.

Dark Jaime apareció al lado del pequeño moreno, provocando que el corazón de este se volviera a acelerar y que el enojón frunciera el ceño.

-No te gustará provocarme.-Susurró Dark, haciendo que el moreno escuchara no más y que intentara no sonrojarse mientras volvía a chupar el helado.