capítulo 5

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–Mmmm. Podría quedarme aquí con todo el día– murmuró Astrid mientras se acurrucaba. Ellos se habían mudado a la habitación a media mañana y se quedaron allí hasta el almuerzo. 

Hipo había cocinado para ella...para su deleite, y luego regresaron al dormitorio. El no creía que podría tener suficiente de Astrid.

Desafortunadamente, la vida real tuvo que intervenir, y con un suspiro de decepción.

–Por mucho que me encantaría poder hacer eso, tengo una cita médica a las 3.

¿Tienes una cita con un médico? Creía que odiabas a los médicos y te esforzabas por evitarlos– Astrid bromeó a manera de suplica.

–Bueno, normalmente, pero al menos una vez al año, tengo que ir a ver al doctor al que ápodo "Mondahl".

–¿chequeos regulares?

–Sí, Heather me obliga– él castaño admitió.

–¿Ella hace que vayas?– Astrid dijo con una ceja levantada. 

De alguna manera, le costaba imaginar a Hiccup Haddock haciéndole caso a alguien .

Hipo cayó en una imitación hilarante de su hermana, sosteniendo una revista y sacudiéndola en él aire –Hiccup Haddock sabes que sólo quiero lo mejor para ti, y si alguna vez quieres volver a usar correctamente tus extremidades vas a ir...¡o yo misma las corto!¡ya te reserve la cita!

Astrid rodó de risa ante el tono agudo que él empleo.

–por cierto, nunca le digas que hice eso– dijo Hipo aguantando la risa.

–Oh, no sé ... puedo imaginarme la mirada en su rostro.

El rostro de Hipo mostró horror y Astrid no estaba muy segura de si estaba bromeando o no.

–No, hablo en serio, me mataría.

–¿cuanto demoraras?– la rubia reclamo con una expresión inocente.

–No debería ser demasiado, pero tengo que ir al apartamento de Heather después... Ella siempre quiere saberlo todo– él chico admitió con un leve sonrojo.

–Quien lo diría...Haddock bajo él pulgar de su hermana.

–Oye, no estoy bajo el pulgar ...– se interrumpió cuando Astrid le dirigió una mirada de amenaza. –bueno, no completamente, Heather es muy....prepotente.

–Lo siento, ¿dijiste 'me domina'? porque eso es lo que he oído.

–Eso no es gracioso, y tampoco es cierto, es más fácil dejar que se salga con la suya que discutir con ella– Hipo admitió, y luego la miró con incertidumbre. –Podrías, uh, venir conmigo a su hogar, por lo general ceno con ella, Tacio y los niños después.

Astrid frunció el ceño al pensar en la cena. –No, no creo que sea una buena idea, esta relación es un secreto, ¿recuerdas?

–No tiene que serlo.

Astrid se acercó a donde estaban sus zapatos rápidamente mientras soltaba un bufido. –Estamos de acuerdo en esto, Haddock...no me siento cómoda escuchando comentarios ...

Hipo se incorporó rápidamente. –Lo siento, no quise plantearlo, solo odio la idea de escabullirme.

La rubia se detuvo en medio de la habitación, de de espaldas a el...

–vamos Astrid no quiero pelear por estupideces.

Ella lo miró fijamente, sus ojos azules brillaban con  molestia.–Mañana salgo, a las 6 AM.

susurra tu debilidad (hiccstrid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora