capítulo 9

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Cuando la puerta se cerró detrás de Astrid,Hipo dejó caer su cabeza en la desesperación.

Tan cerca, tan cerca"

O tal vez no...Tal vez estaba perdiendo el tiempo. Tal vez Astrid Hofferson no sentía nada más que lujuria por él. 

Después de que una de sus novias lo abandonara, Hipo se había jurado que nunca volvería a dar su corazón a otra mujer. Ahora, aquí estaba menos de un año después y en la misma situación. 

Desesperadamente enamorado de una mujer que no estaba dispuesta,o no podía amarlo a cambio.

Caminando hacia su bolso de gimnasio, sacó dos guantes de color plateado... Dando un par de pasos hacia atrás, Hipo aparto a unos metros su hacha, y se dispuso a desquitarse a través del boxeo.

Hipo intentó lograr que sus pensamientos morbosos se le desvanecieran, pero una parte de su conciencia rechazó obstinadamente dejar que los pensamientos de Astrid y su dilema dejaran su mente. Cada momento que Hipo estaba con ella era un poco más largo de lo normal,y el inevitable dolor del momento en que ella se alejo por última vez, se repetía una y mil veces en su memoria...pero él no podía dar las cosas por terminadas

 Simplemente no podía. 

Un grito de frustración brotó en su pecho y sintió como si le hubieran arrancado bruscamente él corazón  continuaba con su entrenamiento. Echando un vistazo a las tres pilas de practica arruinadas, Hipo respiró hondo, calmándose. No, no podía... no podía, dejar que la desesperación y dolor lo empujaran a malas acciones.

Había estado allí antes y sabía que podría no haber una vuelta por segunda vez... No podía arriesgarse a eso, no con el futuro de Heather, el de sus hijos y los estudiantes de su academia en juego.

Inmediatamente, Hipo sintió la caricia mental de su hermana a lo largo del vínculo que compartían, si bien no tenían telepatía, las caricias y palabras de Heather siempre lograban tranquilizarlo y animarlo en sus peores momentos. 

Cerrando los ojos, él se tranquilizó lo mas que pudo, y agradeció a Dios por tener a su hermana....

Esa noche se encontró en el apartamento de su hermana una vez más...Hipo echó una mirada desolada al reloj cuando mostró las 7 de la tarse y supo que Astrid gabía desaparecido. 

Podía sentir que su presencia se alejaba de el, para eso no habia que tener poderes...y Antes de que pudiera evitarlo, un suspiro escapó de él.

–¿Qué pasa, Tio Hipo?·

 Hiccup miró hacia abajo para ver a su sobrino más joven mirándolo con grandes ojos azules.

 Ojos tan parecidos a los suyos....

Tristemente, Hipo se preguntó si esta sería su única oportunidad de ver sus propios rasgos en un niño.

–nada pequeño, yo solo estaba pensando–dijo Hipo con una sonrisa forzada. 

–La echas de menos –dijo él pequeño solemnemente-.

Hipo miró a su sobrino en estado de shock. –¿Echo de menos quién? –preguntó, dudoso.

–Astrid– dijo el joven pelinegro...Hipo se arrodilló sobre una rodilla para estar cara a cara con el muchacho.

–Si, Astrid es una buena amiga mía y la echo de menos cuando ella no está aquí –dijo Hipo cuidadosamente, todavía mirando a su sobrino con cautela.

Él le sonrió y Hipo se sorprendió momentáneamente ante el sereno conocimiento que proyectaba el niño.

–Tú la amas como papá ama a mamá.–

susurra tu debilidad (hiccstrid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora