Capítulo 24.

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—¿Alguien tiene la mínima idea de por qué la ciencia es un factor importante en la rama de la Filosofía? —volvió a preguntar el profesor, después de que nadie, yo incluida, se dignó a contestar. 

Era la última clase del día. Durante la mañana, logré permanecer normal y tranquila cuando veía a Jorge por los pasillos. Seguí las indicaciones de Agustín de no estar a solas con él y eso parecía calmarme. Había sido apenas ayer cuando apareció en mi casa, sin ninguna razón lógica. Al final, la que quedó mal frente a Jorge y Michael fui yo, debido a que hice un espantoso acto en donde quería hacerle creer que necesitaba terminar una de mis tareas. Obviamente, no se tragó mis excusas.

Pero mi mentira de no querer hablar con él pareció no afectarle ya que en la hora del almuerzo, se desplazó a nuestra mesa y se unió a la conversación. Malena y Valentina estaban tan fascinadas con las historias graciosas que contaba, que ni siquiera notaron la incomodidad que sentía cuando Jorge me miraba de reojo.

Desde el momento en que había llegado a la universidad por la mañana, Agustín mantenía sus ojos en mí cada vez que podía. En la cafetería, su atención estuvo enfocada en Jorge hasta que terminó el descanso. De hecho, cuando estaba por entrar a la clase de Filosofía, él había estado cerca para asegurarse de que llegaría al aula. No sirvió de nada su mirada de mantener alejado a Jorge ya que compartía la clase con él. No estaba muy contenta con eso, tampoco es como si me fuera a drenar enfrente de todos pero no me sentía muy tranquila, sabiendo que estaba a unos pocos asientos de donde me encontraba.

El profesor Fuller no insistió en seguir con la dinámica de «yo pregunto, ustedes responden», y se dispuso a explicar sobre algo que realmente no estaba interesada en estos momentos.

—Tengo algo qué decirte —Valentina susurró, inclinándose hacia mí sin despegar la vista del profesor, quien seguía trazando palabras en la pizarra.

—¿Ya le dijiste a mi hermano lo que sientes por él? —cuestioné en voz baja, anotando los primeros párrafos del libro.

Rió brevemente y la vi sacudir la cabeza.

—Sabes bien que Mike será mi amor imposible y nada más —respondió, dándole vuelta a la página del libro.

—¿Entonces? —dije mirándola, por no tener la más remota idea de lo que tenía que decirme.

Cuando se percató que el profesor tuviera su atención en su papeleo, se giró hacia a mí.

—Voy a salir con Jorge —la emoción en su voz sólo hizo que mi estómago se revolviera.

Imaginarla con alguien como Jorge no era factible. Él había sido simpático desde que ingresó, pero detrás de eso, sabía que estaba una persona sin escrúpulos. Aún no lo comprobaba pero las sospechas que tenía hacia a él eran demasiadas que me eran imposibles contarlas con los dedos.

—No lo hagas —murmuré, con amargura. 

Había una posibilidad de que Jorge hubiera estado implicado en el fallecimiento de Sofía Rickson y la desaparición del chico, que hasta este momento, no ha habido noticias al respecto.

—¿Por qué no? —su sonrisa desvaneció de su rostro y frunció el ceño.

No tenía una respuesta concreta que lograra convencerla ante mi negación. Tampoco podía decirle lo que sabía, esa opción la abrumaría tanto que todo se volvería un caos.

—Porque amas a mi hermano —utilicé los sentimientos que ella sentía por Michael para ocultar mi frustración.

—Caro, tú misma me has dicho que era una pérdida de tiempo pensar que él alguna vez me vería como algo más que su amiga—explicó, muy segura de sus palabras—. Además, está con Karol y respeto eso. Así que, fue por eso que decidí intentar algo con Jorge, aunque aún no hemos hablado sobre ello.

atracción mortal; aguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora