Cuento a distancia.

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Taipéi, Taiwán. 9:05 am.

Steve estaba sentado en el comedor mientras desayunaba, tenía un colorido libro a lado y el portátil al otro, iba a tomar otro bocado de su lou ru fan cuando la llamada vía Skype llegó. Respondió sin dudar.

–¡Papi! –Peter estaba ya con la pijama y en cama a punto de dormir.
–¡Hola mi amor! –Steve tomó el librito y se lo enseñó– ¿Listo para tu cuento?
–¡Sí, sí! ¿Cuál es el de hoy?
–Pinocho.

Bucky y Sam observaban a Steve maniobrar con el libro de cuentos mientras intentaba leerlo. Steve nunca rompía la promesa de contarles cuentos a sus hijos aún si estaba a miles de kilómetros.

Nueva York. 9:20 pm.

...Entonces Pinocho y el grillito, desesperados, se hicieron a la mar para rescatar al pobre ancianito papá de Pinocho –La voz de Steve resonaba por los altavoces de la Macbook, Peter escuchaba atentamente a su papá– Y cuando Pinocho estuvo frente a la ballena le pidió por favor que le devolviese a su papá, pero la enorme ballena abrió muy grande la boca y se lo tragó también a él.
–¿¡Se los comió!? –Peter le preguntó con asombro a su papá que le enseñaba el dibujo de Pinocho y Pepe grillo siendo tragados por la ballena.
Bueno... algo así pero ¡por fin Geppetto y Pinocho estaban nuevamente juntos! Sólo que ahora debían pensar cómo conseguir salir de la barriga de la ballenaLa voz de Steve era perfecta cuando narraba los cuentos–, pero de pronto a Pepito se lo ocurrió una gran idea ¡Ya sé, dijo Pepito, hagamos una fogata! Y entonces el fuego hizo estornudar a la enorme ballena, y la balsa salió volando con sus tres tripulantes.
–¿Y no se lastimaron?
No, claro que no porque una vez a salvo, Pinocho le contó todo lo sucedido a Gepetto y le pidió perdón. A Gepetto, a pesar de haber sufrido mucho los últimos días, sólo le importaba volver a tener a su hijo con él. Así que le propuso que olvidaran todo y volvieran a casa.
–¿Y también Pepito Grillo iba con ellos?
¡Oh sí! –La voz animada de Steve hacía sonreír e imaginar el cuento a Peter que ya estaba cerrando sus ojitos, sucumbiendo al sueño–Pasado un tiempo, Pinocho demostró que había aprendido la lección y se portaba bien: iba al colegio, escuchaba los consejos del grillo y ayudaba a su padre en todo lo que podía, así como tú Pete, que nos ayudas a tu papá y a mí cuando cuidas a tu hermanita –Peter adormilado le sonrió a su papá con orgullo.

Taipéi, Taiwán. 9:28 am.

Como recompensa por su comportamiento, el hada decidió convertir a Pinocho en un niño de carne y hueso. A partir de aquél día, Pinocho y Gepetto fueron muy felices como padre e hijo –Cuando Steve terminó de leer y cerró el libro sonrió al ver a Peter profundamente dormido con una sonrisita–, descansa hijo.
Le daré un beso de tu parte –La voz de Tony mientras tomaba la Macbook le hizo sonreír más–, te extrañamos mucho, ¿cuándo vuelves?
–Si todo sale como planeamos, Sam, Bucky y yo regresaremos en dos días más. También los extraño y más extraño dormir abrazado a mi esposo.
Eres un cursi, abuelo –Tony soltó una risita mientras sus mejillas se teñían de carmín–, también extraño dormir a tu lado.

Cuando escuchó la voz de Sam llamándole, se despidió de su esposo y se apuró en terminar de desayunar. Había mucho trabajo por hacer.    

No es fácil ser papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora