Cheetos

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2:30 am. Hogar Rogers-Stark.

Steve duerme plácidamente sobre la mecedora en la habitación de Virginia, cayó en brazos de Morfeo mientras le leía un cuento a su princesa. Está tan cansado que no logra escuchar los ruidos provenientes de la planta baja.

Tony se ha quedado hasta altas horas mejorando una nueva armadura y arreglando el proyecto de ciencias de su hijo mayor, está a punto de quedarse dormido sobre la mesa metálica cuando Dum-e deja caer un desarmador que le hace saltar de la silla. Por un rato se queda contemplando un zapato que ha quedado en la esquina de su taller.

—... Café, café, café.

Tony sale arrastrando los pies y sube a la planta baja, todo está oscuro y logra esquivar el montón de bloques y juguetes que pululan por su lujoso piso de mármol. Se detiene en el marco de la cocina cuando es consciente de aquellos ruidos, toma su Starkphone y enciende la linterna del móvil. Suelta una carcajada, Peter se sobresalta y huye como un conejito lampareado pero Tony alcanza a tomarlo de la pijama y lo toma en brazos. Su hijo tiene toda la boquita naranja.

—¿A dónde crees que vas con mis cheetos?
―Tenía hambre, papi.
―... Bien, te haré algo de comer.

•••

Peter está por primera vez en el taller de su padre y está fascinado con todo lo que hay allí, mientras sigue comiendo un sándwich improvisado con las frituras y un montón de lechuga comienza a ayudar a su papi en terminar el proyecto de su hermano mayor.

―¿Quién es él?
―¿Ah? ―Tony apenas despega la mirada de uno los motores que tiene sobre la mesa― Oh, es Dum-e, un viejo amigo que cree hace muchísimos años. Puedo enseñarte si quieres.
―¿En serio? ―Peter salta feliz y se acerca al robot― ¡Dum-e podré hacerte un amigo! ¡Papi va a enseñarme!

•••

Steve despierta con dolor de cuello, ha dormido mal sobre la mecedora y le cuesta un rato estirar el músculo sin que le duela, ya le pedirá a su esposo que le de un masaje. El reloj de pared marca las seis de la mañana, ahora entiende porqué Claudio ha cantado. Sale de la habitación no sin antes darle un beso a la bebé y baja al taller de su esposo sólo para encontrarse con una bella escena:

Tony está todo despatarrado sobre el sofá durmiendo profundamente, tiene un cheeto en la boca y Peter está encima de él roncando y babeando el pecho de su padre.

Steve se ve obligado a tomar una foto.
Sonríe.
Ama su vida, ama a su familia y no puede estar más agradecido por haber pasado todos aquellos años hecho una capipaleta.

No es fácil ser papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora