Mascota II

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Steve sólo iba a acompañar a su hijo mayor al refugio de animales como parte de un proyecto escolar, la señorita Hill buscaba que sus pequeños alumnos comprendieran la importancia de adoptar un animalito de compañía en lugar de comprar uno y con eso fomentar la explotación de los mismos.

Johnny estaba maravillado con todos los perros y gatos que habían en el lugar, incluso vio conejos, hámsters y un cuyo.

Steve no planeaba cumplir ningún capricho que se le antojara a Johnny, además ya tenían a ese enorme gallo que lo desquiciaba con cada canto que hacía justo a las seis de la mañana y Tony fue muy claro: no quería más animales en su casa.

Por supuesto, Steve estaba muy equivocado.

En el momento en que Johnny vio a aquellos dos pequeños perros en una de las jaulas quedó prendado de ellos. Seguramente no tenían más allá del año y era notorio que se habían criado juntos. Cuando preguntó sus nombres no supieron responderle, eran un par de cachorros que hacía un mes habían abandonado afuera del refugio así que aún no tenían nombre. Johnny quiso interactuar con ellos así que en el momento en que entró a esa jaula el par de canes se le acercaron meneando la cola con la felicidad chispeando en los ojitos. Steve estaba seguro de ser muy claro a la hora de negarle a Johnny la adopción de aquellos perros pero en cuanto uno de ellos se le fue encima para lamerle la cara mandó al demonio su determinación y procedió a llenar y firmas los documentos necesarios para hacer oficial la adopción.

Johnny se había enamorado por completo de uno de ellos, un perro mestizo que era completamente blanco con humildes ojos café. El pequeño niño no pudo evitar comparar a su nuevo perro con Krypto, el perro de Superman.

—¿Ya sabes cómo va a llamarse? —Steve aseguraba las transportadoras que el refugio le prestaba para llevar a los perros.
—Sí papá, él será Krypto. Igual que el perro de superman —El niño hablaba maravillado—, ¿podemos comprarle una capa y un collar en forma de S?
—Si hay en la tienda, los compraremos.
—Papá, ¿cómo nombrarás al tuyo?
—Hmmm —El perro es cuestión era de pelo semilargo, en tonos cafés y negros, la trompa y las patas blancas con ojos oscuros, dulces y adorables—, me he decidido por Dodger, ¿qué opinas?
—¿Dodger? ¡Suena genial!

El Dr. Schäfer no se sorprendió cuando vio a Steve y al pequeño Johnny llegar, creía que vendrían por más cosas para aquel gallo gruñón que le había dejado unos picotazos en el brazo la última vez cuando le tocaba su revisión rutinaria.

—Hola, ¿qué los trae de vuelta? Los nuevos arneses para Claudio aún no han llegado pero tengo el alimento que el Sr. Stark me encargó.
—Oh no, venimos a comprar algunas cosas para nuestros perros —Anunció Steve con una sonrisa—. Hemos adoptado dos pequeños y necesitamos alimentos y esas cosas.
—Oh, ya veo. Decidieron ampliar la familia —El médico sonrió—, no creí que al señor Stark le gustaran los perros también.
—Papi no sabe que hemos adoptado a Krypto y a Dodger —Mencionó Johnny cubriendo su boca en un gesto travieso—, ¿tiene capas de superman? Quiero una para Krypto.

Una hora después Steve y Johnny salieron con correas, pecheras, tazones y juguetes que necesitarían por ahora. También compraron unas cuantas bolsas de alimentos y dos enormes casas de madera. El Dr. Schäfer ya había aplicado su primera dosis de vacunas y sus desparasitantes a esos dos lindos canes.

Ahora Steve necesitaba aminorar el enojo de su esposo al llegar a casa. Compró hamburguesas con queso, donas y papas fritas, tal vez no calmaría del todo el enfado pero sí aplacaría un poco los regaños.

La sorpresa que se llevaron los rubios fue mayor al ver que el enojo de Tony no se comparó al de Claudio que corría y aleteaba por toda la casa intentando picotear a esos nuevos intrusos. El gallo no se quedó quieto hasta sacar al patio a los perros y así fue como se quedó echado aquel día junto a la puerta corrediza, siempre que Steve o Johnny querían abrir el gallo se les lanzaba encima.

Peter, Virginia y Tony se reían a carcajadas mientras comían sus hamburguesas. Sería divertido ver a Claudio pelear contra Krypto y Dodger.

No es fácil ser papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora