A tu izquierda

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Como cualquier sábado por la mañana, Sam y Steve salieron a correr pero en esta ocasión, Steve decidió llevar a la pequeña Virginia con él. Tony tendría su propia batalla llevando al par de diablillos con el pediatra.

—No puedo creer que hayas escapado con tu hija para no llevar a Peter y a Johnny con el doctor —Sam negaba con la cabeza—. Hombre, eres todo un caso.
—Aún no soporto ver cómo los vacunan —Steve rió—, cuando tengas hijos sabrás a lo que me refiero.

Sam aprovechó el momento para adelantar a Steve pero éste ni tardo ni perezoso aumentó la velocidad sin importar que llevaba la carreola, agradecía a Fury por la lujosa carreola, hecha especialmente por Shield, que les había obsequiado.

—A tu izquierda.
—¡Oh no, demonios, no! ¡STEVE!

Pero Steve se tropezó y cayó abruptamente al suelo llevándose un gran raspón en toda la rodilla y parte de la pierna. Sam vio todo en cámara lenta.

—¡LA CARREOLA! ¡LA BEBÉ!
—¡TONY ME VA A MATAR!

Sam corrió lo más rápido que pudo y con los pulmones quemándole logró tomar la carreola pero ésta se deladeó y ambos cayeron, por suerte, la bebé encima de él.
Steve se acercaba renqueando y Sam sin importar que su brazo se había atorado con la carreola se apuró a sacar a su sobrina que daba grandes llantos asustada por los gritos y la caída. Sam la acunó entre sus brazos intentando calmarla.

—Ya pasó cariño, fue un descuido —Virginia lloraba intensamente y Sam la arrullaba—. Shhh, shhh, tranquila mi cielo. Todo está bien. Todo está bien.
Papi...
—Dios mio, creí que iba a morir —Steve revisaba cada centímetro de su pequeña hija en busca de algún golpe pero sólo había sido el susto—. Mantengamos esto en secreto de papi, ¿de acuerdo princesa?
Quiero a papi...
—Tony te va a castrar si se entera —Sam comenzó a reírse mientras le hacía caras a la pequeña para que se distrajera.

A lo lejos Erik Lehnsherr había observado todo y el pequeño Pietro también.

—¿Le diremos al tío Tony? —Pietro era demasiado travieso y le encantaba hacer enojar a su padre— Podrías decirle y así ya no estarías enojado porque el tío Steve ganó el concurso al papá más guapo de mi salón... ¿Erik?
—Deja de llamarme así, soy tu papá —Hizo una mueca y lo pensó mejor—. Ya veremos, hijo, ya veremos...

No es fácil ser papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora