¿Besos? ¡No!

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Es sábado por la mañana, los niños están tomando su desayuno en el jardín y Tony y Steve están besándose de lo más cursi mientras yacen sobre el sofá de la sala cuando un par de pegajosas manos los toma por sorpresa. Es el pequeño Peter que hizo que se separaran.

―¡No se besen!
―¿Por qué no, bebé? ―Pregunta entre risas Tony.
―¡Por que no!

Steve toma la barbilla de Tony y le da un sonoro beso que sin duda es correspondido. Peter vuelve a gruñir y los separa.

―¡Que no se besen! ¡No besos!

El par no puede con las risas y siguen dándose besos ante el berrinche y la interrupción del niño.

―¡Noooo! ¡No besos!

Peter se sube al sofá y se interpone entre ellos mientras llora. Steve muere de ternura y Tony se carcajea mientras lo abraza y le da un beso en el cachetito.

―¿Y por qué papi sí puede besarte? ―Le pregunta Steve a su pequeño hijo.
―Porque papi es mío.
―Vaya, vaya, ¿a quién me recuerda?

La mirada de Tony hace sonrojar a Steve que desvía la vista hacia la televisión apagada.

No es fácil ser papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora