Luego, está la amiga que no quiere ofender. Esa, que no es gorda, y cree que tener unos kilos de más es como ser portadora de una horrible enfermedad, de la que ni tú ni la morcilla tenéis culpa. La que, para no molestar, o no resultar grosera, termina en "ita" o "ito" todas las palabras.
_ Chica, me he puesto a dieta, porque he cogido unos kilos este invierno, y no veas lo incómoda que estoy. Y además, la gente no me deja en paz, que parece que haber engordado un poco es un delito.
Y esperas que te diga: "Ah, pues yo no te veo más gorda, será la ropa". Pero no, va ella y te dice:
_ Tú no les hagas caso, no pasa nada por ser gordita, si tú te sientes bien y no tienes complejo... Yo es que, como me hincho de comer y no engordo, pues no tengo ese problema.
Claro, yo me siento estupendamente con las roscas que han salido en mis muslos, y tú me acabas de dejar claro que estoy hecha una foca. ¡Pues para tanto no es, idiota! Una cosa es que haya sucumbido al placer del mojeteo, en la época en la que los jerseys de lana lo disimulan todo, y no me haya dado cuenta de que después del cuello alto viene el despelote, y otra muy distinta es que vengas tú aquí, con tu cara de mosca muerta, y me digas gorda en toda la cara. Complejo dice... ¡Que no tengo complejo yo!¡ Anda y vete a tu casa y te comes todo eso que dices que no te engorda, a ver si revientas esta noche!
Ya no le abro mi corazón más a nadie, que luego, mientras te está consolando, te mira directamente al michelín que sale en el costado, justo debajo del brazo, y que el sujetador aprieta, convirtiéndolo en todo un espectáculo, y no sabes donde meterte. Porque claro, el costado es algo que se ve de frente, de espaldas y de perfil.
Y las peores de todas, pero con diferencia, son aquellas que, sin estar ni siquiera hablando del tema, estiran su dedo índice y lo hunden en tu estómago, mientras sonríen. Ese gesto significa: "mira el cacho molla que tienes aquí, por si no te habías fijado". Y ya está, luego siguen ellas hablando de lo que sea, o haciendo cualquier cosa, y te dejan con el puntito rojo del dedo señalado, y una cara de idiota increíble, por no haber podido responder a lo que no han dicho.
Casi prefiero a las que me dicen que estoy más gorda este verano, porque a ellas por lo menos les puedes contestar. Lo que pasa, es que si expulsas fuera el animal salvaje que se despierta dentro de ti, parece que te preocupa demasiado, y entonces es capaz la tía de decir que estoy acomplejada, como la otra. ¡Que no tengo un trauma!Lo que tengo son cinco kilos de pringue que me he comido este invierno, y que aún siguen pegados ahí en el lomo, y hacen que la ropa me impida respirar. Yo creo que no es tan difícil.
Aunque la verdad, si lo pienso fríamente, no habría ninguna respuesta acertada en este tema. Porque luego hay otras que te miran la lorza y te dicen: "Estás más delgada". Y eso también despierta a la fiera, porque es una ironía claramente, que en realidad lo que quiere decir es: "¡Jajaja! Mira lo que tienes ahí".
Lo mejor sería regalarles a todas un bote de pegamento superadhesivo, y decirles que es brillo de labios. Asco de tías.
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¡Cómete el bikini!
HumorCuando el bikini se transforma en tu peor enemigo, lo mejor es meterlo dentro de un buen trozo de pan... ¡y ponerle bastante salsa!