Capítulo 17. El mundo interior.

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Si hay una cosa menos eficaz que las cremas anticelulíticas, esa es la paciencia de las mujeres. Los fabricantes son listísimos. Ellos lanzan al mercado una crema hidratante normal, dicen que es capaz de quitar la celulitis en un mes, pero que no te puedes saltar ni una sola aplicación, porque si te la saltas pierdes todo lo que has hecho y vuelves a contar desde el primer día otra vez. De esta manera, no va a haber ni una sola mujer que pueda protestar, porque nadie en su sano juicio es capaz de estar un mes entero echándose crema con un masaje de diez minutos por la mañana y por la noche sin que se le olvide ni una sola vez.

Yo, por lo menos, lo he intentado muchas veces, y siempre se me olvida. Dicen que a partir de la primera semana, empiezas a notar ya la piel más suave y tal. Pues claro, si no estás acostumbrada a esa hidratación tan exhaustiva, normal. Tienes los muslos secos como palos, y de pronto los empiezas a cuidar, pues normal que se pongan más lisitos.

Yo creo que eso es mentira, pero bueno, nadie lo sabrá nunca, porque nadie completará el ciclo con éxito. De todas maneras, la publicidad es engañosa en sí misma. Te venden un limpiador del hogar normal, y después sacan otro, que dicen que es antibacterias, que vale el doble. Y tú lo compras, porque te crees que acaba con las bacterias. Y digo yo, ¿Cómo sabes que ha quitado las bacterias, si las bacterias no se ven? 

Pues la celulitis no se quita, que lo sepáis. Puedes tener menos, pero quitarla del todo, no. Y que no importa. Porque es que en eso solo nos fijamos las mujeres cuando no tenemos ya otra falta que sacar. Cuando vemos a una mujer perfecta, que no podemos criticar de ninguna de las maneras, nos esperamos a que se siente, y cuando vemos que le salen las bolillas en el muslo, ¡zas! A despellejarla viva.

Pues a mí me da igual tener celulitis. Yo lo que quiero es no tener bultos de los gordos. Había pensado en una faja, pero es que las fajas aprietan mucho para lo poco que sirven. Porque es que hay que ver lo poco que reduce una faja y lo mucho que estruja. Un día vi en Madrid una tienda de tallas especiales de fajas. No eran grandes, eran enormes. Con decir que el escaparate ocupaba media manzana y solo cabían dos...

Pues yo creo que eso es estrujarse a lo tonto, porque quien necesita una faja de ese tamaño ya le da igual no ponerse nada. La faja digo yo que será para que en vez de parecer morcón parezcas morcilla. Para disimular las roscas, seguramente.

Pero que yo lo veo una tontería. Además, atenta la faja contra la anatomía humana. La raja del culo queda totalmente disimulada. Se queda tan apretado y tan redondo, que luego llevas la costura del pantalón en un lado, por no saber la pobre por dónde meterse.

A mi no me gusta, la verdad. Prefiero llevar las cosas sueltas que bajo esa presión. Total, para cuatro días que vamos a vivir, tampoco es plan de no respirar. Y luego, que todo lo que estiran de abajo lo suben para arriba, y dejan un tolondrón en el estómago que es horroroso. Para que no se notara mucho el corte, tendría que ser de esas enteras que usaban nuestras abuelas, de pantalón corto y sujetador incluido, en beige. Ahora, que a ver lo bonito que está llevar eso por debajo de la ropa, y qué ropa de verano no deja asomar esa armadura por debajo, o por encima.

Yo lo que no he entendido nunca es por qué a cierta edad siempre hay que comprarse los sujetadores color piel. No he visto todavía a una sola mujer mayor que lo lleve de otro color. Bueno, y ahora las jóvenes se lo compran también mucho. En color visón, dicen. Sobre todo las bragas. Pues las bragas se notan siempre, que lo sepáis también, y encima son más feas que pegarle a un padre. Y lo que más se nota son los tirantes esos de plástico transparente, que les da el sol y brillan a la legua. Que ya han inventado los sujetadores sin tirantes, señoras, y que ya sabemos que lleváis bragas, que parece que es una vergüenza que se noten a través del pantalón, pero si se ve el tirachinas por encima de la cinturilla no pasa nada. O por debajo, que los pantalones cortos, si llevan medio bolsillo fuera, a lo mejor dejan fuera también algo más.

Yo para eso prefiero no estar delgada. Porque si estuviera delgada, todo el mundo me diría: "Toma, ponte esto, que tú tienes un tipito que te puedes poner lo que tú quieras". Y normalmente, ese tipo de modelos que se pueden poner solo las delgadas, suelen ir de lycra hasta arriba, y con las partes blandas al aire. Mejor no.

Bueno, yo con mirar para abajo y verme los pies, me apaño. Me voy a la feria.,. ¡sin faja!


¡Cómete el bikini!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora