Capítulo 6. Fruta y agua.

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Pues a mí el verano no me quita las ganas de comer, la verdad. Y me parece a mí que a todo el mundo le pasa igual. Eso de que con el calor están embotados, y sólo les apetece fruta y agua creo yo que es mentira. Porque es que yo voy por la calle y veo a la gente en las terrazas de los bares, desde bien temprano, bebiendo café y comiendo tostadas, y luego a media mañana veo yo también a todo el mundo hinchándose de cerveza con tapas de ensaladilla rusa, y a mediodía, los veo ponerse ciegos de pescado frito, y por la tarde veo yo que pasa el de las tortas por la playa, y en cinco minutos no le queda ni una, y por la noche los veo comerse los camperos, más gordos que sus propias cabezas, acompañados de medio kilo de patatas fritas, y con bastante alioli. Yo ahí no veo fruta por ningún sitio. Como no sea que consideren fruta la que llevan los helados, o cuente como ensalada el tabaco que se fuman...

Que luego viene todo el mundo de las vacaciones con el botón del pantalón a punto de reventar. Yo opino que eso, de fruta y agua no es. Pero bueno, cada uno que diga lo que quiera, yo no me lo creo. Lo que sí es verdad, es que cuando te pones morenita, pareces más delgada. Pero es que yo lo que tengo más gordo son los muslos, y cuesta mucho trabajo que se pongan morenos. Y cuanto más gordos son, más trabajo cuesta. Yo no he visto a ninguna gorda con los muslos morenos, la verdad. 

No hay más que observar un poco, por ejemplo a los niños. Los flacos se ponen negros, los gordos no. Se ve que la melanina se expande tanto que no hay manera. Pues a mi me pasa igual, los años que estoy más delgada, luzco un moreno nigeriano, y sin embargo, otros años...

Te pones un bañador, y te tapas la barriga, dicen. Pues no, que sepáis que no te la tapas. La tienes ahí, y se te nota perfectamente. ¡Que el bañador es una tela finita, por Dios!¿Qué va a tapar eso? Mejor el bikini, que por lo menos deja que se te queme. Lo malo del bikini cuando tienes la panza un poco prominente, es que, o te lo compras sobaquero, o se te enrolla debajo de la barriga, y vas enseñando el forro siempre. Y te lo subes, y se te vuelve a enrollar. Por la parte de arriba no hay problema. Lo que se quede fuera, bueno es. Mientras que no enseñes el pezón, vale todo. Ahora, yo no se si alguien más se ha fijado lo cómoda que es la moda esta del rasurado bajero. Ya nadie piensa si un bikini se transparenta o no, porque ya nadie lleva la peluca esa impertinente de los setenta, que la gente conservaba ahí como oro en paño, y preferían comprarse el traje de baño oscuro antes de aflojar melena. Yo una vez le llegué a poner cuatro forros, además del que ya traía, a un bikini blanco...

A mi lo que no me gusta es que la gente se agache en la playa sin doblar las rodillas. Me parece una falta de respeto, porque yo soy de almorzar tarde, y cuando acabo de terminar, ya es la hora de la merienda de los niños, y entonces coge la madre, y se agacha para coger los actimeles de la bolsa, y no tiene nunca la precaución de mirar si hay alguien justo detrás, y resulta que estoy yo. No me gusta ver esa perspectiva, y menos después de comer, no me gusta.

Otra cosa que me da mucha vergüenza es correr en bikini. Jamás lo he hecho, aunque la arena esté a doscientos grados, y sepa yo que después no voy a poder ni ponerme las chanclas, porque voy a tener las plantas en carne viva, yo no corro hacia el agua. El movimiento pendular de la lorza cuando coge velocidad es horroroso. 

Hacer dieta en pleno verano, es tener un sufrimiento constante, porque a la gente le gusta quedar sólo para comer. Y claro, vas tú con la manzana en la fiambrera, y te la comes calentita, de haber estado toda la mañana al sol, y negra como un higo, mientras los demás se ponen las botas de helados. Y encima te dicen: "¿Quieres probar el helado? Ah, no, perdona, que tú no puedes..."

¿Y yo por qué no puedo y tú sí? ¿Acaso tú no tienes espejo en tu casa? Las peores, las gordas que se meten con otras gordas menos gordas que ellas.


¡Cómete el bikini!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora