-oye Leo.-escuche a Mati y lo mire.-nunca me has contado como llegaste al bar...
Eso era totalmente cierto, ambos nos conocimos en el bar, pero, ninguno sabe como es que el otro llego a ese lugar.
No era una historia que me gustara contar, era basicamente recordar la mala infancia y pre-adolescencia que tuve, cada vez que lo recuerdo, me siento mal, pero, Mati es mi mejor amigo, es como mi hermano, así que creo que lo justo seria decírselo.
-te lo dire... pero tu también debes contarme tu historia.-propuse.
-trato.
-okey.-aparte mi mirada de el y la dirigí hacia el televisor que se encontraba frente a nosotros.-creo que lo de mi padre ya lo sabes, después de eso... su hermano, mi tío, se hizo cargo de mi y de mi madre, ellos se juntaron y bueno... mi madre pasaba todo el tiempo trabajando y el me trataba como la mierda, me gritaba, me insultaba, me golpeaba. Un día, tenia 12 años, creo, invite a mi mejor amigo a mi casa, Elian y por alguna razón nos besamos, queríamos saber como se sentía y lo hicimos, mi tío llego, lo corrió, me golpeo y...-trague saliva tratando de deshacer aquel nudo que se había formado en mi garganta.-me violo... no solo lo hizo esa noche, lo hizo cuantas veces pudo.
Los ojos de Mateo casi se salen de su lugar y su mandíbula casi cae al suelo.
-¿que...?-dijo con voz ahogada.-¿abuso de ti?.-preguntó en un susurro casi inaudible.
-si... tiempo después, fue cuando mi madre me dijo sobre el cancer y después murió, me quede solo con el, el me saco de su casa y bueno, termine en una casa hogar, ahí también me maltrataban así que me largue cuando tuve oportunidad y termine en la calle, caminaba por las calles cuando me encontré con un hombre... el jefe, y desde ese día aquí estoy, el me juro un hogar, un techo, comida, trabajo, dinero y estudios, el me salvo, si, ahora estoy en esto pero... me saco de las calles.-me encogí de hombros.
-¿y tu demás familia?.-pregunto Mati esperando una respuesta.
-no lo se, ellos vivían lejos así que, nunca supe de ellos, no pude contactarlos y ni siquiera se si ellos saben que mi madre murió... te toca.-susurro lo ultimo.
Los ojos de Mati se cerraron por unos segundos mientras parecía tomar aire, cuando los abrió, note como estaban ligeramente cristalizados.
-yo tenia solo once años, al parecer mi padre se dio cuenta de que era gay incluso antes de que yo lo supiera.-se encogió de hombros.-un día me llevo a el bar, quería que viera chicas semidesnudas bailando, al parecer; ambos estábamos tranquilos, hasta que de repente, se escucharon disparos por todo el lugar, asustado, me aleje de mi padre y me escondí detrás de la barra, el bartender estaba ahí y se encargo de que no me pasara nada.
»cuando los disparos terminaron, Adam llego a nuestro lado, me pregunto que si que hacia ahí, pero simplemente las palabras se atoraban en mi garganta, el me tomo en brazos y me saco de ahí, me subieron a una camioneta con ellos y salimos de ahí, no se que paso con mi padre... no se si murió, o si salió vivo de ahí, desde ese entonces estoy ahí.-sorbió de su nariz y unas cuantas lagrimas cayeron por sus mejillas.
-¿por que no contactaron a tu familia?.-pregunte confundido.
-no lo se... supongo que no querían meterse en problemas.-murmuro.
-¿no los extrañas?
-claro que si, mi madre, hacia los brownies mas deliciosos del mundo, mi hermano Zac, amaba la música, su sueño era ser un gran cantante y guitarrista, me pregunto si lo habrá logrado, mi hermanito Tomas, a el le encantaba seguirme a todos lados y amaba los dinosaurios, era super inteligente, y mi hermanita... Aurora, mi princesita... ahora tendría ocho años, Tomas tendría trece y Zac veintiuno... los extraño, si.