Sus ojos conectaron con los míos, su pulgar acariciaba mi mejilla, y estaba seguro de que estaban enrojecidas, acerco su rostro al mío y pego nuestras frentes, casi automáticamente, mi mano subió a su cuello acariciando su nuca.
-no quiero arruinarlo de nuevo.-me susurro.
-no lo harás... te lo prometo, yo tampoco pienso hacerlo.
Sus manos se deslizaron bajando hacia mi cintura sosteniéndome con fuerza a la vez que sentía que temblaban sobre mi.
Note que seguía indeciso, ese acto me pareció adorable, no quería que pasara lo de la ultima vez y yo tampoco, pero en mi cabeza solo pasaba la idea de besarlo, rozarlos y sentir su sabor.
Tome la iniciativa y con la mano que estaba en su nuca, lo jale hacia mi, logrando que por fin nuestros labios se juntaran.
Dios, era la segunda vez que lo besaba, sin embargo, fue la primera vez que me detuve a sentirlo de verdad, sentía como sus labios rodeaban mi labio inferior, encajaban y se conectaban como un par de imanes, a la perfección, sentí el sabor a sandia, lo oí mencionar en algún momento que era su sabor de chicle favorito.
Al parecer perdió el miedo, por que deje de sentir sus manos temblar y sus caricias dominaron esa zona, subían y bajaban por mi cintura a la vez que sus pulgares hacían círculos en mi estomago.
Mis manos jugaban con su cabello, sentía como la seda pasaba por entre mis dedos, era tan suave, era la sensación mas maravillosa del maldito mundo, ademas de sus labios sobre los míos.
Acababa de encontrar mi sensación y mi sabor favorito, y ambas son sus labios.
Sus dientes rodearon mi labio jalándolo y sacándome un jadeo.
-que lugar tan romántico para una declaración y un primer beso.-dijo sarcástico mientras reía mirando hacia nuestro alrededor y reí junto con el.
-había olvidado que estábamos en el baño.-mi cara se sonrojo y me pegue a su pecho escondiéndome.
-igual yo.-dejo de reír y sus brazos rodearon mis hombros.
Me separe un poco y lo mire.
-ahora... ¿que va a pasar?
-¿que va a pasar? ¿De que?
-tu y yo, cuando salgamos de aquí.
-pues... me gustas, te gusto...
-alto ahí Romeo.-dije gracioso y el me miro extrañado.-yo nunca he dicho que me gustes.-me burle
-ah... y no es así?.-dijo también burlándose, llevo su mano a mi frente y aparto un mechón de mi cabello que caía sobre ella, un gesto muy tierno desde mi punto de vista.
-pueeees.-alargue.
-oh vamos.-rió y se acerco para dejar un casto beso en mis labios.
-oye oye! Que son esas confiancitas?.-golpee su pecho.
-que? Ya no dejaras que el chico que te gusta te bese? Por que se que te gusto.-sonrió travieso.
-esta bien... si me gustas, pero me costo bastante darme cuenta o mas bien, me costo bastante aceptarlo.-murmure avergonzado.
-por que no salimos de aquí? No es el lugar mas cómodo para hablar.
-de acuerdo.
Jeisen y yo salimos del baño y fuimos al patio de la escuela para sentarnos en el césped relativamente cerca, ambos con las piernas en forma de mariposa y nuestras rodillas rosándose, el recargo el peso de su cuerpo sobre sus manos en el césped.