Capítulo 11... Yoonmin...

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La escena que encontró al entrar, no le agradó en absoluto.

— ¡Diablos! —gruñó Hoseok al ver la brutalidad con la que Yoongi alejó a su hermanito del humano. No era nada empático o algo similar pero sin duda eso debió dolerle mucho al más débil.

—Llama a Jin, Hoseok —bramó el más pálido, sosteniendo a su hermano por los hombros. Realmente JungKook tampoco lucía bien— ¡Ahora!

Reaccionando como pudo, corrió fuera de la habitación en busca del mayor en la casa.

Diablos, ni siquiera sé dónde está. Pensó al doblar por el pasillo. 

Si yo fuera Jin, estaría en... ¿En?... Oh, claro... ¡Follando con NamJoon!

Finalmente se detuvo, agudizó el sentido del oído y después volvió a correr.

(***)

— ¿Qué sucedió? ¿Dónde está Jungkook? —SeokJin entró a la habitación con un rostro sumamente preocupado.

— ¡¿Por qué tardaste tanto?! —reclamó Yoongi intentando detener la hemorragia del pequeño humano.

—No querrás saber lo que estaba haciendo —la voz ronca de NamJoon sonó con picardía desde el umbral de la puerta.

—Sí, no querrás saberlo —añadió Hoseok con un rostro lleno de desagrado.

— ¿Por qué JungKook se encuentra así? —Jin sostuvo la cabeza del vampiro más joven con mucho cuidado

El menor estaba algo aturdido y tenía los ojos desorbitados. No había tiempo para bromear, era muy serio.

—Bebió de Jimin —respondió.

— ¡¿Qué?! —Jin se alteró— ¡¿Por qué permitiste que hiciera eso?! —Yoongi rodó los ojos. Era obvio que también tenía un humano herido bajo sus manos llenas de sangre— ¿Sabes cuánto bebió? —él negó suavemente con la cabeza—. No parece muy grave, está mareado solamente. Nunca lo ha hecho; así que esperemos que su cuerpo pueda digerirlo adecuadamente.

—Hay que mantenerlo alejado de Jimin —sugirió NamJoon.

— ¿Por qué? —preguntó un curioso Hoseok

—Porque no podrá controlar su sed y es peligroso, para un pequeño vampiro como él, que toda su vida se ha alimentado de animales salvajes... —explicó Yoongi mientras dejaba caer algunas de su propia sangre en la boca de Jimin. 

(***)

—Du... duele... ¡Duele!... —Jimin apretó los ojos nuevamente.

—Debería. Estoy intentando curarte. No te muevas —el pequeño humano gritó, la aguja jalaba sin cuidado su piel— ¿Podrías callarte? —el vampiro rodó los ojos, se detuvo a mitad del proceso y lo miró con enfado.

— ¿P-por qué? —suspiró el humano, intentando ahogar sus quejas. No quería que el contrario se enojara, resultaría más doloroso.

—Porque me molesta.

—No... ¡Auch!... —ni siquiera le había puesto alguna clase de anestesia—. Eso no... ¿P-por qué me ayudas?... —se armó de valor y lo miró directamente, aunque su pregunta salió en un tono sumamente tímido.

—Porque estás herido. Creo que mi hermano te arrancó un poco de piel y músculo, así que puede ser peligroso para un humano como tú —suspiró cansado, volviendo a su labor.

—Mátame.

Yoongi volvió a detenerse y le observó con asombro.

—D-déjame morir... Bebe toda mi a-alma... P-por favor... —apretó los ojos. El más pálido pareció volverse más colérico y la aguja se clavaba sin cuidado— ¡Por favor! —gritó finalmente. 

Estaba desesperado, Suga podía sentir el movimiento de su pulso.

— ¡No planeo hacer eso! —frustrado se levantó y se alejó del pequeño.

Estaba furioso pero no podía herir más a ese frágil cuerpo.

— ¡Mátame ya! —chilló Jimin tomando fuerza entre el llanto para sentarse en la cama y de alguna forma suplicar.

Sus mejillas fueron ahuecadas de repente, sus lágrimas sin control cesaron y la sorpresa explotó en su estómago cuando unos labios comenzaron a moverse sobre los suyos.

Oh, dulce infierno... 

Si alguien le hubiese dicho que los besos de un demonio eran así de calientes, objetaría que en verdad, ese alguien no tenía la mínima idea de lo corto que se quedaban esos adjetivos.

—Tranquilízate... —susurró sobre su boca, un hilo invisible uniéndolos aún—. No pienso matarte... no lo vuelvas a pedir.

Jimin se quedó petrificado cuando la realidad cayó sobre su mente como una roca. Estaba solo de nuevo pero ¿Qué acababa de suceder?

[***]

—Buenos días, Jiminnie —una voz cantarina lo despertó esa mañana—. Aquí está tu desayuno...

Rápidamente volvió a sentarse en la cama y se talló los ojos para ver con claridad a la figura que acababa de entrar.

—Eres tú, de nuevo... —suspiró suavemente.

— ¿Es acaso desilusión lo que escuchó? —sonrió suavemente ese chico.

— ¿D-desayuno? —decidió evadirlo y no hacerlo enojar.

—Oh, sí. Suga me pidió que lo hiciera, así que ahora tendrás desayuno y el almuerzo. Sigue portándote bien, Jiminnie y Suga te seguirá consintiendo.











Bloodstream -Yoonmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora