Capítulo 26... Yoonmin...

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Yoongi había comprendido que durante el invierno, los humanos debían estar más abrigados para conservar su calor. De lo contrario, enfermaban, tal como Jimin lo hizo y así tendría que verse en la necesidad de obligarlos a beber su sangre para recuperarse. 

La noche en la que Jimin estaba finalmente libre de fiebre, YoonGi le hizo vestirse en un afelpado pijama y cubrirse con una manta caliente, a un lado de la chimenea, de la cual por fin descubrió el uso gracias al pequeño humano.

Le sorprendió el hecho verse preparando una bebida caliente y cuidando finalmente de algo, puesto que Jungkook no resultó requerir nada muy especifico o SeokJin era quien se ocupaba de ello. 

—Gracias, hyung... —susurró el pequeño recibiendo la taza caliente entre ambas manos, para tratar de sorber un poquito y calentar sus dedos. 

El tenue sonrojo en las mejillas del peli gris, se notaba aún con la baja luz que el fuego proporcionaba. 

Se sentó detrás de él en el sofá; bueno, de hecho, Yoongi ocupaba el primer asiento, sólo que Jimin decidió apoyar su espalda en el pecho ajeno para poder estirar los pies a lo largo del mueble. El pálido simplemente rodeó con sus brazos al humano, esperando que su temperatura corporal no le afectara de nuevo. 

— ¿Está bueno? —cuestionó el vampiro entre el tenue silencio, observando a Jimin beber con lentitud, puesto que apoyó su nariz en la cabeza adversa. Jimin siempre olía delicioso.  

—Sí, hyung. Gracias... —volvió a susurrar el chico algo incómodo al parecer, ya que se removió un poco bajo la manta. 

— ¿Te sientes bien? 

—Uhm... en realidad, me siento un poco caliente... —suspiró el menor jugando con sus pies envueltos en calcetines gruesos y fuera del cobertor caliente. A YoonGi ese gesto le resultó adorable pero no dijo nada al respecto. 

— ¿Tienes fiebre? —palpó su cabeza y al parecer así era—. Creo que sigues enfermo, pequeño. Déjame ver... 

Intentó quitarle la manta, aunque Jimin enseguida negó. 

— ¡No, hyung! —se aferró a la frazada y se pegó más al pecho del vampiro, para no hacerlo enfurecer—. No lo haga, hyung. E-estoy bien... —titubeó, no quiso hacerlo aunque estaba muy tímido en ese momento. 

— ¿Qué sucede, pequeñín? —frunció el ceño. El hecho de que a estas alturas Jimin se negara, le sorprendía, pues éste ya sabía que tan fácil sería arrancarle el cobertor o lo poco paciente que era. 

El humano se cubrió el regazo cuando YoonGi lo desnudó de un sólo tirón. 

— ¡Hyung!... —chilló el pequeño, bastante avergonzado. 

No tenía idea de qué era o qué tenía, sin embargo, en un momento comenzó a sentir su cuerpo muy caliente. No en el aspecto que el vampiro pensaba, si no de la forma en que acababa de ser descubierto. 

—Pequeñín —sonrió el mayor, intentando con todas sus fuerzas compadecerse y no burlarse del chico—. Debió ser mi sangre. Lo lamento —sus disculpas jamás sonaban sinceras si siempre usaba ese tono de voz—. La sangre de un vampiro puede ocasionar que un humano se sienta bajo los mismos efectos que con un afrodisíaco, pequeño. No es tu culpa. 

Jimin se sentía excitado y apenado. No sabía qué hacer.

Ahora conocía la razón y aunque quería mirar mal al demonio, necesitaba de él demasiado.

—No te preocupes. Yo te ayudo... —sonriendo aún, el vampiro metió su mano helada bajo los pantalones pijama del pequeño Park. 

El menor enrojeció aún más cuando un jadeo escapó de sus labios sin previo aviso, aunque terminó cerrando los ojos en el momento en que comenzó a ser masturbado. 

Bloodstream -Yoonmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora