Capítulo 33... Yoonmin...

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~5~

Había dejado a Jimin durmiendo en la cama, tranquilo, desnudo y bastante cansado.

Esa noche en especial, lo habían hecho mucho y por tanto, el humano ya no resistió más, su energía se terminó y cayó dormido cuando alcanzó el orgasmo en el último intento.

YoonGi se levantó de la cama después de eso, no era que no le gustara quedarse a lado del pequeño pelipurpura, al contrario, podía quedarse toda la noche observándolo, analizando cada detalle de su ángelical rostro y sonriendo por lo torpe, tímido y temeroso que podía llegar a ser.

Estaba cayendo completamente por ese chico, en lo profundo de su cerebro lo sabía. Caía demasiado y no era bueno. Jimin sólo era el inicio de un plan, por lo que no sería el único después de todo.

El menor pareció despertarse a mitad de la noche, Yoongi pudo escuchar con su agudo sentido del oído, los cotidianos y suaves quejidos que el humano producía cada que se sentaba despacio a la orilla de la cama. Estaba dolorido y por ello sonrió.

— ¿Hyung?... —cuestionó el pequeño en un susurro, cuando se dio cuenta que no estaba ahí— ¿Suga-hyung?...

YoonGi estaba en el estudio continuando con su trabajo pero en cuanto notó su preocupación, regresó en un par de segundos a su habitación para tranquilizarlo.

— ¿Qué ocurre, pequeñín?

Jimin ya no parecía sorprenderse, las habilidades que tenía ya no lo tenían tan asombrado como al principio y al parecer, las disfrutaba también.

—Hyung... quiero que lo hagamos de nuevo...

YoonGi gruñó. Lástima que lo hizo por frustración y no por alegría.

Imaginarse a Jimin en ese momento era lo último que le quedaba.

Pensar que alguna vez lo tuvo en su habitación desnudo, dormido y exclusivo, lo estaba volviendo loco.

Moriría ahora. Sin él.

Se removió con todas sus fuerzas en esa silla, sin conseguir zafarse. No podía liberarse y ya no faltaría mucho para el amanecer.

Podía sentir el descender de la temperatura antes de que sucediera, la brisa matutina sobre sus mejillas frías y el ardor que anticipaba el final sobre toda su piel.

[***]

— ¡Mierda, Park Jimin! —Taehyung maldijo exasperado. Su mejor amigo había huído. Le había fácilmente engañado y abandonado en la habitación.

"—Estás loco, Taehyung; si piensas que voy a creer algo así... —había dicho la noche anterior después de contarle sobre ese vampiro—. Es la excusa más tonta para impedir que busque a YoonGi. Todos en el pueblo me consideran un mentiroso y lunático pero tú... creí que eras mi amigo y me has hecho sentir peor..."

No era su intención, tampoco el ocasionar que el llanto del peli purpura fuera imparable durante algunas horas más, durante la noche. Incluso cuando se durmió pensó que realmente estaría cansado pero todo era una farsa, una mala obra teatral, porque cuando confiado se durmió también, su amigo debió escabullirse y correr hacia alguna parte lejos.

Cuando logró abrir los ojos Jimin ya no estaba y la ventana de la habitación estaba abierta con una cuerda de sábanas improvisada amarrada al pie de la cama.

— ¿A dónde vas, dulzura? —su corazón casi sufre un paro cardíaco, en cuanto aquel lobo feroz salió frente a él detrás de los árboles, en aquella oscura densidad del bosque. 

— ¡Maldición, Hoseok! —gritó furioso al reconocerlo— ¡Pensé que te habías ido!

—Eso intenté pero tu no me dejaste, dulzura —Taehyung rodó los ojos. No tenía tiempo para escucharlo y tenía que buscar a su amigo en todo el bosque, si al menos había entrado ahí—. Ey, ey... ¿Por qué te vas?...

Taehyung siguió corriendo por los lugares que al menos reconocía, hasta que unos brazos le rodearon el abdomen y lo hicieron gritar ¿Cómo había llegado ese chico tan rápido hasta él?

No es que fuese muy veloz tampoco aunque al menos debería haber escuchado sus pasos detrás de él. Sin alguna razón aparente tuvo miedo... no parecía ser el mismo Hoseok de hace tiempo.

—Suéltame, Hoseok —dijo molesto intentando librarse de sus brazos.

—Ambos sabemos que no quieres que lo haga de nuevo... —sus palabras iban más allá que un simple contacto físico y Taehyung lo entendió, desistiendo por algunos segundos—. Ambos sabemos que no lo haré... —eso pareció una promesa vacía, algo que llegó a enfurecerlo otra vez y obligarlo a intentar alejarse.

—Suéltame, Hoseok...

El chico hizo todo lo contario. Lo giró entre sus brazos y lo mantuvo cerca hasta que su ojos se conectaron, algo peligroso, porque sus labios se acercaron demasiado.

—Taehyung... si tú me permitieras podría ofrecerte el mundo entero... mi promesa va más allá de un amor pasajero... Te necesito cerca de mí... ¡Te amo demasiado!...

— ¿Y qué? —contestó hosco, frío. Como si esas palabras no le hubiesen calado— ¿Vas a lastimarme otra vez?

—Mi intención no era esa. Es... es parte de mi naturaleza, dulzura. No puedo ser bueno como esperas que sea... ¡Soy un depredador!... y creo que a esta altura, ya sabes de qué clase...

Los ojos de Taehyung se abrieron por completo, los dientes del otro chico de pronto lucieron afilados y tan aterradores como los de un murcielago. No...

Su pecho sintió una opresión causada por el miedo pero su cerebro pensó que quizá el podría llevarlo donde se encontraba su mejor amigo. Estaba tan desesperado.

—Hoseok... —sus ojos se cerraron con pesar. Lo que estaba a punto de hacer podría costarle el corazón o la vida completa—. Hoseok...

Hoseok no era como Jungkook. No era dulce, no parecía fiable y tampoco bueno como confesaba. Aún así, sentía algo muy fuerte por él, nunca dejó de sentirlo y tenía tanto miedo de tomar una decisión equivocada. De no estar con la persona que realmente amaba.

Jimin...

El angelical Jimin. Nunca dejó de culparse por llevarlo a aquella estúpida fiesta, por exponer a su amigo a un depredador igual de terrible y ocasionar que lo secuestraran. Ahora debía ayudarlo. Se juró a si mismo que mantendría a su inocente amigo a salvo. El no merecía nada de lo que pudo haberle pasado.

Eliminó la distancia entre sus labios, regalandole un beso a quien se prometió olvidar, a quién le destruyó por completo y se juró mantenerse alejado.

Estaba avanzando hacia donde sabía no había retorno, hacia la boca del lobo feroz.

[***]

— ¡Maldición! —el gritó fue desgarrador.

Cuando la luz del sol comenzó a quemar su piel fue sumamente doloroso pero cuándo esta comenzó a incendiarse no tuvo manera de detener el dolor.

«Hay oscuridades en la vida, pequeñín y hay luces. Tú eres una de ellas... Eres la luz en mi vida. La luz de todas las luces... y ahora, todo volverá a ser oscuridad... »

Bloodstream -Yoonmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora