— ¡No es suficiente!... ¡No es suficiente!... ¡Jodidamente no lo es!
Jin salió de la habitación algo asustado; la razón era simple: nunca había visto algo así.
Aseguró la puerta a sus espaldas y se apoyó en ella para tomar un respiro. Necesitaba un momento para relajarse.
— No está mejorando, ¿verdad? —una voz a su izquierda lo sorprendió.
Jin dio un brinco pero cuando se percató de la presencia del chico más pálido en todo su hogar, intentó disimularlo un poco.
—No... —soltó con evidente desilusión—. Al contrario, creo que está empeorando.
Esa respuesta no le agradó mucho al contrario, puesto que apretó los puños e incluso su quijada se desencajó. El mayor de ambos pudo notarlo, aunque no dijo nada, se sentía de la misma manera también.
—Le traje un conejo... —susurró el pelinegro, en un intento de aliviar la terrible y pesada tensión que se sentía.
—A Kookie no le gustan los conejos, lo sabes...
Era cierto, a JungKook por alguna extraña razón no le gustaba beber sangre de conejos y menos si estos eran de pelaje blanco, pese a su extraña fascinación por ellos de igual modo. Yoongi levantó ligeramente la comisura de sus labios, resultaba gracioso y lo olvidó.
El estruendoso sonido de un vidrio rompiéndose dentro, fue lo que les interrumpió y les hizo mirar la puerta de inmediato. No era como si el menor pudiese hacerse daño, sino por lo que su mente le obligaría a hacer.
— ¡Abre! —exigió Yoongi.
— ¡No puedo!... ¡No cede la maldita puerta! —gritó el otro, mientras intentaba abrir con las llaves el picaporte.
—Mierda... ¡Así no!
De una sola patada las bisagras cedieron y la puerta se cayó.
La única ventana al fondo estaba rota.
Yoongi corrió hasta lograr asomarse por ella. Un pequeño demonio trepaba por la pared cual Lagartija en busca de la siguiente ventana.
— ¡Mierda! —golpeó la maldita pared y corrió hasta su propia habitación.
Sabía lo que su hermanito quería, así que llegaría primero. Entró en un parpadeo y esperó hasta que su hermano se asomó por una esquina de la ventana y se escabulló, pensando que nadie lo observaba desde dentro.
—JungKook —lo detuvo de los hombros y lo miró directo a los ojos—. Iris rojos... —susurró.
Ese no era su hermanito. Sin duda alguna, estaba cegado por la ansiedad de beber sangre, de terminar de alimentarse adecuadamente.
Todo pasó tan rápido, todo se alteró en un segundo.
Jimin ni siquiera supo cuando fue que entró el demonio más pálido a la habitación, mucho menos del otro de apariencia más joven por la ventana. No contaba con que en una fracción de segundo, el chico se zafara de las manos de Suga, corriera hasta él y estuviese dispuesto a matarlo.
— ¡Suga~! —gritó cuando sintió los labios del otro monstruo muy cerca de su cuello. Cuando esos afilados dientes se apretaron contra su piel.
—Basta.
Lejos. Ahora se encontraba lejos de ese chico pero su vampiro pálido tampoco estaba a su lado, se encontraba deteniendo a su hermano al otro lado de la habitación y él; girando la cabeza para saber quién lo protegía, supo que estaba en brazos del vampiro de cara angelical.
—Vamos, Kook. Reacciona...
¿Era su imaginación o el demonio que lo besó la otra noche estaba afligido? Era como si deseara que entrara en razón el sujeto frente a él, aunque la mirada de este chico no se desviara ni un centímetro de su cuerpo mortal.
¿Era odio o rencor lo que veía en sus ojos? Quizá ambos.
— ¡JungKook, mírame! ¡Mírame a mí, maldita sea!...
—Lo necesito Hyung... necesito beber hasta la última gota de su sangre... ¡Me duele! ¡Me duele mucho!... ¡No puedo continuar así!...
Los ojos del chico lucieron cristalizados. Jimin se preguntó si realmente les era posible llorar, porque ese chico se veía casi a punto de hacerlo. Sus labios ligeramente abultados y su expresión, producían una ternura infinita, aunque no podía creerlo. Ya había sentido sus dientes antes y también su fuerza. No era nada vulnerable como lucía ahora.
—JungKook te he dicho que no puedes hacerle daño. Lo siento... —suspiró con pesadez— No puedes asesinarlo... tendrás que volver a tu dieta normal.
— ¡No puedo, Hyung! ¡No pienso hacerlo! —el chico intentó zafarse pero al parecer el mayor era más fuerte que él. Al final quedó preso entre los brazos pálidos.
—Sé lo que sientes... sé que quieres saciar el ansia, pero no puedo permitirlo. JungKook de verdad no quiero que sufras. No lo hagas.
— ¡¿Por qué, Hyung?!... ¡¿Por qué?! —se dio por vencido, no podía luchar más o no quiso hacerlo, puesto que se apretó contra los brazos impropios alrededor de su cuerpo como si lo disfrutara. Jimin frunció el ceño en ese momento, un hueco en su estómago se creó—. Sólo es él, Hyung. De pronto sólo fue él... ¿P-por... qué? ¡¿Q-qué tiene de especial ese chico?! ¿A-acaso te... te g-gusta?... —sus adorables orbes se desviaron de nuevo hasta localizarlo— ¿Qué es lo que impide que me dejes asesinarlo?... Su sangre ni siquiera sabe tan bien y... y no es cierto... ¡Maldición, su sangre!... ¡Sabe muy bien! ¡Lo necesito! ¡Lo necesito ahora o moriré!... ¡Sabes que moriré si no bebo! ¡¿Hyung, tú quieres que muera?!... ¡Hyung!
Los brazos de Yoongi fallaron por un instante, así que apretó mejor a Kook y miró a SeokJin.
—Jin, llévate a Jimin de aquí.
— ¿Qué?... —susurró el humano preso del miedo.
Si ese chico se libraba, sería su fin, lo había escuchado pero de todos modos tampoco quería salir de ahí, quería ver y saber lo siguiente; aunque nadie le hizo caso y fue arrastrado lejos de la habitación.
[***]
— ¡¿Cómo demonios pudiste?! ¡¿En qué estabas pensando, Yoongi?!
—SeokJin, controlate —NamJoon sostenía de la mano a un furico mayor.
— ¡¿Dónde está ahora, eh?! ¡Dime la razón de porqué lo hiciste! ¡¿Quién te dio derecho de hacerlo?!... ¡Suéltame, NamJoon!
YoonGi suspiró y se frotó la cara con las palmas. No había sido la mejor decisión y lo hizo en un momento desesperado.
— ¡¿Por qué mierda corriste a JungKook de aquí?!
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Bloodstream -Yoonmin-
FanficSuga es un vampiro. Jimin... Jimin simplemente no debió encontrarse con él. "Estúpido e irreverente Jimin ¿Qué demonios hiciste para estar en una situación así?" ☆ Yoonmin. [Suga (YoonGi)/Jimin] ☆ Temática homosexual/ Yaoi. ☆ Contenido explí...