Capítulo 34... Yoonmin...

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~4~

El corazón de Jimin zumbaba hasta sus oídos. No sabía porqué estaba corriendo tanto pero se sentía demasiado angustiado.

Algo terrible parecía estar sucediendo y le desesperaba no saber qué era.

Sus pies se detuvieron en seco, su cuerpo se paralizó por unos minutos, tardando por ello mucho en reaccionar.

Taehyung no estaba mintiendo, esas criaturas horribles existían.

Podía verlas a todas ahora, escondidas entre las sombras, huyendo de la luz. Algunos en su forma de demonios y otros tantos como ángeles de aura maligna. Todos estaban demasiado ocupados en lo que sucedía al centro, parecían disfrutarlo.

Una silla, una persona, una mansión. Su mundo dio vueltas por un par de segundos cuando su cerebro intentó recordar algo.

Estuve aquí...

— ¡Jimin~!... ¡Pequeñín!...

El dolor en su cráneo fue intenso. Cuando escuchó ese grito desgarrador supo que alguien vivo estaba quemándose y que esa persona era a quién estaba buscando. 

Cayó de rodillas al suelo y pronto se también se sostuvo igual de sus manos, ya que el dolor resultaba atormentador. Gritó un poco, uno de sus hemisferios estaba por explotar, o al menos, eso sentía.

Los recuerdos estaban llegando completos. Todos terribles, dolorosos y espeluznantes. 

¿Cómo puedo estar enamorado de alguien así? Se vio susurrando aquello mientras permanecía acostado en lo que parecía ser una habitación, dentro de esa gran mansión, detrás del chico incinerándose. 

El encuentro, el acoso, el secuestro, la tortura, el abuso, los detalles, la protección, las palabras, los susurros, los juegos, los besos, la intimidad y el cuidado... rápidamente lo fue recordando con una enorme jaqueca.

—YoonGi-hyung...

"No me gusta que me llames YoonGi"

"¿P-por q-qué?"

"Porque así me llamaba antes de asesinar a la primera de muchas personas, pequeñín." Los labios fríos del pálido sobre su mejilla resultaban reconfortantes. "No temas, no planeo hacerte más daño... al contrario, si me permites, planeo darte mucho placer"

Y aún así, había llegado tarde...

[***]

Cuando NamJoon, SeokJin y JungKook presenciaron lo que estaba ocurriendo, perdieron el control.

Se sentían tan impotentes de no poder llegar a YoonGi y salvarlo. Atados a la sombra como todos los traidores, presenciaron lo que estaba pasando.

La muerte de su hermano.

— ¡Diablos, JungKook! —gritó NamJoon cuando el pequeño no pareció apegarse al plan de ser cauteloso y en segundos estaba destrozando a todos los vampiros con sonrisas estúpidas que observaban la función principal.

SeokJin pareció nervioso. Si tomaban a JungKook y le hacían lo mismo, ya no habría más porqué pelear, todo sería en vano, así que si no comenzaba en ese momento a ayudarlo todo se complicaría.

Que desastrosa pelea entre vampiros. 

NamJoon y SeokJin intentarían proteger sólo a JungKook. 

Cuando Jimin observó lo que estaba sucediendo entró en pánico. Se estaban despedazando. Nunca había visto algo así, ni tanta sangre en su vida. 

Casi gritó en el momento en que una extremidad humana cayó sumamente cerca de donde estaba, quemándose enseguida por la luz del sol. Comprendió entonces que ninguno podía salir de la oscuridad o de lo contrario, se quemarian al igual que su vampiro.

Mierda, Park Jimin.

Sus neuronas finalmente conectaron y corrió lo más rápido que pudo.

— ¡Hyung! —gritó con lágrimas en los ojos, tomando al hombre entre sus brazos y tackleándolo lejos de los rayos del sol—. Vamos, Hyung... Hyung... —a esas alturas las ataduras estaban desechas y la silla de madera en cenizas bajo sus cuerpos.

Sorbió la nariz y secó las lágrimas con la manga de su ropa, estaba llena de carbón y suciedad aunque no le importó. 

—YoonGi-hyung... —masculló en medio del llanto, tomando la mano llena de quemaduras entre las suyas y quejándose también por hacerlo; pues durante en el intento de salvar al chico pálido obtuvo quemaduras graves hasta que logró extinguir el fuego. 

La imagen frente a sus ojos era horrosa, cualquier otra persona en ese estado estaba asegurada muerta pero aún tenía esperanzas, porque al final de cuentas, YoonGi no era un humano.

—J-jimin... —su corazón casi se salió— ¿E-estás a... aquí o... m-morí? —preguntó. 

La sonrisa de Jimin tembló tanto en ese momento que no pudo mantenerla por mucho tiempo. Decidió llorar con fuerza sin opciones, sobre el pecho ajeno.

—N-no pude morir —siguió hablando el vampiro, cada vez mejor, aunque consigo mismo— porque a iría al infierno y ahí no estarías conmigo... —Jimin simplemente lo escuchó, en medio de sus sollozos. No podía dejar de hacerlo—. Deja de llorar, pequeñín... D-duele todavía... y tú pesas... y... y arde...

Jimin se alejó rápidamente y lo miró entre sus ojos llorosos. Ese era el vampiro idiota del que se había enamorado. 

La ropa de YoonGi estaba muy destrozada ya pero al menos lo cubría todavía. 

El peli purpura se quedó callado, observando al cuerpo del vampiro regenerar toda piel. Su cráneo volviendo a ser su rostro por completo, desde la quijada hasta la punta su nariz. Volviendo a ser su YoonGi-hyung. Sollozando volvió a abrazarlo

—Que egoísta eres, YoonGi... nunca había odiado tanto a alguien hasta que te conocí. 

Los brazos del vampiro dudaron en abrazarlo porque su nombre en los labios del pequeño sonaba extraño y a la vez tan cálido y reconfortante...

— ¿Cómo acabas de llamarme?

Jimin alejó el rostro sólo para mirarlo de nuevo, sonreír; porque ya no estaba más asustado, de hecho se acercó a besarlo para callar los comentarios del vampiro al respecto. 

YoonGi no dudó en corresponder porque había extrañado tanto esos labios.

—C-creo que d-deberías ayudar a tu hermano... —Jimin se alejó con pesar. 

YoonGi suspiró por la pérdida, sin embargo, al reflexionar se levantó enseguida, con su pequeño en brazos buscando con la mirada a su hermano.

—Veo que tú estúpido humano te ha salvado... 

Los pasos del mayor de los sangre pura se vieron interrumpidos, cuando un vampiro muy conocido se interpuso en su camino. 

Colocó a Jimin detrás de él, era el lugar más seguro en ese momento. Dudó. De verdad dudó porque no sabía si sonreír o molestarse.

Nunca había probado el sabor de la traición hasta ese preciso instante, siempre lo ignoró pero ahora no tenía alternativa. 

—Magnifico plan, Jung Hoseok... ¿O debería seguir llamándote "mejor amigo"? 

El chico al frente, muy seguro de sí mismo, sonrió. 

—Estuve tan cerca de asesinarte... y mírate ahora, vivo por culpa de un estúpido humano... 

Bloodstream -Yoonmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora