Narra ___
¡Dios mío!
La pasión me embriagó en un segundo y mis sentidos me abrazaron para no soltar aquellos labios.
Me estaba derritiendo en brazos de mi hermanastro.
Pero no ganaría nada con eso, no ganaría nada con meterme con Paul, sabía muy bien el error que estábamos cometiendo.
¡Al diablo! Al diablo Stuart, al diablo Astrid, al diablo las malditas cartas.
Aquel momento pude sentirlo tan cerca, sabía que había tomado bastante aquella noche y tal vez no lo recordaría al día siguiente, pero nada de ello me importaba porque mi conciencia, aquella parte malvada de mi, me susurraba que no podía dejarle ir.
Y entonces la luz apareció.
Me miró sorprendido, cerró sus ojos tan fuerte y recargo su frente con la mía.
¿Por qué paraba?
Se maldijo y me depósito en el suelo del despacho de Jim para después salir del mismo dejándome embargada de preguntas y emociones que no eran fáciles de controlar.
Volví a abrir la nueva carta que había recibido de Edimburgo:
Más evidencias de tu infidelidad.
Me odiaba, odiaba mi nueva vida y odiaba al maldito y excitante hermanastro que me habían adjuntado.
Salí del despacho de Jim y subí sin esperar hacia mi habitación.
Sólo quería olvidar, olvidar el fracaso que había sido mi relación con Stuart y olvidar aquella sensación embriagante que me dotaba Paul.
∞∞∞∞∞∞∞∞
Desperté a la mañana siguiente sintiendo un vacío entrecortado en la boca del estómago.
Era medio día y no tenía ganas de enfrentarme al nuevo mundo.
Hoy no, mejor nunca.
Las instantáneas en mi mente me hacían recordar la barbara noche que había pasado ayer.
Recorde sin dificultad sus manos sobre mi espalda...
¿Qué nos había pasado?
Bajé a la cocina con la pequeña esperanza de no cruzarme con Paul.
La casa estaba hecha un fiasco.
Después de poder alimentar mi insaciable apetito me dirigí a la sala de estar para poder observar los filmes americanos.
Para mi desgracia él estaba ahí.
Llevaba un pijama azul, jamás le había visto de aquella forma, sujetaba una taza y posaba una de sus manos en su nuca como si estuviera adolorido.
-Paul --dije inconsciente-.
Él miro unos segundos, dudando en saber que hacer.
-¿Si? --preguntó un segundo después-.
Mis pies no me respondieron a las peticiones de mi mente y conducieron hasta el sofá donde estaba Paul.
-¿Te gusta Girl Happy? --pregunte emocionada cuando noté a Elvis Presley en el televisor-.
-Es de mis películas favoritas --dijo con el ceño fruncido-- ¿te gusta?
-Me encanta --dije mirándole sonriente-.
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Maybe I'm Amazed • Paul McCartney y Tú (EN REVISIÓN)
FanfictionMe enamoré de la persona prohibida, mi hermanastro. Fue difícil aceptar que gustaba de la última persona de la que debía. Pero para cuando nos dimos cuenta, ya estábamos metidos hasta el cuello.