Narra Paul:
—___, mi nombre es ___ Lefroy --me respondió cortante.
Comenzó a divertirme la forma en la que me fulminaba con aquellos marrones ojos. Me importaba muy poco el nombre que ella tuviese, al igual que el de su madre. Aunque si de admitir se tratase, el nombre de su madre me lo sabía muy bien. Y como no saberlo si había terminado pasando más tiempo metida en mi hogar que yo mismo.
—¿De verdad ese es un nombre? --le solté sabiendo que aquello la molestaría--. Sin ofender, claro --me excuse divertido mientras contorneaba su grandes ojos, estaba muerto de diversión.
—Veo que tienes un vocabulario bastante diminuto --me respondió un segundo después mientras su mirada pasaba de Martha, mi perra, a mi. Ella le gruñía colericamente y a mi me producía gran diversión, pero mi nueva hermanita no tenía la culpa, le había entrenado así.
—Creeme que no, no te preocupes, tengo un vocabulario muy extenso...-- cerré la nevera para encarar verdaderamente a la nueva intrusa--.
Era delgada, tenía ojos marrones y cabello similar a sus ojos. Realmente estaba muy bien proporcionada, a mi hermanita no le faltaba de ningún lugar nada, pero su rostro era tan infantil que cualquier pensamiento lujurioso quedaba quebrantado en ella.
—Que gracioso --dijo con ironía.
Comencé a caminar lentamente a su dirección y a mi fiel lado me seguía Martha.
—Martha, avanza --le ordene quedándome estático.
Y en un momento de pánico ella tomó un sartén, lista para atacar.
—Martha, ven acá.
Elevó aquel utensilio en dirección a Martha pero falló el golpe.
—¿En qué estabas pensando? --le cuestione denegando su actitud rebelde e inmadura.
—Eres un idiota --me reprendió.
Aquella diversión de la que su presencia me había llenado rápidamente se esfumó. Tal fue mi punto que la línea se corto.
Me acerqué a ella, le llevaba alrededor de una cabeza de ventaja en estatura pero aquello no me impidió acomodarme a su altura para reprenderle.
—Quiero que entiendas dos cosas --comencé a jugar con un mechón de su cabello, provocándola a enfurecer--, primero, no vuelvas a insitar en lesionar a mi perra; y segundo, --mire sus ojos a profundidad mientras ella me miraba con una frialdad increíble--.¡Bienvenida a la familia hermanita!
Di un brinco hacia atrás y escuché el típico sonar de llaves de mi padre, me giré para ver el rostro de mi mal genio y el de su... Nueva esposa.
—¡Ya se han conocido! -- escucho decir a Valería, sonriendome con ternura, me limite a ser una mueca que es lo más parecido a una sonrisa, es todo lo que ella recibirá de mi parte.
Mi padre nos miraba, expectante, esperando alguna respuesta.
—¿Ya haz conocido a Martha?-- preguntó entusiasmada Valeria a ___-.
-Sabes bien que le temo a los perros--respondió ___.
-Pero si es tan tierna.
___ busco con la mirada a Martha, la cual seguía a mi lado, había calmado su aspecto.
Aquella niñita no puedo ni si quiera relajar sus nervios.
—Lo mejor será que me vaya a la cama --soltó ___ enojada.
—Hoy tengo planes, si me disculpan...-- me excuse con una verdad, iría a ver a Jane, teníamos algo parecido a un "noviazgo no oficial", nuestros términos eran enredarnos cuantas veces se nos diera gana sin involucrarnos sentimentalmente, aquello era una ganga.
—Por su puesto que no -- se adelantó mi padre--, hoy salimos a cenar todos.
Rotundamente NO.
No podían joderme de aquella manera, no quería abrir mi vida personal a desconocidos, menos aún cuando eran dos mujeres de Escocia.
El abandono de mi madre nos afecto tanto a mi padre como a mi. Pero a mi me llegó al fondo. Sólo era un niño.
Desde entonces me resulta fácil tomar a las mujeres como se me de la gana.
—Tendrás que disculparme pero está noche me veré con Jane --le encaré.
—Tendrás que disculparte con ella por que está será nuestra primera cena juntos y no pienso dejarte salir.
Cuando mi padre se empeñaba en ser insoportable lo lograba. Era un necio de primera y no podía safarme de lo que me imponía.
—Bien, entonces dame 30 minutos para ducharme --le respondí cortante.
—Sube a arreglarte tú también ___, no irás con aquellas fachas- intervino Valeria dirigiéndose a su hija-.
Una leve carcajada salió de mis labios al ver el molesto rostro de ___. Ella lo notó y ambos subimos las escaleras hacia nuestras habitaciones, una frente a la otra. ¿Realmente tendría que vivir con esta inmadura adolescente?
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Maybe I'm Amazed • Paul McCartney y Tú (EN REVISIÓN)
FanficMe enamoré de la persona prohibida, mi hermanastro. Fue difícil aceptar que gustaba de la última persona de la que debía. Pero para cuando nos dimos cuenta, ya estábamos metidos hasta el cuello.