Narra ___
El ambiente dentro de aquella habitación comenzó a subir a un nivel demasiado intenso.
Respiraciones y palpitaciones aceleradas y entrecortadas. Besos fugaces y gemidos de placeres mundanos.
Y allí estábamos, disueltos, derretidos a punto de crear magia, una magia que yo no conocía.
¿Cómo describir lo que ambos estábamos haciendo?
Sentada en sus piernas sobre la cama, pude entonces sentir su miembro erecto y buscando un espacio para correr y huir.
Sus manos bajaban por el cierre trasero de mi vestido y cuando sus manos hicieron contacto con mi piel, las piernas me temblaron y un escalofrío me recorrió de arriba a abajo, insistente.
Le besé la boca sin deseos de parar, sin deseo de no hacer algo más que simplemente tenerlo.
Y entonces la incertidumbre me embargo de un sorbo.
Yo jamás, JAMÁS, había tenido relaciones con algún chico.
Ni si quiera con Stu.
No conocía el concepto ni el desarrollo de estas situaciones.
Paul cambio de posición y me tendió en la cama, comenzó por desabrochar y sacarse la camiseta.
Su tan bien esculpido torso deleitaba una vista muy poco iluminada pero que podía concluir el buen aspecto que aquel cuerpo poseía.
Y es que me había hechizado.
En cuerpo y alma.
Su cuerpo me había deleitado y su alma...
Bueno, estaba enamorada de su alma.
Se recostó sobre mi y se deshizo de mi vestido, me miró un par de segundos, estaba en ropa interior y la vergüenza me invadió, ¿y si no era lo suficiente bonita para él?
Y de golpe sonrió, estremeciendo a mi frágil cuerpo.
—Yo... Yo debo decirte algo --susurré mirándole-.
Fruncio el ceño en un segundo y palideció.
—¿No quieres hacerlo? Lo entiendo yo...
—No, no --lo interrumpí rápidamente-- es solo que --tomé sus manos en las mías-- yo aún... Aún soy virgen.
Sus ojos se entrenaron abriéndose como dos platos inmensos.
—¿Eres virgen? --preguntó y asentí-.
Examinó mi rostro unos segundos y prosiguió sonriente.
—No sabes cuanta alegría me has dado --y me beso-.
Me desconcerte demasiado, acaso no le importaba que no fuera como sus otras chicas... Que fuera diferente...
—¿No te importa que yo...
—Claro que no nena, soy él hombre más feliz al saber que nadie más te ha tocado, que eres la pureza hecha mujer --me ruboricé-- me has dado el regalo más grande de este viaje con esas palabras.
Su felicidad y sus palabras me tranquilizaron. Creí que aquella situación le molestaría pero, no fue así... Claro que no fue así.
—¿Realmente quieres hacerlo? --me miro con una intensidad enorme-.
—Si --musite mientras me incorporaba para buscar sus labios-- quiero ser tuya --susurré aún entre sus suaves besos inconsciente-.
Me sonrió con ternura y la sangre me subió al rostro.
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Maybe I'm Amazed • Paul McCartney y Tú (EN REVISIÓN)
FanficMe enamoré de la persona prohibida, mi hermanastro. Fue difícil aceptar que gustaba de la última persona de la que debía. Pero para cuando nos dimos cuenta, ya estábamos metidos hasta el cuello.