Maybe I'm Amazed • Paul McCartney y Tú (EN REVISIÓN)

Capítulo 17: I'll Cry Instead

Narra ___

Desperté embargada por una sensación de vacío en el pecho que supuse se había originado por la creciente situación que me había obligado a sentirme rota y confundida.

Decidí tomar la ducha más larga de mi vida, o así la había sentido. Me vestí sin ánimo, casual, un vestido floreado blanco y decidí bajar a tomar el desayuno.

Mi vida apestaba en ese momento. Todo yo apestaba.

Por un lado me sentía desprotegida ante Stuart, sentía que su insistencia me haría doblegar ante él pero por otro lado me sentía protegida, por una fuerza exuberante que Paul me derramaba.

¿Qué podía yo hacer?

En el último escalón de las escaleras me encontré con Stuart.

—¡¿QUÉ RAYOS TIENES CON McCARTNEY!? ¡EXPLICAME! --me gritó con todas sus fuerzas-.

Miré hacia arriba esperando que nadie más hubiese escuchado aquella discusión, en específico mi madre.

—Se han ido --respondió Stu refiriéndose a mi madre y Jim-- ahora explicame --me tomó del brazo con una fuerza punzante-- ¿Qué rayos has hecho con ese maldito? --insistió entre dientes -- ¡CONTESTA!

—Sueltame ya, me lástimas --supliqué-.

-Tal vez Astrid tenga razón y seas una zorra caza fortunas igual que tú madre.

Aquello había herido mi orgullo.

—Pero no ___ Lefroy, no te librarás de mi tan fácilmente, no --sonrió con malicia-- he esperado mucho por ti, sabes a lo que me refiero --fijó su mirada en mis senos y bajo por todo mi cuerpo-- y no me privarán del ferviente deseó de hacerte mía. Así que sí, te follare hasta que no puedas caminar más y será ahí cuando te arrepentirás de haberme botado --dijo con una mirada llena de lujuria y odio increíble-.

No supe en que momento mis lágrimas estallaron derramándose en todo mi rostro llenándome de escalofrío.

—No Stuart, por favor --estaba rogando mientras él me dirigía a mi habitación-- te lo ruego, no hagas esto.

Él simplemente no quiso escucharme, tiró de la perilla de mi habitación y me tiró a la cama dejándome desprotegida.

Oh Paul, ¿dónde estabas?

—Despidete de llamarte santa ___.

Comenzó a quitarse la playera gris que tan bien le quedaba, no podía dejar de llorar, gritaba, pataleaba pero todo fue en vano.

Stu se dirigió hasta mi, posó sus manos abajo de mi vestido, por mi entrepierta, tan cerca de mi intimida que volví a gritar insaciable.

Me giró para desabrochar mi vestido y despojarme del mismo dejándome en prendas intimas.

—No hagas esto Stu, por lo que alguna vez sentimos, por nuestro amor -- insistí-.

—No, no puedo, ¿sabes porqué? Por que nunca sentí algo por ti fuera del deseó de cogerte, nada, entiendes, nada.

¿Qué?

Y entonces comenzó a jugar con el pequeño resorte de mis bragas.

—¡Ayuda! --grité alto, lo más alto que se me permitió-.

Me estampó una bofetada sin más detalles.

—¡Me tienes harto! --dijo con el propósito de desaparecer mi ultima protección íntima-.

Pero antes de que aquello fuera posible apareció de un estallido el más grande de mis pesares y deseos.

—¡Quita tus asquerosos dedos de su anatomía! --ordenó frío como siempre-.