Capitulo 49 la familia mas inoportuna.

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Luego de que estafara a los hermanos de Adam les devolví su dinero pero ninguno acepto, aseguraban no haber tenido un juego tan divertido desde hace mucho tiempo, Adam me seguía mirando con confusión y orgullo. Luego de un par de horas nos dirigimos a mi habitación.

Abrumada no era ni la quinta parte de lo que sentía. Tenía mi propio baño, con ducha de lluvia, baldosas con calefacción, calentador de toallas, tv de pantalla plana y podía seguir y seguir sin parar, si esto era una completa exageración la habitación era enorme más grande que toda mi casa y mil veces mejor. Me acerque a la cama y abrí una de las maletas, no sabía cómo Ann las había encontrado pero lo hizo. Saque la caja de zapatos y los mire unos segundos estaba tan enamorada de esos zapatos eran negros con un muy elaborado diseño en hojas que ibas desde el tacón hasta el tobillo.

Había soñado tanto con estos zapatos y al fin los tenía en mis manos y se sentían mejor de lo que se pudieran imaginar. La puerta sonó y luego se abrió.

—Menos mal que no me estaba cambiando— bromee mientras me cruzaba de brazos hacia Adam.

—maldita sea—sonrió—tenía la esperanza de tomarte desprevenida.

Rodé los ojos— muy inteligente señor Daniel's.

Camino hacia a mí y me tomo en sus brazos— yo también creo que soy muy inteligente.

Mire por la terraza se podía ver la Puget Sound era muy hermoso, me encantaba california sobretodo porque no era nada fría y las navidades y años nuevos nunca se interrumpían por nieve, quizás llovía un poco pero nunca detenía la fiesta.

Se dejo caer en la cama y yo chille y me aferre a él, detuvo la caída con su mano y nos quedamos en medio de la cama nuestras piernas entrelazadas y nuestras miradas fijas en el otro, sostenía su peso en uno de sus brazos y con la otra sostenía mi cintura en su lugar mientras trazaba círculos en mi cadera. Su mirada estaba oscurecida e hizo que algo en mi interior se apretara con fuerza, al recordar lo ocurrido en la mañana quería más, quería más de Adam, lo quería todo, pero en este momento en específico necesitaba que apagara el calor inmenso que crecía entre mis piernas.

—Gracias— susurro en mi oído después de unos minutos de silencio, lo mire extraña y repitió—gracias por venir conmigo— esta vez se llevo el ovulo de mi oreja a la boca y gemí.

Empecé a juguetear con el cabello de su nunca —estoy bastante segura que soy yo la que debería agradecerte— le bese la comisura de la boca.

Negó con la cabeza— se que la pasaste difícil decidiendo si ibas a venir o no y me gusta que estés aquí, nunca antes había traído a nadie a casa de mi padre, eres la primera.

— me gusta ser la primera en algunas cosas señor Daniel's—deslizo mi mano libre por su brazo suavemente haciendo que su piel se erizara y cerrara lo ojos mientras tomaba una larga bocanada de aliento.

— ¿Por qué lo haces?— pregunta entre dientes, vuelvo a deslizar mi mano por su brazo, mientras giro mis dedos en su cabello suelta un largo suspiro y deja caer su frente en la mía—Dios— murmura y su aliento recae en mi lengua haciendo que el fuego aumente, levanto mis caderas para que se frote con la de él, puedo sentí su abultada erección, el calor aumenta y Adam toma aire con los dientes apretados y un gruñido casi animal sale de su boca, me gustaba saber que yo tenía el mismo efecto el que el tenia en mi.

Tome su labio inferior y arrastre los dientes por su parte interna, la mano que estaba en mi cadera se tenso arrastrando lentamente su erección en los puntos correctos, haciéndome gemir, de adelante hacia atrás suavemente y repitiendo el proceso — Adam— jadeo, cierro los ojos y me inclino la cabeza hacia atrás, me besa el cuello en su mezcla de dientes y lengua que me hace enloquecer.

ADAM el defecto mas perfecto... En Edición. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora